El programa medioambiental Aventura Trashumante, en el que participan jóvenes de entre 14 y 17 años que han superado un cáncer y otros con enfermedades raras, llega este lunes al ecuador de su sexta edición, que tiene como escenario La Cueta de Babia, el pueblo de mayor altitud (más de 1.440 metros) de la provincia leonesa.
La Cueta de Babia, reserva natural de la biosfera, continúa siendo el escenario de un insólito proyecto de inmersión cultural como es Aventura Trashumante, en el que 40 jóvenes están viviendo en primera persona la experiencia de ser pastores trashumantes por una semana. Acompañando a pastores como Manuel Morán, a sus 40 mastines y rebaños que suman cerca de 6.000 ovejas, estos chicos aprenden los valores de sostenibilidad y los múltiples beneficios para el medioambiente del pastoreo ambulante.
Como novedad de esta edición, todos los grupos de jóvenes han realizado un tapiz colaborativo con la lana de las ovejas que han acompañado, además de otras actividades sostenibles como el yoga en la naturaleza o el cuidado de gallinas ponedoras. El proyecto continuará hasta el día 10 de agosto, tras lo cual, los adolescentes volverán a sus casas como embajadores de una forma diferente de entender y vivir la naturaleza como es la trashumancia, una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente más necesaria hoy que nunca.
Conocer de primera mano la cultura de la trashumancia tradicional y contribuir a su difusión y continuidad es el objetivo del programa que impulsan la Asociación Maratóndog, junto a Natura Diet, con la colaboración de la Diputación de León, y que se desarrollará hasta el 10 de agosto, dividido en cuatro turnos de diez asistentes.
La trashumancia, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
La trashumancia fue clasificada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 2023. Es por eso por lo que esta iniciativa, liderada desde sus inicios por Manuel Calvo, presidente de la asociación Maratóndog, y junto a Natura Diet, marca de alimentos naturales de DingoNatura, busca preservar y difundir entre los jóvenes el conocimiento sobre esta práctica que tanta importancia ha tenido en la historia de nuestro país y que está más vigente que nunca por sus valores de sostenibilidad, y múltiples beneficios para el medioambiente español.
"Estos chavales son un verdadero ejemplo de esfuerzo y superación, y esta aventura es un marco perfecto no sólo para que disfruten de la naturaleza, sino para que desarrollen nuevos lazos entre ellos y nuevas formas de entender la vida y el mundo que les rodea, que aquí en León es inseparable de la trashumancia, la ganadería extensiva y el mastín español. Es una tradición que forma parte de la identidad leonesa y que ha sido determinante en el reconocimiento de las Montañas de León como patrimonio agrícola mundial”.