El mal tiempo aguó las expectativas del sector hostelero leonés de cara a esta Semana Santa. La previsión de lluvia se tradujo en cancelaciones de última hora que rebajaron la ocupación hotelera del 90 por ciento previsto inicialmente al 70-75 por ciento y esto tuvo su efecto en la facturación de los bares y restaurantes. «Los datos que tenemos es que en restauración ha habido un 20 por ciento menos de reservas y comensales que el año pasado», señaló el presidente de la Asociación Hostelería de León, Óscar García Martínez, que indicó que los bares también vieron reducida su caja respecto a 2023, «en un 20 o 30 por ciento», mientras que «quizá el ocio nocturno ha sido el único que ha conseguido salvar los números y mantenerse un poco a la par que hace un año».
García Martínez subrayó que estos malos datos no han sido exclusivos de León, ya que ha ocurrido lo mismo tanto en Castilla y León como en prácticamente todo el territorio nacional. «He estado en contacto con el presidente de Hostelería de España y parece ser que ha sido una Semana Santa bastante mala y en algunas zonas incluso catastrófica», dijo, y «en Castilla y León igual, bastante pésima». El motivo ha sido el mismo en todas partes: «el mal tiempo, que lo ha estropeado todo, porque las previsiones apuntaban al lleno», afirmó.
El inicio, con días soleados, consideró que «tampoco se puede considerar como bueno, porque el montante gordo de gente viene el miércoles para quedarse hasta el domingo e incluso salir el lunes, porque en muchas partes de España era todavía fiesta. El Domingo de Ramos ya se frenaron las reservas y el lunes empezó la caída por anulaciones que rebajó la ocupación de casi el 90 por ciento al 70-75 por ciento».
García Martínez recordó, además, que la Semana Santa es una de las épocas del año más esperadas por parte del sector hotelero y hostelero, por lo que lo perdido «ya no se recuperará realmente». «Habrá que esperar y el repunte podría venir a partir de que empiece el buen tiempo. En el puente de mayo, si la climatología acompaña, o ya para las fiestas de San Juan y San Pedro, pero la Semana Santa ya no se podrá salvar», insistió señalando que los motivos han sido totalmente ajenos al sector. «Contra el tiempo no se puede luchar. Antes de Semana Santa ya dijimos que estábamos mirando al cielo como los cofrades, porque si el tiempo venía bien las perspectivas eran incluso de una Semana Santa de récord, pero si el tiempo venía mal nos quedaríamos estancados y esta de récord desde luego que no ha sido. Más bien bastante mala en comparación con otros años».