Mario Alonso Puig: "Los sanitarios han dado un ejemplo de grandeza en situaciones muy difíciles"

Entrevista al especialista en Cirugía y Aparato Digestivo, investigador y docente, que impartirá una conferencia en León el próximo 16 de noviembre

05/11/2023
 Actualizado a 05/11/2023
Mario Alonso Puig. | FACEBOOK MARIO ALONSO PUIG
Mario Alonso Puig. | FACEBOOK MARIO ALONSO PUIG

Con sus ponencias ha llegado a todo el mundo y, lo más importante, sus palabras han calado en miles y miles de personas. El doctor Mario Alonso Puig (Madrid, 1955) es especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo y, además, investigador y docente. Hace veinte años comenzó a impartir conferencias sobre salud, bienestar y felicidad, liderazgo o gestión del cambio y, con ellas, ha conseguido cambiar la vida a muchas personas. Lo ha hecho también con numerosas apariciones en televisión, a través de su canal de YouTube o en su Instagram, donde cuenta con más de un millón de seguidores, y con sus publicaciones. Hace unos días salió a la venta su duodécimo libro, ‘El camino de despertar’ (Espasa), que él mismo considera el más "ambicioso" de su carrera. El próximo 16 de noviembre visita León con una conferencia gratuita y exclusiva para los miembros del Sindicato de Enfermería (Satse) que tendrá lugar a las 17:00 horas en el Nuevo Recreo Industrial.

– ¿Qué se van a encontrar los asistentes a esta conferencia en León?
– Me gustaría que se encontrara con un reflejo en el que puedan verse con toda la grandeza que hay en su interior. Uno de los grandes desafíos –para mí el mayor al que nos enfrentamos a las personas– es responder a la pregunta: "¿Quién soy yo?". Quién eres tú no viene definido ni por tu edad, ni por tu cultura, ni por tu forma de pensar, ni por lo que tienes, viene definido por lo que tú eres. Y muchas personas no son conscientes de lo que son en realidad. ¿Por qué es importante conocer esto? Porque es en el ser, en la esencia de lo que somos, donde se encuentran los grandes recursos que necesitamos aflorar si queremos hacer frente a los desafíos a los que nos enfrentamos. Hay una metáfora que es sencilla, el combate que hubo entre David y Goliat. Era imposible desde el punto de vista de la lógica que un pastorcito con una onda y una simple piedra pudiera vencer a un gigante con una gran espada. ¿Cómo lo logró? Porque fue capaz de conectar con algo que había en su interior que le dio la serenidad, la confianza y la fuerza mental para dirigir su onda donde tenía que dirigirla. De alguna manera lo que quiero transmitir es que dentro de cada uno de nosotros hay una capacidad para hacer frente a los desafíos que si no emerge no es porque no esté, sino porque no sabemos que está y no hacemos nada para liberarla.

– El título de su conferencia en León es ‘Descubre de lo que eres capaz’. ¿Existen algunas claves para descubrir cuáles son nuestras capacidades y cómo se pueden desarrollar?
– Una de ellas es la autobservación. Tenemos una forma de pensamiento que está muy viciada por los juicios, las acusaciones, las condenas, los castigos… y estamos prestando atención a los demás en lugar de observar nuestra forma de pensar, nuestra forma de hablar o o nuestra forma de actuar con interés y con curiosidad. Cuando uno empieza autobservarse empieza a reconocer cosas que previamente no veía. Los juicios bloquean la capacidad de percibir realidades más profundas. A lo que voy a invitar a los asistentes es a aprender a mirarse con mayor profundidad, con mayor hondura. Porque cuando uno aprende a mirarse con mayor profundidad descubre esos recursos que necesita para hacer frente a los desafíos que encuentra a lo largo de nuestra vida.

– Muchas de sus ponencias y también publicaciones versan sobre la salud emocional. ¿Qué significaría para usted este término?
– Para mí, la salud emocional significa estar a gusto en tu piel y estar a gusto con la vida. Si uno no está a gusto en su propia piel, consigo mismo, esa persona no tiene salud emocional. Si una persona no está a gusto con la vida, si está anclada en la queja o en la protesta, tampoco puede tener salud emocional. La salud emocional muestra esa serenidad y equilibrio entendiendo que la vida tiene momentos agradables y otros que no son para nada agradables, y aún así uno está alineado con la vida, no se enfrenta ella. Se pueden tener éxitos o cometer errores a lo largo de la vida, pero no por ello se deja de aprender, querer o valorar.

