Con un incremento del 70 por ciento respecto a 2022, León es actualmente la provincia de la comunidad que arroja peores datos de fallecidos en carretera. 17 personas han perdido la vida en accidentes de tráfico en lo que va de año, cuatro de ellas entre los meses de julio y agosto, el doble que en el mismo periodo del año anterior, en el que solo fueron dos. De los cuatro fallecidos en los dos últimos meses, la delegada del Gobierno en la comunidad, Virginia Barcones, indicó que en tres de los casos la causa fue el cansancio o una distracción al volante, mientras que el cuarto se debió al incumplimiento de las normas de seguridad. «Detrás de estas frías cifras está la vida de personas y familias que se han destrozado», valoró Barcones, que eligió León para hacer este balance precisamente por sus malos números en comparación con un año, el de 2022, que consideró que fue «negro» en lo que a siniestralidad se refiere. En él, sin embargo, León logró posicionarse como «la provincia con mejores datos», «la única en la que hubo un descenso en el número de accidentes con víctimas mortales», mientras que en este se sitúa en el otro extremo.
Para romper con esta mala evolución, la delegada del Gobierno en la comunidad señaló que analizan cada siniestro con la mirada puesta en qué ha fallado para «ver dónde centrar los esfuerzos». Pese a ello, insistió en que «por mucho que intentemos hacer, por muchos agentes de tráfico que haya, por mucho que la DGT establezca campañas y controles y por mucho que desde las subdelegaciones o las delegaciones del gobierno intentemos poner a disposición todos los medios materiales y profesionales, si no contamos con la colaboración ciudadana» reducir a cero las muertes en carretera «va a ser muy difícil». Barcones remarcó que «es necesario que cada vez que nos pongamos al volante recordemos que las normas de tráfico y seguridad tienen un único objetivo, que es el de salvar vidas y garantizar la integridad de quien va conduciendo, pero también de quienes van en el coche con él y la seguridad del resto de personas que están circulando con sus vehículos por la vía». Ese es el objetivo y, por eso, hizo hincapié en que hay que ponerse el cinturón de seguridad.
«Seguimos viendo con mucha impotencia cómo detrás de un accidente con una víctima mortal sigue habiendo gente que no lleva el cinturón de seguridad», dijo. Recordó que solo con este gesto muchas personas se podrían haber «salvado y seguir vivas» y que en el caso de los sistemas de protección infantil, el riesgo se reduce hasta en un 90 por ciento. Tampoco olvidó advertir que «si se ha consumido cualquier tipo de sustancia, alcohol o droga, uno no se debe poner uno al volante», aunque reconoció que «en este sentido vamos mejorando». En los meses de julio y agosto en Castilla y León se realizaron 116.117 pruebas de alcoholemia con resultado positivo en 913. «Vamos avanzando en esa concienciación ciudadana de que no se puede consumir alcohol si se va a conducir porque disminuye la capacidad y aumenta la probabilidad de poder sufrir un accidente», destacó. Respecto al consumo de drogas Barcones apuntó que en los últimos dos meses en la comunidad se llevaron a cabo 1.566 pruebas con un resultado positivo en 646, por lo que «hemos sacado de la vía a 646 personas que estaban conduciendo bajo los efectos de la droga». Recordó también que hay que mantener la velocidad establecida, «porque según aumenta la velocidad, aumenta la probabilidad de sufrir un accidente» y remarcó que «más del 50 por ciento de los accidentes con víctimas mortales se debe al cansancio o a una distracción». A veces se trata de «un segundo», dijo Barcones, pero este «puede suponer la pérdida de una vida».
Este 2023, además de los resultados de León, recordó que preocupa también el comportamiento de la provincia de Soria, donde los fallecidos en carretera se han incrementado en un nueve por ciento. Por su parte, el resto de provincias registraron mejores cifras que las del año previo e incluso en dos, Valladolid y Palencia, no registraron ningún fallecido en julio y agosto.
En la comunidad
La delegada del Gobierno en la comunidad recordó también que la movilidad en las carreteras de Castilla y León a lo largo de los meses de julio y agosto fue elevada. Se han registrado 10.298.770 desplazamientos de largo recorrido por las carreteras de Castilla y León, lo que supone un 4,68 por ciento más que en el verano pasado. Pese a esta subida, afirmó que la siniestralidad de estos dos meses en la comunidad presenta la cifra más baja de los últimos diez años en verano. En julio se produjeron siete siniestros mortales en los que fallecieron siete personas, lo que supone 11 fallecidos menos que en julio de 2022. Hubo 24 días con cero fallecidos en las carreteras de la comunidad y en agosto, en cambio, se produjeron siniestros mortales en los que fallecieron 14 personas, dos fallecidos más que en el mismo mes del pasado año. En agosto hubo 21 días con cero fallecidos, un día con dos y otro con tres. Por tipo de vía, uno de cada tres fallecidos se registró en vías convencionales. Fallecieron también siete usuarios vulnerables –dos peatones, uno en ciclomotor y cuatro en motocicleta–, uno menos que el año pasado. Aún así estos usuarios vulnerables representan el 33 por ciento del total de fallecidos. De 21, siete eran usuarios vulnerables. Respecto al perfil del motorista fallecido, afirmó que sigue siendo el de un varón con experiencia en la conducción de entre 27 y 49 años. Subrayó también que la salida de vía sigue siendo el siniestro en el que más personas han fallecido, con 12, el 57 por ciento del total. Respecto al sexo, se registró un aumento de mujeres fallecidas, que fueron 11, cuatro más. Los hombres fallecidos fueron diez y, por franja de edad, el mayor número de fallecidos se concentró en la franja entre los 45-54, con nueve fallecidos.