Pese a que el precio de la leche ha aumentado casi un 70% durante el último año, pasando de los 32 céntimos hasta cerca de los 60 céntimos, la sangría de las ganaderías que cierran no cesa porque no pueden seguir manteniendo sus explotaciones. Una situación que incluso se ha agravado en los últimos doce meses: si en 2021 cerraban seis granjas al mes en la Comunidad, este año el descenso es de 6,5 explotaciones mensuales hasta quedarse en unas exiguas 804 granjas a 31 de septiembre, tal y como apunta la agencia Ical.
Al respecto, Álvarez apunta que «de los 804 ganaderos de vacuno de leche que hay en Castilla y León, puede que más del 45% correspondan a la provincia leonesa»; a la par que reclama a las administraciones «más transparencia» para conocer los detalles claros por provincias del sector bovino lácteo «porque en este sentido también está bastante olvidado y solo es posible casi ver los datos por comunidades».
Sector «muy maltratado»
El presidente de la Organización de Productores de Leche de Vaca remarca que uno de los motivos por lo que se desencadena este cierre de ganaderías es porque «el sector se ha sentido muy maltratado», ya que «desempeñan un trabajo muy duro los 365 días del año para abastecer de leche a todo el mundo que es un producto de primera necesidad viendo que luego casi no entra dinero en casa para poder seguir adelante».
«Es verdad que el precio de la leche ha subido significativamente, pero también ha subido notablemente todo lo que rodea al ganadero como son las materias primas, la luz, el gasóleo, etc., y al echar cuentas, el ganadero no ve prácticamente nada repercutida esa subida», indica Álvarez, que reconoce que «actualmente con esta subida el ganadero está ganando algo de dinero, no como hace un año donde estaba vendiendo a pérdidas». Sin embargo, matiza: «que nadie crea que con este precio los ganaderos se están forrando, es todo lo contrario».
Una situación que a juicio de Álvarez cree que es necesario seguir luchando para que el precio por la leche que reciba el ganadero sea «justo», ya que «cuando la gente va al supermercado y ve algunos productos más caros de lo normal no se asusta, pero no se entiende que con la leche sí». «Al final lo que se ha provocado es que la Cadena Alimentaria se haya redimensionado», apunta Álvarez, que concluye «si a partir de ahora no se tiene más en cuenta al ganadero, seguirá cerrando ganaderías y empezará a faltar más leche como ya está pasando».