La locura (bendita) con Darío o la magia de una cara de ángel

Los actos solidarios con la ‘lucha de Darío’ no cesan;la ultra-rara enfermedad que padece toca la fibra de muchos y él más

19/11/2023
 Actualizado a 19/11/2023
Darío feliz en una de sus visitas, a los bomberos de León en este caso. | POR DOS PULGARES DE NADA
Darío feliz en una de sus visitas, a los bomberos de León en este caso. | POR DOS PULGARES DE NADA

Hacer una lista de todas las iniciativas  que han surgido desde que se conoció la ultra-rara enfermedad que padece (FOP) Darío, un niño de dos años de La Pola de Gordón, sería suficiente para llenar esta página y tal vez más. Colegios, cazadores, moteros, guardias civiles, clubes de fútbol, pulseras solidarias, carreras populares, 4x4 sobre el barro, autoridades, bomberos, grafiteros, artistas, programas de televisión, huchas colocadas en todos los bares y otros negocios de la comarca, y lejos de ella que ‘la lucha de Darío’ cada vez supera más fronteras, de Cataluña a Asturias... Y en todas ellas, salvo caso de fuerza mayor, aparece Darío con la sonrisa amplia de quien aún ignora su tragedia y muestra su felicidad de niño que quiere seguir jugando. En fin, una locura, bendita locura; una ola de solidaridad con este niño con cara de ángel travieso que, en realidad, lo es con la ONG que han creado sus padres (pordospulgaresdenada) para recaudar fondos destinados a la investigación, para todos los enfermos de esta rarísima enfermedad de la que Darío es el paciente más joven, con mucho; los enfermos de FOP más jóvenes, anteriores a él, rondaban los 20 años, Darío tiene 2. 

Es cierto que a la solidaridad que despierta cualquier enfermedad tan rara y agresiva se une la edad de Darío, la entereza y generosidad de sus padres (Bea y Óscar) y esa cara de ángel trasto que impide a cualquiera pasar de largo ante cualquier cartel de Darío con un nombre extraño: Fibrodisplasia Osificante Progresiva. 

Este mismo fin de semana, como un ejemplo más, en Asturias (Castrillón) hay un encuentro solidario de moteros; y el domingo la cita será en su pueblo, La Pola de Gordón, una concentración de coches clásicos que organiza el singular Miguel, el del mesón: «Ya se han apuntado cien coches, 160 comensales, se han agotado las rifas... en fin, va a ser un éxito seguro y me hace muy feliz, no podía ver los carteles y pasar de largo; tenemos que estar con esta gente, facilitar la investigación y tener esperanzas».

Es lo mismo que, seguramente, dirían todos los demás ‘mecenas’.

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