"León no puede esperar: el tiempo pasa deprisa y las soluciones son muy lentas"

Entrevista a Juan María Vallejo, presidente de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele)

David Rubio y Alfonso Martínez
23/03/2025
 Actualizado a 23/03/2025
 Juan María Vallejo, presidente de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele). | SAÚL ARÉN
Juan María Vallejo, presidente de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele). | SAÚL ARÉN

Juan María Vallejo cumple este domingo dos años como presidente de la Fele, aunque recuerda que en realidad han sido «uno más uno», puesto que el primero llegó como consecuencia del cese voluntario de Javier Cepedano y la asamblea electoral no se celebró hasta abril de 2024. En todo caso, es buen momento para hacer balance y analizar la situación de la economía de la provincia de León y las perspectivas de futuro del empresariado. 

– ¿Qué sensaciones le dejan estos dos años al frente de la Fele?
– Que el tiempo pasa muy rápido y que cuesta mucho poner en marcha las cosas que creemos que debemos. El diálogo social es importante, venimos del congreso de UGT en León y ha habido momentos tensos, aunque no entre los agentes sociales, sino por la relación con la Junta en la época en la que Vox formaba parte del gobierno. La situación se está normalizando ahora y en este momento estamos dando un impulso a la relación con las instituciones y lo que tenemos que ver es cómo darle a León el impulso que necesita. Falta unidad de acción y debemos reforzarla, porque al final todos tenemos los mismos objetivos.

– Estuvieron en la reivindicación social promovida hace cinco años por los sindicatos, pero no en la del pasado mes de febrero. ¿Por qué?
– Realmente, el lema era importante, era bueno, pero al final no se puede demonizar a la otra parte. Cuando se habla de la empresa, ocurre como en todo. Hay empresarios que lo hacen mal, pero también los hay que lo hacen bien, pero no es cuestión de buscar culpables, sino de encontrar soluciones. En ese momento, se intentaba dentro de sus comunicados culpabilizar a los empresarios y a sus subvenciones. Hay empresarios buenos y malos, igual que hay sindicalistas buenos y malos o banqueros buenos y malos o políticos buenos y malos. Intentar buscar culpables y no soluciones no es algo en lo que me sienta a gusto. No es que no estuviéramos con el objetivo de la reivindicación, sino que creemos que no lo plantearon de forma correcta. Y tampoco tiene que ir más allá. Creo que León necesita un empuje y debe tener más presencia institucional dentro de la comunidad. León tiene tres grandes problemas, que son el envejecimiento de la población, la pérdida de habitantes y la falta de retención de talento. Esto parece un mantra, porque llevamos diciéndolo tiempo y de un año a otro no varía mucho la situación. Por eso digo que León no puede esperar. El tiempo pasa muy rápido y las soluciones son mucho más lentas. León necesita un impulso que se base fundamentalmente en retención de talento y que la gente joven no busque siempre una salida. Tienen el derecho a salir, pero también a quedarse o a volver para encontrar soluciones aquí. Y es un buen momento, porque en eso estamos todos de acuerdo, la parte social, la parte empresarial y la parte institucional. Sólo nos falta unidad de acción. Si queremos salir a una manifestación buscando sólo la parte propia y no hablando desde la unidad, se pierde lo fundamental de la reivindicación.

