Con respecto a 2017, los cámpines han incrementado un 8,8 por ciento su número de viajeros, con casi 4.000 turistas más de los 43.668 contabilizados durante el ejercicio anterior. En lo referente a viajeros extranjeros, en el último año también cabría añadir 8.305 usuarios más. Sin embargo, la estancia media cayó y, en consecuencia, también lo hizo el número de pernoctaciones que en 2018 se situó en cerca de 12.000 estancias menos que las 184.695 del curso pasado. Por lo tanto, desde los cámpines de la provincia se valoran positivamente los resultados, «a pesar del tiempo» y de un mes de julio «muy lluvioso» que perjudicó buena parte de la temporada alta.
Para la Asociación de Empresarios de Camping de Castilla y León (Asecal), las «buenas sensaciones son evidentes». Unas buenas sensaciones que en los dos últimos años se traducen en un 24% de aumento en el número de viajeros nacionales y en un 19,1% en las pernoctaciones. «Desde 2016 ha habido una recuperación importante en el número de usuarios», señala su responsable Raúl Vaquero.
Unos datos que también ponen de manifiesto, aunque con moderación, desde el campin de Sena de Luna. «2017 y 2018, aunque no sea para tirar cohetes, sí que hemos recuperado a pesar del tiempo. Algo sí se ha mejorado con respecto a los peores años de la crisis», comenta.
Para Asecal la mejora no es fruto de la causalidad y responde a que «en los años difíciles de la crisis en vez de relajarse han hecho más promoción». «Esto se debe a la buena labor de los cámpines que en la mayoría de los casos han mejorado las instalaciones y han apostado por aumentar la calidad de sus negocios», reflexiona Vaquero.
En la misma línea se explica el gerente de Laciana Natura, campin situado en Villablino, quien asegura que «el leve crecimiento» ha sido fruto del «trabajo bien hecho» con diferentes plataformas. «Hemos puesto cabañas de madera para trabajar también el invierno y para estos fines de semana hemos tenido muchas reservas, apunta.
Luchando contra la temporalidad
Precisamente estas iniciativas como las de Laciana Natura buscan combatir la estacionalidad evidentemente vinculada al sector de la acampada. «La temporalidad en León es inevitable por el tiempo pero, aunque los meses fuertes siguen siendo los de verano, hemos visto una mejoría en la temporada media y baja», asegura el portavoz de Asecal.Esta victoria a la estacionalidad está cimentada, según Raúl Vaquero, en dos pilares. Por un lado, por las autocaravanas que están aumentando y hacen que los usuarios de estas zonas acotadas se muevan por todo el territorio. A esto habría que añadir el fenómeno de los ‘bungalows’ y las ‘mobilhomes’ que «ya ofrecen muchos cámpines de alquiler y les ayuda a salvar la temporalidad».