El Palacio de los Guzmanes y la fuente de Santo Domingo se iluminaron la tarde de este sábado de color amarillo con motivo del Día Mundial de Concienciación del Trastorno Específico del Lenguaje, TEL/TDL.
En su entorno una concentración sirvió para dar visibilidad a un problema tan desconocido como serio y afecta a entre el 3 y el 7 por ciento de los niños escolarizados, niños y niñas que se sienten extranjeros en su idioma. León se suma a esta iniciativa de la Asociación Española del TEL (Asteles), que quiere dar a conocer un problema de envergadura, en el que la detección precoz y las terapias personalizadas son imprescindibles; hasta hace poco tiempo el TEL se diagnosticaba como una variedad más del autismo.
El amarillo es el color adscrito a esta patología y, por ello, los familiares de los afectados han comenzado a organizarse en torno a Asteles, asociación nacional presidida por la madrileña Ester González, también presidenta de la asociación de Madrid, y cuya vicepresidencia corre a cargo de la periodista leonesa Susana Teixeira López. Y de ahí el apoyo de las instituciones leonesas ante esta demanda de toma de conciencia de la sociedad para remediar la escasez de medios y de profesionales especializados, para poder abordar soluciones con más eficacia.
Hasta hace poco tiempo este trastorno se achacaba a cierta lentitud del escolar para comenzar a hablar, a la que se le restaba importancia y resultaba difícil diagnosticar lo. Fueron el especialista belga Marc Monfort, ya fallecido, y ahora su hija Isabelle, los primeros en describir las particularidades del TE/TDL. El libro ‘Leer para hablar’, que aglutina el trabajo de estos pioneros, marca el camino idóneo para hacer frente al trastorno, que padecen uno de cada tres escolares que presentan problemas de aprendizaje del lenguaje. La combinación de la detección precoz y la terapia especializada son imprescindibles para que estos escolares puedan manejar la herramienta más importante en el proceso educativo. Los expertos señalan que hay evidencias que advierten que algo sucede y sugieren que se deben evitar mitos y leyendas como «ya hablará», «es muy pequeño», «cada niño tiene su ritmo». Hay un principio innegable: la demora en el aprendizaje del lenguaje es una característica de este trastorno. No todos los escolares que tardan más de lo habitual en aprenderlo lo padecen; en cambio, todos los que han sido diagnosticados con TEL sí fueron hablantes tardíos, comienzan más tarde, y su vocabulario es muy escaso.