– Si de verdad hay unidad, ¿por qué todo avanza a paso de tortuga?
– Uno a uno tenemos la capacidad de buscar soluciones, pero siempre queremos ser demasiado protagonistas a la hora de juntarnos. Las soluciones no son fáciles. Si fueran fáciles, ya estarían encima de la mesa. Tenemos una pérdida de población porque se va gente y por el envejecimiento. No tenemos un relevo generacional y a ello se une que carecemos de una base industrial importante. Tenemos una base de servicios, que es buena, pero no suficiente para retener talento de forma definitiva. La industria representa un 14% de la economía leonesa y estamos por debajo de nuestro entorno competitivo, es decir, de Valladolid y de Burgos. Es lo que tenemos potenciar. La industria manufacturera es complicada, pero la logística se está asentando. Villadangos es un ejemplo claro de que algo está funcionando. Y es de la Junta, pero podría ser del Gobierno si Torneros se pusiera en marcha. El sector logístico tiene interés en León, porque es un nudo y eso nos da una posición privilegiada en el noroeste. Y vuelvo a mi otro mantra, el Corredor Atlántico, que es una solución para nosotros, porque crea un nodo intermodal en la red principal, que es la que tiene que estar puesta en 2030. También está Valladolid en esa red, por lo que no son incompatibles, pero en esto son importantes los tiempos. No es bueno ser el último de los listos. No digo el primero, pero sí de los primeros de los listos. No nos convence ser el último de los listos. El Gobierno de España debe hacerle algún guiño a León. Y no lo tiene difícil. Tenemos el Centro Nacional de Ciberseguridad y es verdad que muchas instituciones se están apuntando en toda España, pero nosotros tenemos el Incibe, que es una punta de lanza para León a la hora de crear empleo estable y continuo. Y en esa línea tenemos además la línea agroalimentaria, la línea farmacéutica y creemos que tenemos la línea logística, porque está funcionando desde el momento en que se ha ofrecido suelo barato. Si el suelo es caro, las empresas de fuera van a ir a otro sitio. No hay que ser muy listos para ver la solución. El nodo de transporte intermodal tiene un objetivo claro. Las mercancías se mueven por el mundo a través de la navegación marítima y luego se traslada a los territorios por ferrocarril. ¿Qué buscamos con el Corredor Atlántico y con el Mediterráneo? Que las mercancías pasen a la red ferroviaria y ahí León es un nudo. Pero tenemos el problema de otro nudo, el del Manzanal, que se está convirtiendo en el de una soga para el futuro de León y no en el de un lazo de comunicaciones ferroviarias. El retraso que llevamos siempre en el desarrollo de infraestructuras de este tipo es lo que crea desasosiego en la sociedad por la diferenciación con otras ciudades y creo que es el momento de unirnos para buscar soluciones a corto plazo. Yo siempre hablo de uno, tres y cinco años. El uno es algo que necesitamos de forma inmediata, el tres es algo programado y el cinco es algo de largo recorrido. Y en eso estoy de acuerdo con el lema del 16-F, más soluciones, menos cuentos. Basta ya de promesas, queremos más hechos. Coincidimos en lo importante, pero no en los tiempos y en que cada uno busque soluciones de forma independiente y no general.

– Es que todo el nodo de Valladolid está ya desarrollado o en obras...
– El nodo de Valladolid está desarrollado en el Boletín Oficial del Estado, que es donde deben hablar las administraciones. Ese nodo estaba ya en la red de 2030, pero también el de León. Estamos hablando de un interés europeo, pero la programación de las obras corresponde al Gobierno de España y León necesita un empuje a corto plazo. Y no miro tanto a lo que se hace en Valladolid como a lo que no se hace en León.

"El Manzanal se ha convertido en el nudo de una soga para el futuro de la provincia"

– ¿Por qué es tan importante el Corredor Atlántico?
– La ventaja del Corredor Atlántico es que es transnacional, porque viene de Irlanda y acaba en Algeciras. Es una entrada a África, un continente con un potencial increíble en cuanto a su dividendo social, de la gente en edad de trabajar. Y en León pasa lo contrario, que la tasa de actividad es muy baja y no hay remplazo por el envejecimiento, aunque eso tiene la ventaja de que los hacemos mayores tenemos más esperanza de vida. El Corredor Atlántico crea infraestructuras transversales, que es lo que realmente le hace falta a León. Somos una provincia de paso, no hay salida al mar, pero tenemos una ubicación clave hacia el norte y el noroeste. De ahí nuestra alianza con los empresarios asturianos y gallegos, porque León forma parte de la salida natural para trasladar las mercancías de los puertos por ferrocarril. Cuando hablamos de las autopistas ferroviarias, nos referimos a meter camiones en los trenes para agilizar la salida de las mercancías. Por eso, no podemos generar retrasos metiendo trenes de 750 metros por el nudo del Manzanal. Y nosotros debemos reivindicar, me parece acertado el lema de la manifestación, ‘Más soluciones y menos cuentos’. El nudo del Manzanal es un ejemplo de algo que se podía hacer en 12 meses, ya que hablamos de un estudio de viabilidad, pero que el Gobierno lleva a 36 meses. Y eso es una declaración de intenciones. Adif está haciendo inversiones importantes en la parte gallega que tarde o temprano se extenderán a León, pero deben ponerse en el plano en el calendario. El famoso plan director lleva dos años sin presentarse y eso crea desconfianza. En León estamos hartos de aplazamientos. Necesitamos más confianza y plazos más cortos.

