De ellos se concluye que las mujeres son las más ‘emprendedoras’ en este sentido. 101.419 tomaron la determinación de hacer las maletas e irse, frente a 87.595 hombres. Entre quienes han fijado su residencia fuera, el destino favorito fueron los municipios más bien grandes. Así, 79.045 se empadronaron en una capital; 76.622 en núcleos de población con más de 20.000 habitantes y 24.242 en zonas con entre 5.000 y 20.000 vecinos. Los leoneses tampoco descartaron hacer el cambio hacia pueblos más pequeños y quizá con menos oportunidades laborales, pero los que eligieron lugares con menos de 5.000 vecinos fueron muchos menos, sólo 9.105.
Entre los destinos más populares llama especialmente la atención la comunidad de Madrid, que se ha convertido en el nuevo hogar de 51.410 nacidos en la provincia. Después le siguen Cataluña, con 28.726 (23.840 de ellos sólo en Barcelona); el ‘vecino’ Principado de Asturias, con 28.259; el País Vasco, con 20.851; Galicia, con 14.991 y la Comunidad Valenciana, con 11.050. Los empadronados en el resto de las comunidades autónomas no llegan en ningún caso a las cinco cifras.
En la parte baja del listado destacan la ciudad autonóma de Melilla, donde hay 116 nacidos en la provincia empadronados, Ceuta, con 126 y las provincias de Cuenca y Teruel, con 183 y 219 en cada caso.
Por grupos de edad, el número de los que se fueron se va incrementando a medida que se eleva el dígito. Hay 67.735 leoneses de entre 50 y 64 años viviendo en otras comunidades; 66.197 que superan la edad de jubilación y no han vuelto y 36.315 de entre 35 y 49 años con un lugar de residencia que también es diferente al de su origen. Aun así, hay ejemplos en todas las franjas posibles. De cero a nueve años hay 1.626 leoneses ‘desperdigados’ por otros puntos del país; de 10 a 15 años son 1.269; de 16 a 24, 3.087; de 25 a 29 años, 4.879 y de 30 a 34, 7.906.
Son muchos los que se han ido, han tenido que dejar la provincia leonesa y aún no han podido –o querido– regresar a su lugar de nacimiento.
"La nuestra nunca fue una provincia de oportunidades, pero la tierra siempre tira"
![Araceli Santos (88 años) y Raquel Santamarta (33). Viven en Ciudad Real. Raquel trabaja allí como periodista y Araceli ha dejado su ciudad natal para acompañar a su nieta una temporada.](https://www.lanuevacronica.com/uploads/static/la-nueva-cronica/migration/imagenes/tinyMCE/mix-old/RAQUEL.jpg)
![Jorge López-Dóriga Díez (39 años). Es coordinador TIC en un centro de formación profesional de Madrid e informático en un colegio de Fuenlabrada. Lleva seis años viviendo en la capital.](https://www.lanuevacronica.com/uploads/static/la-nueva-cronica/migration/imagenes/tinyMCE/mix-old/jorge.jpg)
Otro leonés que ha fijado su residencia fuera de la provincia es Óscar Bayón González. Tiene 25 años y desde septiembre de 2013 se ha mudado a Barcelona. Estudió Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de León y –aparte del año de Erasmus que pasó en Inglaterra– su experiencia en la ciudad condal es la primera lejos de su provincia. Fue a Barcelona para estudiar un máster de Marketing y, tras unas prácticas en una empresa farmacéutica, le ofrecieron su actual empleo. Antes había trabajado como teleoperador en León y asegura que pese a que «como primera experiencia laboral está bien, al final siempre tienes el sueño de dedicarte a lo que has estudiado». Y lo logró, pero a cientos de kilómetros de su ciudad. En Barcelona se siente muy a gusto y pretende quedarse el tiempo que pueda. «La ciudad es muy bonita, tengo ya a mi grupo de amigos y el único inconveniente es que está muy lejos de León para poder estar cerca de la familia», asegura. De momento no se plantea volver a su ciudad natal, aunque reconoce también que «la tierra siempre tira» y es sólo la falta de oportunidades lo que le frena.
En Madrid vive Jorge López-Dóriga desde hace seis años. Su pasión por el baloncesto, al que se dedicó de forma profesional, le llevó a vivir primero en Salamanca –donde cursó una ingeniería técnica en Informática– y después en Segovia, Puertollano y Ciudad Real. Con 32 años una lesión de rodilla le obligó a retirarse del deporte y buscar otro camino. Entonces regresó a León, pero las oportunidades laborales que aquí se le presentaron hicieron que «apuntara hacia otros lugares». Encontró en la capital su sitio. Actualmente es coordinador TIC en un centro de formación profesional de Madrid e informático en un colegio privado de Fuenlabrada. «En Madrid es fácil encontrar trabajo si eres una persona cualificada, con experiencia y ganas de trabajar», asegura. Sobre si ha pensado en la posibilidad de volver a León tiene todavía dudas: «En algunas ocasiones me lo planteo, pero la dificultad de encontrar un buen trabajo y pensar que la ciudad se me pueda quedar pequeña me hace desechar esa opción».
Fue hace 14 años cuando Álvaro de Atilano Prieto se trasladó de León a Tenerife. Superó la oposición para ser profesor de Secundaria en Canarias y, desde entonces, ha fijado su lugar de residencia en Puerto de Santiago (Santiago del Teide), donde da clases de Historia en un instituto. «Necesitaba irme desde hacía tiempo y tenía muy claro que quería sur, calor, mar, palmeras...». Y encontró lo que buscaba. Regresar a León no está entre sus planes, pero asegura que no residirá en la isla «para siempre». Él, al igual que el resto, conoce a mucha gente que ha hecho su vida fuera de León, lo que achaca a «la falta de oportunidades laborales en una comunidad autónoma envejecida y económicamente estancada» o a la necesidad de «salir a buscar otras experiencias».