"La actitud positiva significa decidir poner la atención en aquello que quieres que se solucione y funcione bien"

– La conferencia es para personas que son miembros del Sindicato de Enfermería (Satse). ¿Estarían los profesionales sanitarios preparados para pensar en este enfoque de la salud emocional?
– Creo que estos profesionales de la salud tienen una importancia excepcional en la sociedad y ellos necesitan estar bien y la sociedad tienen que cuidarles, valorar su trabajo y respetarles. Y ellos también tienen que saber cómo cuidarse. Decía José Ortega y Gasset "Yo soy yo y mis circunstancias". Es decir, uno no lo puede hacer solo si el exterior no es amable, ni uno puede depender exclusivamente del exterior. Es importante plantearse que también hay que cuidar a los que cuidan a otras personas, en este caso a los profesionales de la salud. Creo que es muy importante. Un mensaje a la sociedad sería cuidar a estos profesionales que nos están cuidando con tanta dedicación y esfuerzo. Y otro mensaje para esos profesionales sería, precisamente, porque has de cuidar a esas personas, tienes que cuidarte a ti mismo.

– Situaciones que denuncian los profesionales, como la falta de personal, los turnos más largos, etc. ¿También afectan a la salud emocional del personal sanitario?
– Por supuesto. Por eso digo que el mensaje va dirigido en dos direcciones, a los profesionales de la salud y a la sociedad en su conjunto. Si la sociedad no cuida a los que están cuidando, no pueden tampoco esperar que esto no tenga una repercusión. Todos tenemos la responsabilidad de cuidarnos unos a otros. Los profesionales de la salud tienen la responsabilidad de cuidarse y estar bien y la sociedad en su conjunto tiene una gran responsabilidad a la hora de cuidar a estos profesionales para que se sientan queridos, apoyados y valorados.

– En una de sus últimas conferencias publicadas en abierto habla sobre enfrentarse a una situación que provoca malestar desde una actitud positiva, aunque sea fingiéndola. ¿Podría funcionar también con los sanitarios?
– La actitud positiva hay que entenderla muy bien. La actitud positiva no es ir todo el día con un sonrisa y dando saltos de alegría cuando hay momentos difíciles. La actitud positiva es decidir que tú vas a poner tu atención fundamentalmente en la solución de las cosas, en lo que quieres que funcione bien, en buscar lo mejor en ti y en los demás. No significa que no seas consciente de que hay cosas que no van bien, ni en la sociedad, ni en uno mismo; quiere decir que donde vas a poner el foco es en lo positivo. ¿Por qué es esto tan importante? Es un tema energético. Donde uno pone la atención ahí va su energía. Lógicamente si pongo mi atención en la solución de un problema y llevo mi energía a la solución, es más fácil que la encuentre que si todo el foco lo pongo en el problema, porque se va a ir agrandando sin que yo me dé cuenta y por tanto la solución va a ser cada vez más difícil. Saber gobernar la propia atención es algo de una importancia extraordinaria, sobre todo porque vivimos en una sociedad en la que los problemas de atención son cada vez más severos.

"Todos tenemos capacidad para enfrentar los desafíos, si no emerge, es porque no hacemos por liberarla"

– ¿Qué le diría a las personas que se muestran más escépticas ante este planteamiento? Aquellas cuya situación es tan complicada que se ven incapaces de actuar.
– A las personas que tienen una disposición escéptica les diría que las entiendo perfectamente. Creo que hay dos posiciones en la vida que no contribuyen nada: la de las personas crédulas, que lo creen todo, y la de la persona cínica, que no se cree nada. La persona escéptica no es que no se crea nada, es que pone en duda las cosas y esto me parece muy bien, porque tenemos que tener un criterio ya que mucha gente dice muchas tonterías y habla como si realmente supiera cuando en realidad no saben. A estas personas escépticas les diría que entiendo muy bien su posición y que sencillamente abran una rendija mental por si algo de lo que dijéramos en esa conferencia les pudiera ser útil. Sería una pena que se pudiera decir algo que fuera útil pero por tener totalmente cerrada la persiana no entrara nada en su mente. Por supuesto que vayan con sus dudas, que vayan con sus escepticismos, es normal y natural. Simplemente que estén un poquito abiertos para explorar, no sea que algo que se les diga les pueda ayudar incluso en situaciones muy complicadas.

– Sus conferencias también hablan sobre liderazgo o alto rendimiento. ¿Cómo se adaptarían las exposiciones científicas que usted hace sobre estos temas al día a día de, por ejemplo, una enfermera que trabaja en un centro de salud del medio rural de León?
– A mí me gusta mucho decir que la forma que yo imparto conferencias sigue el ‘modelo hecho a medida’. Esto significa que yo me hago un traje y el traje me queda bien, pero soy yo el que sé si me está cómodo o no. Antes de preparar una conferencia, en este caso una tan importante como la que me han invitado a dar en León, tengo una conversación extensa y profunda con los organizadores y hago mi propia investigación para conocer la situación de las personas que van a estar en ella. En base a cómo sé que van a estar esas personas o por lo menos la idea general que tengo de su situación, con lo que conozco, y con lo que he investigado, experimentado o estudiado a lo largo de mi vida, confecciono una conferencia. Le diría a esa persona, a esa enfermera, que piense que esto no va a ser un mensaje general, "pilla lo que puedas", sino que va a ser un mensaje dirigido a personas como ese profesional de la salud que está en un pueblo, que está en un centro de salud o en un hospital, y que cada uno en su contexto determinado tiene que hacer frente a distintos desafíos. Es algo muy pensado para los asistentes.

