Así lo pusieron de manifiesto ambos responsables en una de las reuniones periódicas mantenida ayer para tratar asuntos que afectan a ambas administraciones. Sin embargo, la relevancia del Plan Hidrológico, actualmente en fase de alegaciones hasta el 22 de diciembre, otorgó si cabe más importancia al encuentro, en el que los representantes del Gobierno regional expusieron los pormenores de las alegaciones que presentarán al Plan.
Balsas del Órbigo
Carnero explicó que la cuenca del Duero es la que menor capacidad de regulación tiene, dentro de las grandes de España, por lo que su departamento apostó por incrementar esta capacidad, algo que defendió por motivos como la importancia de «resolver problemas» de regulación estructurales en zonas con déficits para atender las demandas actuales. Carnero consideró que la cuenca está «infradotada» en regulación de agua, con el 30% de capacidad «cuando hay margen de crecimiento de hasta el 50 %». Por otro lado, Carnero reivindicó que la cuenca sea más resiliente frente a las consecuencias del cambio climático, “permitiendo las actividades necesarias que se precisan para garantizar el desarrollo rural en el territorio y el mantenimiento de la actividad socioeconómica, la población y el empleoen este medio”. “Podemos llegar a un buen acuerdo. Queremos que el agricultor que está en el escudo de la CHD se mantenga; y la clave es hacer un uso más eficiente del agua”, sostuvo el consejero.
En virtud de lo anterior, Carnero señaló que el Plan Hidrológico actual contempla únicamente dos regulaciones, que son las del Órbigo, cuya fase de información pública está llegando a su fin y se prevé próximamente sacar a licitación el proyecto