Las importantes precipitaciones registradas durante las últimas semanas han permitido que todos los sistemas de la cuenca presenten una tendencia ascendente en sus reservas, ganando 116,7 hectómetros cúbicos en los últimos siete días.
Esta tendencia es «positiva, teniendo en cuenta la situación complicada con la que se inició este año hidrológico 2022-2023, con las reservas a 1 de octubre en el 28,7 por ciento, cerca de diez puntos menos que la media de la década (38,2 por ciento)», destacaron desde el organismo de cuenca.
La presidenta de la CHD, María Jesús Lafuente, consideró que el valor actual de los embalses es «positivo» si se tiene en cuenta la «complicada situación con la que arrancó el año hidrológico». Aún así, dijo, la distribución de las precipitaciones y la aportación a los embalses ha sido muy desigual. Asimismo, advirtió de que hasta la fecha «no ha nevado en las zonas altas de la cuenca que vierten a los embalses y es básico para unas aportaciones constantes durante primavera», por lo que puso de relieve que «la cuenca sufre la inercia del año anterior».
Embalses leoneses
A juicio de Lafuente, los embalses de la provincia de León están creciendo de manera comedida pero «insuficiente» en sus niveles de reservas, situándose por debajo de los niveles medios para la fecha. En su conjunto, los embalses leoneses se encuentran al 49,1 por ciento de su capacidad con 636,6 hectómetros cúbicos de los 1.296 que puedan acumular entre los cuatro; lejos de los 847,9 hectómetros cúbicos que presentaban en estas fechas al inicio de 2022.
En cuanto a los datos en solitario, el embalse de Barrios de Luna se encuentra al 41,2 por ciento de su capacidad con 127 hectómetros cúbicos; el de Riaño se encuentra al 51,9 por ciento con 337,8 hectómetros cúbicos; el del Porma al 50,5 por ciento con 166 hectómetros cúbicos; y el de Villameca al 58,2 por ciento con 11,6 hectómetros cúbicos (que llegó a encontrarse al 4,8 por ciento en octubre).
Resto de embalses de CHD
La distribución geográfica de las precipitaciones, y por tanto, de las aportaciones a los embalses, ha sido durante este otoño «muy desigual». De esta forma, la mejor situación se encuentra en la zona suroccidental de la cuenca y la «más crítica» en el noreste.
En concreto, los sistemas Águeda y Tormes (al 75 y 79 por ciento, respectivamente) iniciaron su recuperación en la segunda quincena de octubre, llegando a alcanzar los preceptivos niveles de resguardo en sus embalses en el mes de diciembre, situándose por encima de los valores medios y habiendo laminado avenidas de importancia en los ríos Tormes y Águeda, evitando posibles inundaciones.
El sistema Adaja presenta un nivel de reservas del 74,6 por ciento, situándose también muy por encima de la media de los últimos diez años. Se encuentra también en una situación favorable el embalse de Linares del Arroyo (58,3 por ciento). Ambos sistemas han mostrado una recuperación fuerte en el mes de diciembre.
Es reseñable el gran cambio de tendencia que han desarrollado los sistemas Carrión y Tuerto, dos de los más afectados por la sequía durante el año hidrológico anterior, habiendo superado ambos los niveles de reservas medios para los últimos diez años. En concreto, Compuerto y Camporredondo almacenan 104,7 hectómetros cúbicos frente a los 82,3 de la media.
Por otro lado, el embalse de Cuerda del Pozo y los embalses del sistema Arlanzón se encuentran al 47 y 57 por ciento respectivamente. Por último, el sistema Pisuerga presenta un comportamiento «preocupante», manteniéndose en un nivel de reservas del 22,8 por ciento, un valor que se encuentra «extremadamente lejos de los valores habituales, y que augura un escenario complicado para los próximos meses».
Ausencia de nieve
Hay que tener en cuenta que, al menos hasta la fecha, no han tenido lugar prácticamente nevadas en las zonas altas de las cuencas vertientes a los embalses, y, por tanto, no existen reservas acumuladas en esta forma, cuya importancia es básica para garantizar unas aportaciones abundantes y constantes durante el invierno y la primavera.