– Además de su ejercicio de la Medicina durante varias décadas y otro tanto tiempo impartiendo conferencias a profesionales de distintos ámbitos sobre salud emocional, incluidos los sanitarios. ¿Ha encontrado diferencias o similitudes entre las necesidades de los profesionales hace veinte años y las actuales?
– Negar que se han producido cambios excepcionalmente rápidos, es negar la evidencia. Negar el nivel de exigencia al que están expuestos los profesionales de la salud es también negar la evidencia. Negar que han pasado por una de las épocas, sino la época más dura de su historia con el Covid es también negar la evidencia. Estamos hablando de profesionales que han dado un ejemplo de grandeza en situaciones tremendamente difíciles, que lógicamente están muy cansados, que muchas veces no reciben el afecto y la consideración que merecen y que, sencillamente, lo que quieren es estar bien para poder ejercer la labor que eligieron vocacionalmente y ayudar a otras personas a encontrarse bien. Desde el punto de vista de la necesidades, todos tenemos las mismas: que nos valoren, nos quieran, nos respeten, etc. Lo que pasa es que en determinados momentos esas necesidades se hacen más acuciantes. Por ejemplo, todos necesitamos tener amigos pero esa necesidad es especialmente importante en momentos en los que pasamos por grandes dificultades. Pasa lo mismo, el sistema sanitario español es un sistema que se sostiene en gran medida por la labor de excelentes profesionales que se están dejando la piel en ello y creo que ahora es muy importante manifestarles nuestro reconocimiento, agradecimiento y felicitación.

"Los profesionales que se dejan la piel son los que, en gran medida, sostienen el sistema sanitario español"

– ¿Es también Mario Alonso Puig una persona diferente a la de hace veinte años?
– Totalmente diferente. Todos vamos cambiando, pero como el cambio es muy progresivo no somos consciente. El Mario de hace 20 años, de hace diez o de hace cinco años es muy distinto al de ahora. El Mario actual, por los años de estudio e investigación, conoce cosas que son muy relevantes en su vida que no conocía antes, ojalá lo hubiera hecho. El Mario de ahora ha vivido experiencias que han moldeado su carácter o ha conocido personas y maestros que no tuvo hace cinco años. José Ortega y Gasset, de nuevo, dijo una frase maravillosa: "No somos un participio, somos un gerundio, no estamos hechos del todo, sino que nos seguimos haciendo". Yo me sigo haciendo. El de dentro de diez o 20 años será un Mario diferente, ojalá esa evolución sea para bien, que es lo que todos queremos. El propio cerebro, como muy bien escribió Santiago Ramón y Cajal, se está reinventando y remodelando constantemente con las experiencias. Lo que pasa es que como estoy conmigo cada minuto del día y de la noche, a lo mejor no soy muy consciente, pero personas con las que comparto el tiempo sí me hacen ver o darme cuenta de las modificaciones que ha habido en mí. Y esto es general, se puede aplicar a todas las personas.

– Ha publicado más de una decena de libros, ha participado en otras tantas publicaciones... ¿Tiene en mente algún proyecto de este tipo?
– Tengo ahora mismo dos proyectos que me entusiasman. El primero de ellos es algo que me llevó mucho tiempo hacer: un programa online para ayudar a las personas a reinventarse y tiene que ver con conectar con su mejor versión. Se hace en cinco horas –no tienen que ser seguidas– y ayuda a la persona a sentirse mucho más capaz de hacer frente a los retos. Ya son muchas personas las que lo han hecho y nos han comentado el impacto que ha tenido en sus vidas. Lo otro es un libro que acabo de publicar, el duodécimo, y que es mi libro más ambicioso porque es un mapa para entender cómo manejarse ante desafíos tan complejos como son los conflictos internos y se titula ‘El camino del despertar’. Son los dos temas que me están moviendo más en el sentido pedagógico.

– Con la creación de este curso ‘online’, ¿sentía la necesidad de hablar al individuo personalmente?
– Cuando estoy con una audiencia, aunque sea muy numerosa, estoy hablando a cada persona en particular, por eso cada persona lo nota y me dice: "Mario, es como si me hubieras hablado a mí". No veo una masa a la que me dirijo veo a un conjunto de seres humanos que al igual que yo quieren crecer, evolucionar y mejorar, por eso estoy muy cómodo hablando con una persona, cinco o mil, porque no es el conjunto lo que a mí me mueve sino saber que hay una serie de personas que están pasando por determinados momentos de desafío, prueba, ilusión o lucha en sus vidas a las que a lo mejor algo de lo que yo les diga les puede ayudar a sentirse más capaces, tener más ilusión y más serenidad. Nunca me he sentido hablando a una masa de personas, siempre lo he dirigido a nivel individual aunque pudiera haber mucha gente junta.

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