"Los leoneses son autocríticos, hasta crueles consigo mismos"

Martín Guevara acaba de publicar ‘La paz de los gorriones', cuya presentación tendrá lugar el próximo 22 de junio a las ocho de la tarde en la Fundación Sierra Pambley

Fulgencio Fernández
05/06/2023
 Actualizado a 05/06/2023
Martín Guevara lleva doce años afincado en diversas localidades de León. | L.N.C.
Martín Guevara lleva doce años afincado en diversas localidades de León. | L.N.C.
Martín Guevara, afincado en León desde hace 12 años, ha vivido siempre con el estigma de ser sobrino de un mito como Che Guevara. Además, en sus tres primeros libros la figura de su tío, Cuba, la memoria de su etapa en la isla, Fidel... estaba muy presente. Ahora publica un libro de relatos de ficción, ‘La paz de los gorriones’, que se desarrollan en muchos de los países y ciudades que ha recorrido y en el que León no podía faltar, se titula ‘Bernesga’.

– Su nuevo libro de relatos, de próxima presentación, se titula ‘La paz de los gorriones’. ¿Qué mensaje encierra? ¿Qué le llevó a elegirlo?
– La paz de los gorriones nace de una observación de un personaje que explica en un cuento que en China se ordenó matar a todos los gorriones, el exterminio masivo de esos pajaritos trajo consecuencias mucho peores para la siembra y la cosecha y azotó fuertemente el hambre, entonces se importaron gorriones de países considerados entonces enemigos para repoblar China de gorriones, de esos momentos de reconsideración del pequeño animalito, nació el título, pero fue adquiriendo nuevos significantes.

– ¿Hay en el uso de los gorriones un guiño a León y lo leonés, la tierra en la que ya llevas unos años, pues aunque no es un pájaro exclusivo de esta tierra sí es como muy simbólico en ella, como sinónimo de los resistentes? De hecho, en la montaña hayuna expresión para cuando se van los veraneantes, los visitantes, para el invierno, cuando dicen “ya solo quedamos los gorriones”?
–Muy buena esa expresión que desconocía! Mira ahí agregamos un nuevo significante del título. Y nunca olvido que cuando viví nueve meses en Viilladangos supe que entre ahí y Valverde, hay unos chopos que tienen multitud de nidos de unos grajos que solo se encuentran o se reproducen ahí. No son gorriones pero lo recordé con la elección del título.

– ¿Cómo ha sido esta década larga de convivencia con los ‘gorriones’ leoneses? ¿Cómo le ha acogido esta tierra? ¿Qué destacaría de ella alguien que ha vivido en diferentes países y en situaciones muy diferentes?
– Vine a vivir a León, por un puesto de delegado de una empresa de logística, llevaría Castilla y León y Asturias, por eso elegí Villadangos por las confluencias de las carreteras. Cuando me tomé unas tardes para conocer la ciudad, me enamoré de ella, por varias razones, que estuviese todo al alcance la mano; por su coquetería, advertí que en León la gente tiene un buen gusto natural para combinar colores al vestir, hablo de la ciudad no del alfoz, esa mezcla de gustos del marrón al verde de tweed con toques de glamour parisino aún siendo una ciudad perdida en el norte y donde se despreció la propuesta de Ryanair de traer cinco destinos europeos al aeropuerto de la Virgen del Camino.

–¿Y su gente?
- Me gustó el genotipo de la gente, veo que aquí son muy autocríticos, a veces crueles consigo mismos, se tratan de cazurros y secos, y no es así, los leoneses son personas muy amables y educadas, pero después cada uno en su casa. Y una cosa que recuerdo que le dije a la madre de mi hijo para mudarnos de Madrid a León, fue que la gente paraba en el paso de cebra, ese detallito fue definitivo, en eso se parecía aEuropa central.Se me ha tratado muy bien, pero sobre todo por eso de que tras un rato de confraternizar cada uno también aprecia el espacio propio, el silencio. Me gusta la conducta a que invita el clima frío, y después está que el 75% que rodea a León es montaña, de todos tipos y colores, desde la alta de Picos de Europa a la Cabrera baja , media y alta, Puente Domingo Flórez, el verde de Ancares, el Biierzo, Laciana, Babia, Luna y en fin toda la provincia.

– Los relatos de ‘La paz de los gorriones’son una sucesión de miradas y reflexiones por muchos de los países que ha visitado o conoce: Desde su Argentina natal, Cuba, por supuesto, a Europa, Japón, Estados Unidos… ¿Una mirada global al mundo?
–Por supuesto todo relato siempre lleva algo de lo que uno ha visto, atesorado, admirado o rechazado, pero es ficción, tenía ganas después de tres libros de No ficción testimonial, de escribir ficción, una especie de novela compuesta de diez cuentos en diferentes países y continentes con personas de la vida cotidiana que de repente salen de su zona de confort.

