Vienen estas dos minibiografías —del más viejo y la última centenaria— a cuento de que no es lo importante la edad de estas gentes que pasan del siglo de vida sino de lo que han hecho en estos años, su ejemplo, las enseñanzas que nos han dejado y que sería terrible desperdiciar u olvidar, incluido su sentido del humor para explicar su longevidad, que tiene una gran representante en la española más anciana que «sospecha que Dios se ha olvidado de mí», dice la catalana María Branyas, que ha superado el Covid y se mantiene en buena forma y con lucidez. No menos lúcida para explicar la longevidad era la explicación que daba Ricardo Álvarez, un ancarés afincado en Matallana que llegó a los 110 años y cuando le preguntaban el secreto decía con una pícara sonrisa, muy suya: «Trabajé hasta los 80 años, antes las cosas eran así; y ahora que me pagan por comer y dormir ¿tú te crees que yo me voy a dejar morir?».
No menos ingeniosa era la salida de la primera leonesa en llegar a los 108 años, ya en el siglo pasado, cuando pedía chorizo para celebrarlo, en vez de tarta, y a la disculpa de que le podría hacer daño al estómago ella argumentaba que «a mí estómago lo único que le hizo daño, toda la vida, fue el hambre, no el chorizo». No le faltaba razón. Tío Quico, de Pinilla de la Valdería, que también fue el más anciano de España tenía una fórmula singular para vivir mucho: «Mucha cama, poco plato y mucha suela de zapato», decía este hombre que emigró a Hispanoamérica, hizo fortuna, regresó al pueblo le pilló aquí el estallido de la guerra civil y perdió todo aquello al no poder volver. Trabajó después de resinero... y sabio. Otro indiano, el recordado Miguel Suárez, que también llegó a los 110, hizo fortuna en Méjico: «Con trabajo llegamos a abrir hasta siete tiendas. Trabajo y astucia. Porque además de vender frijoles, café molido, azúcar picada, manteca o cereales, envasábamos licor a granel en botellas que pasaban por ser autentico coñac francés». También tenía una fórmula para la comida: «Poco licor, escasa grasa y un cigarro sólo si es para presumir».
Habría para seguir y no parar. Aquí quedan algunas de sus frases, anécdotas comparadas con sus vida, de ahí el consejo de ir más allá de la anécdota de la cifra de años vividos y escuchar los consejos y los ejemplos.
Españoles con mas de 111 años
- María Branyas Morera (113 años. 4 de marzo de 1907). Nació en San Francisco (Estados Unidos) y vive en Olot (Girona). Ha superado el coronavirus y para explicar su longevidad dice «creo que Dios se ha olvidado de mí».
- (y primer hombre) Saturnino de la Fuente (8 de febrero de 1909). El leonés al cumplir los 111 ocupaba el número 6 de España.
- Brígida Sales Expósito (111 años. 3/10/1909): Nació en La Sarratella, provincia de Castellón y vive en Francia (Aramón Languedoc) desde hace muchos años y es la mujer más anciana del país vecino.
- Concepción Caselles Serra (11 años. 18/11/1909). Nació en El Bruc y en la actualidad vive en Vilanova del Camí, ambas de la provincia de Barcelona. Tan tiene problemas audición esta mujer que es una excelente conversadora.
- Luciana Merino Larmet. (111 años. 6/12/1909). Esta andaluza nacida en Córdoba vive en la actualidad y es la última española que supera los 111 años, la lista ya continúa con ancianos de más de 110.
- Josefa San Román. (111 años. 01/01/1910). Nació en Ciudad Rodrigo y es una de las españolas que ya ha recibido las dos dosis de la vacuna
