Los regantes de Babia comienzan a organizarse para decidir presente y futuro

Representantes de diez comunidades de la zona han decidido constituir una asociación que permita plantear soluciones que permitan la modernización del regadío tradicional

L.N.C.
10/03/2022
 Actualizado a 10/03/2022
La ganadería caballar es una de las principales actividades económicas de Babia. | L.N.C.
La ganadería caballar es una de las principales actividades económicas de Babia. | L.N.C.
Representantes de diez comunidades de regantes ubicadas en el Parque Natural de Babia y Luna se han reunido este miércoles, para analizar su situación, empezar a organizarse y a proponer soluciones a los retos a los que se enfrenta para mantener los riegos tradicionales en un espacio natural protegido, con una gran despoblación y con dificultades para afrontar los retos que plantean los requerimientos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y el mantenimiento de la viabilidad de las explotaciones ganaderas.

Reunidos en la localidad de San Emiliano, los presidentes o secretarios de las comunidades de regantes y de la comarca de Babia y de Luna han decidido convocar a las respectivas comunidades para constituir una asociación que permita plantear soluciones conjuntas que posibiliten la modernización del regadío tradicional en los municipios de Babia y de Luna situados por encima del embalse de Barrios de Luna. Los prados necesitan el regadío y son esenciales para el mantenimiento del paisaje, de los ecosistemas y, sobre todo, de la economía de Babia y Luna.

Las comunidades de regantes tienen graves problemas estructurales pues "la despoblación y la falta de apoyo institucional impiden que las mismas estén mínimamente organizadas, lo que imposibilita realizar obras de modernización o incluso acometer la instalación de caudalímetros, que, por otro lado, no tienen mucho sentido cuando en algunas comunidades de regantes existen 30 o 40 tomas distintas a lo largo del río", han señalado.

En la reunión se constató que los regantes tienen complicado mantener los puertos y azudes en los cauces públicos absolutamente necesarios para poder regar los prados de ribera. Destacaron que "el empleo de materiales no adecuados supone con cierta frecuencia la imposición de sanciones por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero, que no tiene en cuenta las dificultades que encuentran los pocos regantes que ya quedan para poder derivar el agua imprescindible que riegue sus prados".
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