Maximino Descosido Fuertes era en Castrocalbón Anín, como tantos niños con apodo en nuestros pueblos. Anín era hijo del maestro de la escuela de niños, "don Antonio Descosido y de doña Ángeles Fuertes" que, recuerda Jesús San José, "entonces el respeto hacia los maestros propiciaba que también a su mujer se la tratara de doña".
Y Anín estaba feliz de unir su nombre al de Castrocalbón, tanto que cuando con el tiempo firmó un buen número de artículos sobre arqueología en revistas como Tierras de León, Lirba y otra muchas en alguna ocasión firmaba con el seudónimo de Anín Castri Gallorum, uniendo así su nombre al del pueblo.
Con el tiempo, después de estudiar Magisterio, Anín (mejor Maximino Descosido) siguió los pasos de su padre y eligió como destino Castrocalbón, por suerte para esta tierra pues fue un maestro de los que dejan huella, en su caso por saber infundir en los niños la pasión por su pueblo, por su historia, por su patrimonio...
Y un ‘arma’ muy eficaz para sembrar esta pasión fue, curiosamente, la radio, algo que viene "muy a cuento" en estas fechas en las que se ha celebrado el Día de la Radio que, como es costumbre en los últimos tiempos, se extiende a la semana. Y lo hizo en un recordado programa de los últimos años de los sesenta y primeros de los setenta, uno de los más seguidos de la época en Radio Nacional de España y Radio Televisión Española que se llamaba ‘Misión Rescate’ y presentaban algunas estrellas de la época como los recordados Kiko Ledgard y María Luisa Seco. Y en ese programa, bautizado como "una experiencia educativa televisada". De ella decía un trabajo de investigación universitaria (de la UVA), de Cristina Hernández Castelló: "Mediante la búsqueda, hallazgo y revalorización de bienes artísticos y arqueológicos a lo largo y ancho de la Península los participantes acapararon la atención mediática sobre cientos de obras de arte y restos arqueológicos. A su vez se constata cómo este proyecto de educación informal para niños y jóvenes llegó a implicar a toda la comunidad local en cada lugar donde existió un grupo concursando en el programa". Y así ocurrió en Castrocalbón, donde se siguió con evidente interés, se apoyó y aún hoy se sigue recordando al impulsor con un Museo Arqueológico y Etnográfico que lleva su nombre, recuerda su trabajo y también se recuerda aquella aventura en la que fueron premiados en dos ediciones. Allí está la fotografía de la entrega del I Premio de 1979 de manos del ministro de la época, Iñigo Cavero.
Vecinos y alumnos recuerdan a valoran al entrañable y trabajador Anín Castri Gallorum (así firma, por ejemplo, su investigación sobre Los castros de la Cabrera y Valdería.
Pero su trabajo más importante, sin duda, fue infundir la pasión por su tierra en aquellos chavales, alguno de ellos también maestro como él e investigador en otros campos, como Ángel Turrado Barrio, autor de impagables trabajos sobre aves y quien, cada vez que se encuentra con su amigo Jesús San José (Sanjo de La Braña), acaba hablando con admiración de aquel singular maestro, más allá de las aulas.
Fueron importantes los descubrimientos, no en vano fueron premiados. El propio Descosido hablaba de ellos en un artículo en Tierras de León: "La continua labor de rastreo llevada a cabo por los grupos 380 y 381 de Misión Rescate, que dirijo, ha dado como resultado la localización de multitud de despoblados y vestigios arqueológicos en nuestro Término, haciendo de él, creo, uno de los más estudiados en este aspecto dentro de la provincia". Añade la búsqueda de documentos que propician hallazgos inesperados y curiosos. Y va describiendo, con imágenes, yacimientos, ermitas, hornos, pontanales, cerámicas, el miliario de la Chana, despoblados como La Marcilla, ermitas o costumbres curiosas: "La asistencia y pago por este Concejo a las romerías de Santa Elena (Felechares), y San Jorge (San Esteban). O la pervivencia de términos locales, como la palabra apréstamo, medida agraria equivalente a 480 metros.
Misión Rescate fue una idea del jefe de programas de RNE, Aníbal Arias, y "obtuvo un gran éxito manteniéndose en parrilla 15 años –del 1967 1982–, convirtiéndose en uno de los espacios más longevos de la época dedicado al público infantil y juvenil, si bien, como señala Tamara Antonio Jimeno en su tesis doctoral, su radio de acción superaba la franja de edad mencionada".
Algo que entendió a la perfección Anín y "regaló" a sus alumnos y a su pueblo.