La reestructuración del sistema financiero en España sigue su curso, lo que mantiene el cierre de oficinas bancarias en todos los puntos de la geografía española. Alrededor de 900 sucursales cerraron en todo el país en el pasado año y más de una veintena lo hicieron en la provincia leonesa. Si bien es cierto que el goteo de cierres de sucursales comenzó con la crisis económica de 2008, las circunstancias económicas, tecnológicas y organizativas que se han dado en los últimos años han provocado que cada vez sea más reducido el número de oficinas en las que poder realizar una gestión bancaria.
Los datos publicados en los anuarios de la Asociación Española de Banca (AEB), la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (UNACC) y la Confederación Española de Cajas de Ahorro (Ceca) desvelan que la banca ha cerrado un 40,5% de las puntos de atención al público que tenía en toda la provincia leonesa en los últimos cinco años. Este informe subraya que la provincia de León cuenta ahora con 214 sucursales bancarias, una cifra lejana de las 360 que había instaladas en el pasado 2018.
De las oficinas actuales, 78 corresponden a los bancos, 107 a las las relacionadas con el sector Ceca y las 29 restantes corresponden a las cooperativas de crédito asociadas a la UNACC. Ninguna de ellas están asociadas a sucursales de entidades de crédito extranjeras, tanto comunitarias como extracomunitarias. Cabe destacar la singularidad de estas últimas cooperativas, las de la UNACC. En el 2018 había 18 sucursales en la provincia leonesa (17 correspondientes a la Caja Rural de Zamora y una más a la Caja de Crédito de los Ingenieros). Durante los últimos cinco años se han abierto seis oficinas más de la caja zamorana, tres de Eurocaja Rural y otras tres de la Caja Laboral Popular.
En el lado opuesto, están los grandes bancos que se han visto obligados a cerrar buena parte de sus oficinas. Destaca el caso de Unicaja Banco, que ha bajado la persiana en 60 oficinas en los últimos cinco años. Tras el anuncio del cierre de muchas de sus sucursales, la entidad afirmaba su compromiso con amortiguar esta reducción de oficinas mediante la instalación de cajeros automáticos en aquellos lugares que se iban a quedar sin servicio presencial para combatir la exclusión financiera. Otro de los grandes negocios que ha reducido notablemente su presencia en la provincia leonesa es el Banco Santander. Ha cerrado 42 sucursales en León desde el año 2018 siguiendo la reestructuración de su red de oficinas que se vio intensificada durante la pandemia. Algunas de ellas, no obstante, han sido reconvertidas en otros espacios, como el ‘Work Café’ ubicado en la avenida Ordoño II de la capital.
Menos trabajadores
El cierre de las oficinas bancarias ha supuesto que muchos de sus trabajadores hayan tenido que ser acomodados en otras oficinas o, en el peor de los casos, despedidos. Según los datos que ofrece la AEB en su último anuario publicado, en León hay 441 profesionales que trabajan en las distintas sucursales que hay repartidas por la provincia, con una media de cinco por oficina. Estos suponen el 0,53% de trabajadores de bancos que hay en toda España.
El número de empleados contabilizados en el último anuario es bastante inferior comparado con los datos que se ofrecían hace cinco años. En el 2018 había 668 trabajadores en las oficinas bancarias leonesas, seis por sucursal, que suponían un 0,73% de los profesionales totales. Esto es una disminución del 34% en los últimos cinco años. En el caso de la comunidad autónoma, en la actualidad hay 2.275 trabajadores en activo, un 2,75% del total del país, frente a los 3.256 que había en 2018, que suponía un 3,43%.
Algunas entidades afirman que están trabajando un nuevo modelo de gestión comercial que incluye, en algunos casos, la figura del gestor remoto y otros roles comerciales especializados en determinados servicios y en la atención a los clientes según sus necesidades más específicas.