Mientras los jóvenes sorianos logran una nota media de 10 puntos y los palentinos de 9,65, en el extremo opuesto aparecen los leoneses (7,50), los vallisoletanos (7,55) y los burgaleses (7,75). En Ávila la nota alcanza los 9,2 puntos, en Zamora (8,50), en Segovia (8,70) y en Salamanca (8). Este estudio, elaborado a partir de los datos de 2017 de la Estadística de Seguros de Automóviles (ESA), ofrece una radiografía de cómo conducen los jóvenes españoles. Habitualmente, este grupo de población provoca más accidentes con víctimas que los conductores experimentados. De hecho, la probabilidad de que un joven tenga un percance de estas características es 1,8 veces mayor que lo padezca una persona que ha superado los 35 años.
Para la elaboración del informe se ha recurrido a una metodología en la que se diferencian los accidentes en función de su gravedad. De esta forma, se han considerado graves aquellos siniestros donde hubo algún herido o fallecido. Mientras, los accidentes leves son aquellos casos en los que solo se produjeron daños materiales. O lo que es lo mismo, golpes de chapa. Asimismo, se ha establecido un sistema de evaluación del 1 al 10 para medir la probabilidad de accidente entre los jóvenes de las diferentes provincias, ponderando la cantidad de siniestros ocurridos en función del número de vehículos registrados en cada territorio.
El informe muestra con claridad cómo la probabilidad de tener un percance va descendiendo conforme se gana experiencia al volante. Mientras que un joven con solo un año de carnet tiene cuatro veces más probabilidades de tener un accidente de tráfico grave que un conductor experimentado, esta diferencia baja a 1,8 veces al alcanzar los 10 años conduciendo.
Otro fenómeno que muestra el estudio es que, cuando se analizan los vehículos involucrados en colisiones, los de dos ruedas tienden a sufrir más accidentes graves. Un dato especialmente llamativo es el de los ciclomotores. Según el informe, un conductor menor de 35 años y con menos de un año de experiencia tiene 7,5 más probabilidades de sufrir un accidente grave que una persona que lleva más de una década conduciendo este tipo de vehículos.
Accidentes graves
El análisis territorial del comportamiento de los jóvenes al volante refleja que, en el caso de los accidentes graves (los que causan daños corporales), tan solo aprueban los jóvenes de Soria, Cuenca, Huesca, Cáceres, Segovia y Ávila. Las peores notas se dan, mayoritaria pero no exclusivamente, en territorios ubicados en el sur de España. En concreto, los peores resultados aparecen en Las Palmas, Cádiz, Sevilla, Málaga, Pontevedra y Almería.
De todas formas, el análisis por sexos muestra que apenas hay diferencias significativas en la siniestralidad entre hombres y mujeres menores de 36 años cuando se fija la atención en los accidentes graves. Ellos puntúan mejor en 24 provincias, ellas en otras 23 y se dan empates en las tres provincias restantes (Tarragona, Murcia y Las Palmas de Gran Canaria).
Al examinar los resultados territoriales de los accidentes leves -es decir, aquellos propios de la conducción urbana y dónde solo hay que lamentar daños materiales–, aprueban los jóvenes de todo el país. Esto ocurre por dos motivos. Por un lado, por la mejora en la conducción de los jóvenes. Y por otro, por el empeoramiento general registrado en la conducción por parte de las personas de más de 35 años. Los datos de los jóvenes se comparan con la siniestralidad agregada del conjunto de conductores mayores. Por lo tanto, si estos empeoran como colectivo (tal y como ocurrió en 2017), la nota de corte se vuelve más accesible para los jóvenes.