León se desangra a 4.000 habitantes por año

La tormenta perfecta que se ha desatado en la provincia de León durante los últimos años –con la desaparición de la minería, la debacle del campo, las crisis económicas, la destrucción del tejido industrial, la falta de oportunidades, la emigración juvenil y el descenso de la natalidad– ya tiene factura.

Y asciende a 4.000 habitantes anuales, según se desprende de las proyecciones de población que este martes hacía públicas el Instituto Nacional de Estadística (INE). Concretamente, la provincia de León pasaría de los 459.141 vecinos que tenía a principios del infausto año 2020 a 398.900 que se prevén a uno de enero de 2035, tal y como puede comprobarse en la tabla que acompaña a esta información.

Aunque el descenso medio se sitúa en los ya citados 4.000 habitantes anuales durante la próxima década y media, los datos varían. Por ejemplo, las estimaciones publicadas por el INE hablan de una pérdida superior a 5.300 vecinos durante el presente ejercicio, puesto para comienzos de 2021 la cifra quedaría en 453.779.

El comportamiento que experimentará la evolución demográfica de la provincia de León es bien diferente cuando se analiza el lugar de nacimiento de las personas. Aquellos residentes que han nacido en territorio nacional eran a principios de este año 422.209, cifra que descendería hasta 354.346 dentro de una década y media (-67.863).

Sin embargo, la tendencia es inversa en el caso de aquellas personas que viven en nuestra provincia pero que han nacido en el extranjero. La cifra actual sería de 36.932, mientras que la proyectada por el INE para 2035 ascendería a un total de 44.554. En este caso, la llegada de inmigrantes haría que este colectivo ganase 7.622 personas.

La caída de residentes a 15 años se centra en aquellos que han nacido en España, pero crecerá la inmigraciónEn todo caso, la provincia de León se mantiene a la cabeza de la comunidad en pérdida de recursos humanos en términos absolutos, aunque Zamora lidera en cuanto a los valores relativos. Concretamente, las proyecciones establecen que esta última provincia perdería el 17,5% de su población (-36.426), por delante de León, que como se ha comentado con anterioridad vería reducido su censo en 60.241 personas (-13,1%). Mientras, Palencia se dejaría un 11,9% de sus vecinos (-19.044) y Ávila sufriría una caída del 11% (-17.442). El mejor comportamiento lo presenta Burgos, que hasta 2035 verá como su población se reduce ‘solo’ un 6,5% (-23.216), por delante de Segovia, con un retroceso del 6,6% (-10.190). Por su parte, la caída tanto en Valladolid (-36.426) como en Soria (6.301) será del 7%. Finalmente, la provincia de Salamanca perderá 36.219 vecinos (-10,9%).

Todo ello hace que las estimaciones del INE dejen a Castilla y León como la comunidad autónoma que más población perderá en los próximos 15 años, al reducirse su censo en 239.054 habitantes, lo que supone un retroceso del 10%. La tendencia provincial y autonómica contrasta con la que los datos vaticinan para el conjunto del país. Concretamente, las proyecciones ponen de manifiesto que hasta el año 2035 España ganará 954.497 habitantes, lo que supone un 2% y haría que se superasen los 48 millones de habitantes.

Siguiendo con la situación demográfica nacional, en el estudio también se hace hincapié en que en el año 2070 la población del conjunto de España alcanzaría los 50,6 millones, con un incremento de 3,2 millones de personas. El progresivo e ininterrumpido aumento de las defunciones – siempre superior al número de nacimientos– daría lugar a un saldo vegetativo negativo durante todo el periodo analizado.

Sin embargo, este saldo vegetativo negativo sería superado por el saldo migratorio positivo, lo que provocaría un aumento de población durante todos los años del periodo proyectado. El aumento de población se debería por tanto, exclusivamente, a la migración internacional. Esto produciría que la población nacida en España siempre disminuiría y pasaría de significar el 85,2% del total de la actualidad a representar el 66,8% dentro de 50 años.