Se dio a conocer durante la eucaristía en honor a Santa Nonia el pasado 30 de octubre de 2019 –día de su fiesta–, celebrada en el templo, hasta donde sabemos, por primera vez en la historia; e instaurada con vocación de continuidad.
Tanto la conmemoración de la festividad de la santa, como que las reliquias se encuentren en la iglesia, se debe fundamentalmente a Manuel Flaker, que es rector, tanto del seminario Redemptoris Mater, como de la capilla, director nato y consiliario de las cofradías en ella radicadas y párroco del Mercado, entre otras responsabilidades.
Del seminario menor a Santa Nonia
El seminario Redemptoris Mater se trasladó en 2009 a las instalaciones –a una parte de ellas– que había ocupado el seminario menor San Isidoro de la diócesis hasta que, unos años antes, cerró sus puertas. E, introducida en el altar de su capilla –y sellada–, se encontraba aún una pequeña caja de plata que, desde su consagración el 18 de mayo 1952, albergaba unas reliquias de San Marcelo y sus hijos. Así lo indicaba el documento que las acompañaba, firmado por el entonces rector del seminario menor, Elías del Blanco: «MCMLII die decimo octavo mensis Maii, Ego Elias del Blanco hujus Seminarii Rector, ex delegatione Episcopi Dris. Aloisii Almarcha juxta Facultates Quinquenales consecravi altare hoc, in honorem sancti Isidori. Reliquiae Sanctorum Martirum Marcelli et Filiorum ejus in eo inclusae sunt. Singulis Christi fidelibus, hodie unum annum, et in die anniversario consecrationis hujusmodi ipsum visitantibus centum dies de vera indulgentia, in forma Ecclesiae consueta Rvdmus. Episcopus concessit».
Una parte de ellas son las que ahora se encuentran en Santa Nonia –el resto permanecen en el seminario Redemptoris Mater–, pequeños fragmentos óseos –‘ex ossibus’– y, por tanto, ‘de primera clase’ (restos de su cuerpo), de las tres categorías en que se dividen las reliquias de los santos (la segunda es la ropa y objetos de su pertenencia; y la tercera, lo que haya estado en contacto con otras reliquias).