– Habla de falta de relevo generacional y de mano de obra. ¿En qué sectores se nota más esta situación?
– Construcción y servicios son los sectores más afectados, pero también se extiende a otros muchos. La industria está empezando a tener problemas por la falta de retención de gente joven y por sectores que no son atractivos, como la construcción o la hostelería. Y no podemos decir siempre que las condiciones de trabajo son malas. Hay también un problema cultural. Tenemos un absentismo muy elevado y hay algo que no cuadra en la ecuación. Un paro alto, un número importante de vacantes y un elevado nivel de absentismo. Son tres partes del polinomio que no encajan bien. ¿Cuál es la solución? Es difícil. Los jóvenes tienen otros intereses que pasan por la conciliación y el tiempo libre. Es algo que los empresarios tenemos cada vez más interiorizado. El tiempo libre es cada vez más importante para los jóvenes y tenemos que convivir con eso y buscar soluciones. Por eso decimos que el sector servicios es importante, el turismo, el ocio… León está lleno los fines de semana, pero lo que debemos buscar es trabajo estable, que suele venir con la industria. En el caso de la construcción, hay un problema de relevo generacional. La gente mayor se está jubilando. Es normal que con sesenta y tantos años no quieran estar en el andamio, aunque es verdad que cada vez hay menos andamios. Además, el sector no es atractivo, no conseguimos atraer a los jóvenes pese a que el convenio está muy por encima del Salario Mínimo Interprofesional. Y no conseguimos atraer a las mujeres pese a que nuestro sector ya no es machista. La construcción no atrae y después de la pandemia ha surgido una importante dificultad para encontrar personal. Y una de las soluciones es la mano de obra extranjera. Debemos regularizar a aquellos inmigrantes que ahora residen en España de forma ilegal para que contribuyan al sistema y tengan unas condiciones dignas de trabajo, además de ocupar las vacantes que hay en las empresas. 

– Las estadísticas dicen que viene más gente de la que se va gracias precisamente a los extranjeros. ¿Hay hueco para todos en el mercado de trabajo?
– En la construcción, seguro. Ya pasó entre 2006 y 2008. El extranjero ocupó empleos que el español no quería, pero deben hacerlo en condiciones dignas y reguladas para que aporten al régimen general y a las pensiones. Está la construcción, pero también el cuidado de los mayores y la asistencia en el hogar. La mano de obra extranjera es una de las soluciones, pero hay que atender además la parte más industrial y la FP ha dejado de estar estigmatizada. Ya no sólo van los malos, porque la gente ve que hay más oportunidades en muchos ciclos de FP que en la Universidad. Es buen momento para que la gente se incorpore al mercado laboral de manera más temprana y práctica a través de la FP Dual, que se desarrolla en colaboración con las empresas.

– La Junta de Personal Docente se quejaba esta semana de que los profesores tienen grandes dificultades a la hora de buscar las prácticas para sus alumnos…
– Parte de la culpa puede ser empresarial, pero también es responsabilidad de cómo funciona la parte administrativa. En todo caso, León tiene un problema, porque sus empresas son generalmente pequeñas y es difícil ofrecer prácticas con uno o dos trabajadores. En mi empresa tenemos muchos becarios y funcionan perfectamente, porque es una forma de que ellos se incorporen al mercado laboral y de que nosotros conozcamos a un trabajador. Para que sea positivo para ellos, los becarios deben tener un tutor. Un becario no es una persona que se dedica a hacer cafés o fotocopias. Todos sabemos que la gente de prácticas ocupa tiempo y espacio. Si mi empresa tiene dos o tres trabajadores, es difícil que pueda ofrecer prácticas, pero en las medianas y grandes es un tema que está funcionado muy bien y tiene cada vez más demanda. Debemos tener una interlocución más ágil y tomo nota del planteamiento de la Junta de Personal Docente para dar más facilidades al buscar las prácticas y para que no vayamos cada uno por nuestro lado. Necesitamos ser más prácticos y menos burocráticos. Tomo nota, porque puede que tengamos parte de esa culpa. Si decimos que ahí puede estar parte de la solución, no podemos poner problemas.

– Estamos en un momento de inestabilidad política en España y con un escenario internacional complejo. ¿Cómo puede afectar eso a León?
– La instabilidad política española, que existe, como vemos cada día en el Congreso de los Diputados, se une a la inestabilidad geopolítica internacional y eso no le viene bien a una provincia como León, que no está en la UCI, pero tampoco está en planta. Y lo asimilo también al tiempo, porque se avecinan tormentas. Ojalá pasen de largo, pero puede caer algún rayo o algún aguacero. Estas cosas nunca vienen bien y hay que aprovechar los vientos de cola. La economía leonesa va bien en términos macro. Cuando bajamos al micro y nos fijamos en los comercios, la situación no está tan bien y por eso este año se prevé una desaceleración del crecimiento a nivel nacional e internacional. Y León no va a librarse, pero ahora estamos en un buen momento y hay que aprovechar los vientos de cola antes de que esos nubarrones, esos problemas geopolíticos, esos aranceles al vino, a la legumbre o a los productos farmacéuticos nos afecten. La inflación no está controlada del todo y los tipos de interés han bajado, pero pueden estancarse. Hay que aprovechar los vientos de cola, porque es más fácil avanzar que cuando vienen de frente. Todo eso crea dudas y lo peor para el empresario es tener dudas.

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