El osezno rescatado a finales de julio en la localidad leonesa de Barniedo de la Reina ha regresado a su hábitat tras más de tres meses en los que ha pasado por un proceso de recuperación en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid y otro de aclimatación en el centro de la Junta de Castilla y León en Valsemana.
El animal, al que se ha nombrado Barniedo, ha sido puesto en libertad en una zona próxima al entorno donde fue hallado herido, en un robledal con gran producción de bellota, lo que le facilitará alimento en los próximos meses, según ha explicado la Junta en un comunicado.
Este proceso de liberación ha sido dirigido por el personal técnico y veterinario de la Junta y ha contado con la participación de veterinarios del Principado de Asturias en una colaboración para compartir conocimiento.
En concreto, agentes medioambientales y celadores de la Junta, más personal de la Patrulla Oso de la Fundación Patrimonio Natural de la misma administración, se han encargado de ejecutar distintas fases del manejo y traslado de Barniedo, quien fue hallado con quemaduras en el entorno del municipio leonés homónimo, próximo a la superficie afectada por el incendio de Villafrea de la Reina el 27 de julio.
Antes de ser liberado definitivamente en la naturaleza, Barniedo estuvo desde la noche anterior en una habitación de aproximadamente 25 metros cuadrados, en donde entró para alimentarse, lo que permitió a los veterinarios realizar la sedación con cerbatana para poder trasladarlo a la sala del centro de Valsemana, donde se evaluó su estado de salud.
Una vez en la sala habilitada, en primer lugar se le extrajeron muestras de sangre y de pelo, lo que permitirá conocer su variabilidad genética, entre otras cuestiones. Asimismo, se le tomaron medidas físicas y se comprobó el estado de las garras que había perdido al lesionarse en el incendio, de las que algunas ya han comenzado a recuperarse.
Las plantas de sus patas están totalmente recuperadas y no presentan ningún rastro de las lesiones sufridas, mientras el resto de su estado de salud es "muy bueno", con casi 30 kilogramos de peso y "gran energía", lo que contrasta con el estado en el que llegó al CRAS de Valladolid el pasado 2 de agosto, cuando solo pesaba seis kilos.
Además de evaluar su estado físico, de forma previa a su liberación se le colocó un doble dispositivo de localización. El primero de ellos es un emisor GPS instalado en su espalda, el cual se prevé que sea operativo hasta la llegada del verano, cuando el animal mude su pelaje y el emisor se desprenda, y el segundo es un emisor por radiofrecuencia que puede estar emitiendo señal entre cinco y seis años, si no se desprende.
Así, los agentes medioambientales, celadores y Patrulla Oso podrán seguir su rastro para conocer sus movimientos en las distintas épocas del año, averiguar sus hábitos de alimentación y prever sus movimientos en función de la disponibilidad de alimento en el monte.
El responsable de la Patrulla Oso, Daniel Pinto, ha subrayado que tenerlo localiza a Barniedo, que también lleva un microchip, es una herramienta "muy útil" para evitar posibles situaciones de conflicto con los habitantes de las poblaciones más cercanas.