Los regantes temen el cierre del grifo de Barrios de Luna

Avanza la campaña según lo previsto: con restricciones y el temor de no disponer del agua de Barrios de Luna a partir del 10 o el 15 de agosto si no llueve

T.G.
06/07/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Las acequias que dependen de Barrios de Luna corren peligro de no tener agua en poco más de un mes. | MAURICIO PEÑA
Las acequias que dependen de Barrios de Luna corren peligro de no tener agua en poco más de un mes. | MAURICIO PEÑA
Ya están los agricultores a vueltas con los riegos. Es la época. Toca estar pendientes de los hidrantes, de que no se atasquen los pivots, de que funcionen bien todos los ‘pajarillos’, de los turnos del agua y de que el guarda de la comunidad de regantes de turno les diga qué día les toca regar. Y mientras todo esto pasa, los embalses van perdiendo hectómetros de agua sin ganar ni uno. Los riegos van sacándose adelante con miedo por cómo habrá que acabar la campaña y los agricultores, que saben bien lo que significa apretarse el cinturón, se lo ciñen una vez más para no desperdiciar ni una sola gota de un bien tan preciado como escaso en este año de sequía en el que el agua ha brillado por su ausencia.

Haciendo cuentas, parece que no salen y son varios los representantes de las principales comunidades de regantes de la provincia de León que miran con miedo el mes de agosto: «Según las estimaciones, a partir del 10 o el 15 de agosto de Barrios de Luna no vamos a poder sacar ni un mililitro de agua para regar», afirman. Solo les salvaría de cerrar el grifo que lloviese «en condiciones». Algo, que nadie puede certificar que vaya a pasar en un mes.

Un último riego en agosto sería fundamental para salvar una cosecha que va 20 días adelantadaLos embalses de la cuenca del Duero almacenan a día de hoy un total de 3.435 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone el 45,7 por ciento de su capacidad total, 43,1 puntos por debajo de sus niveles el año pasado, y 34,4 menos que la media de la última década. Concretamente el de Barrios de Luna cuenta actualmente con 130 hectómetros cúbicos de los 308 de capacidad que tiene. El Porma cuenta con 146 hectómetros cúbicos de sus 317 y en el caso de Riaño, disponía, a día 3 de julio, de 288 hectómetros de sus 651 de capacidad.

A finales de marzo, la Junta de Desembalse se reunió para organizar la campaña de riego como consecuencia del bajo volumen de agua embalsada. Tocaba distribuir el caudal de riego en función de la superficie de cada zona regable. Con los riegos ya en marcha, los presidentes de las comunidades de regantes hacen una lectura positiva de ello en cuanto a que están notando «esfuerzos sobresalientes» por parte de los agricultores. Es el caso de los que forman parte de la Comunidad de Regantes del Páramo Bajo. Su presidente, Herminio Medina, asegura que «están ahorrando todo lo posible». «Estamos manejando el cupo que hemos asignado a cada agricultor y está todo saliendo bastante bien aunque va a ser necesario bajar las reservas porque vamos a andar muy justos», lamenta. Piensa en la lluvia como una posible salvación como lo hace Ramón Ferrero, de la Comunidad General de Regantes del Canal del Páramo. «Necesitaríamos que cayeran al embalse 200 litros por metro cuadrado y 50 en la zona pero parece que el tiempo no está por hacer el favor», lamenta. También reconoce que en su comunidad están restringiendo «al máximo» el consumo de agua con el fin de llegar al final de la campaña y poder salvar la producción. «A ver hasta cuando nos llega el agua pero los síntomas son bastantes negativos porque por mucho que queramos y según la Confederación Hidrológica del Duero, calculamos que hacia el 15 de agosto se nos acabe el agua del embalse y nos peguen el cerrojazo desde la propia Confederación», explica. Ferrero va más allá en su análisis y piensa en la próxima campaña, en el 2018: «Este año se está tirando de lo que quedó el pasado, que fueron 80 hectómetros. Si este año en Barrios de Luna van a quedar 15, ¿qué vamos a hacer si vienen mal dadas?».

En la margen izquierda del Porma ya han consumido el 40% del agua destinada a riego automatizadoEn el Páramo, que riegan con el agua procedente de Barrios de Luna, miran con preocupación el fin de la campaña. También en el Órbigo. Ángel González Quintanilla, presidente de los regantes de Barrios de Luna, ve el año para los regantes «cada vez más difícil». «El agua se nos va agotando y las previsiones que tenemos es poder llegar entre el 10 y el 15 de agosto con agua y a partir de ahí esperemos que la climatología sea beneficiosa y si no, tendremos unas pérdidas tremendas», analiza en el mismo sentido que los presidentes de las comunidades de regantes afectadas.

Margen izquierda del Porma

En la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma todo va «según lo previsto», explica su presidente, Matías Llorente. «En estos momentos la responsabilidad que están demostrando los agricultores es positiva y están trabajando de forma ordenada», afirma satisfecho en cierta medida porque confía en «poder cubrir perfectamente el riego de agosto y salvar los cultivos».

En la Comunidad de Regantes que preside Llorente, ya tienen un 40% del riego automatizado consumido en lo que va de año. En los riegos por inundación, que tienen 4 riegos, ya llevan uno consumido, el segundo lo iniciarán a finales de esta semana y «si todo va bien podremos dar un cuarto riego a finales de agosto y acabaríamos así el 100% de la asignación», detalla. Esta planificación que están llevado a cabo fue remitida por carta desde la Comunidad de Regantes y fue aprobada por los 32 pueblos que la conforman. El «auténtico problema», incide Matías Llorente, «vendrá más adelante», dice haciendo referencia a que «si las cosas van como ahora mismo, los pantanos quedarán en mínimos históricos».

Campaña adelantada

Este año, y debido al tiempo que se ha tenido, están adelantados los cultivos en más de 20 días. El maíz en buena medida está empezando a espigar, y esto es un adelanto notable con respecto a año anteriores. Debido a esta situación, el hecho de poder dar un riego a finales de agosto supone un paso crucial para salvar buena parte de las parcelas sembradas con girasol, maíz, alubias y remolacha.
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