–En ese recorrido no podía faltar un espacio para León, el cuento Bernesga, con múltiples capas que vas entrelazando y dejando miradas. Una de las primeras el uso de diminutivos que utilizamos los leoneses y sorprendieron a Liz, la protagonista de relato ¿También a Martín Guevara?
– Sí, claro, definitivamente, me encanta esa familiaridad con Asturias, hay muchas cosas en que yo considero a la gente de aquí más astur leonesa que castellano leonesa. El uso de los diminutivos es una de ellas.

– ‘Bernesga’ tiene un elevado contenido histórico, de hechos y personajes ¿Es nuestro rico pasado uno de sus grandes legados? ¿Lo cuidamos o lo tenemos demasiado olvidado?
–La historia de León es impresionante en todos los sentidos y en varias épocas, de más está decir la fundación romana, la provincia en función del oro sacado de las Médulas, y todos los caminos e ingeniería que se hizo, la que se advierte o se intuye en Lancia o Astorga, o sepuede apreciar en la Villa de la Olmeda cerca de Saldaña; luego todo el período de Ordoño II y su tránsito del reinado Astur al leonés del cual, para mí, la figura más enigmática fue su hijo Ramiro II. Pero hay muchos períodos históricos de pequeñas historias muy interesante para el curioso historiador, escritor o simplemente bardo y trovador de los pueblos. Como el hecho de la vestimenta de los gauchos argentinos, nace a partir de la vestimenta de los Maragatos.

– Reflexiona en un apartado del cuento con ‘la doble vida’ de algunos lugares, como el hoy hostal de San Marcos, antes hospital de peregrinos, en la guerra un campo de concentración que aún despide un fuerte ‘olor’ que impide pasar ante su fachada e incluso atravesar el cercano puente ya que en la otra orilla hubo horribles fusilamientos.
– Hace poco fui testigo del desentierro de los restos de fusilados en una fosa común en el cementerio de Villadangos; varios de ellos fueron sacados del Hostal de San Marcos con una hambre y sed terrible y no se les ofreció siquiera un vaso de agua por piedad antes de ser asesinados a la la luz de una piadosa luna, que noche tras noche sostiene en el aire, mediante una nota sonora y un brillo repentino, el grito de aquellos ejecutados fuera de la guerra. Asistí a los testimonios de los pocos sobrevivientes de aquel infierno que fue el claustro o patio central del Hostal y lo que contaban no se puede procesar, con nuestro cerebro ni nuestra sensibilidad de hoy, sin atravesar una especie de crisis como especie, porque aunque haya crueles, y culpables, la reflexión es que todos somos humanos, y somos capaces de lo mejor y lo más abominable. De ahí mi posición firme en contra de toda dictadura de cualquier signo, ya que no existe ideología si hay dictadura, solo gobierna el miedo, la no razón, el odio, y exacerba todo lo opuesto a lo que somos capaces en materia de concordia y de amor si nos lo proponemos, peor no podemos dejarlo liberado al azar, debemos ser centinelas de lo bueno conseguido y sobre todo, de nosotros mismos, toda vez que el más abyecto sertiene los mismos cromosomas que el más pleno en ternura. Me gustaría agregar que, en el cuento de León, si bien Liz pasa por el claustro atestado de presos de San Marcos, también pasa por la muralla romana donde unos legionarios del Contubernium conversaban sobre sus vidas y la paz de un buen servidor de Ramiro II. La ‘doble vida’ de San Marcos, campo de concentración y hotel, nos hace reflexionar sobre la doble condición del ser humano, capaz de lo mejor y de lo más abominable

– En el resto de relatos recorre medio mundo.
–Sí, son relatos que se desarrollan enpaíses y ciudades a las que le tengo un afecto especial, por ejemplo esa suerte de familia cosmopolita que se encuentra en Sicilia, de cubanos, austriacos , rusos; el estado de Oregon, en Estados Unidos, que además de precioso es mágico donde conocí a un chamán que había sido piloto de aviones de guerra cuando era joven, o Londres un delirio de urbe, o toda Francia. Está la alucinante Tokio, mi queridas Buenos Aires y La Habana, pero lo importante no son las diferencias entre los lugares sino precisamente las similitudes, o más bien, los acuerdos.

– Estos relatos le alejan de esa imagen que tanto llama la atención a los medios de comunicación, ser sobrino de una leyenda como Che Guevara ¿tenía ganas de escribir un libro sin referencias claras a esa etapa de tu vida, que fuera reflexión y literatura de Martín Guevara.
– Efectivamente, tras tres libros y cientos de artículos tocando temas de política, de observación empírica de la realidad en que se convirtió la Revolución cubana, y todo lo que lo rodea, también sobre aquellos revolucionarios de los años 70, entre quienes incluso se encontraba un tal Joan Manuel Serrat, valiente y solidario, tenía ganas de hacer lo que más me gusta, literatura, porque aunque yo escribiese no ficción intentaba hacerlo con cierto buen gusto, intentando alcanzar los niveles básicos que exijo a una obra para ser tenida en cuenta en mis lecturas, ¿pero que le vamos a hacer? ¡Todo no se puede tener!
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