Durante el mes de agosto tres personas del centro de ayuda humanitaria ubicado en el Chalet del Pozo de Villarrodrigo de las Regueras encontraron un empleo y en septiembre lo han logrado ocho más. «Y todavía puede caer algún contrato», afirma una de las trabajadoras del área. Para conseguir que las 176 personas que conviven en el edificio puedan tener una vida autónoma es importante que puedan tener uno. Hasta el momento hay cuatro que ya se han ido, pero de cara al mes de octubre se prevé que puedan hacerlo algunas más. La coordinadora del Programa de Protección Internacional del Hospital San Juan de Dios, Dolores Queiro, explica que normalmente lo establecido es que «después de la primera nómina, a los 15 días puedan salir» del centro. Sin embargo, esto no es una tarea sencilla. «Más que el trabajo, el verdadero reto es la vivienda», explica.
El 1 de octubre se incorporará una técnico de vivienda al equipo para ayudar en esta labor, en la búsqueda de pisos, pero sobre todo en la de habitaciones en las que puedan empezar a ser independientes. Queiro sabe que es «complejo», como también lo está siendo encontrar intérpretes. «Aquí tenemos bastantes nacionalidades diferentes y no todos hablan francés e inglés. Hay gente que habla bambara, soninké… y con algunos idiomas hay bastantes dificultades», explica. Para el bambara dice que han contratado «a una compañera integradora que es de Costa de Marfil» y que les está ayudando «un montón». También tienen gente en el equipo que habla francés y árabe, pero reconoce hay idiomas y personas a las que aún les cuesta llegar.
Seguirán trabajando en todo ello mientras sea necesario mantener el centro de ayuda humanitaria en el Chalet del Pozo. ¿Cuánto tiempo será esto? Asegura que no lo sabe porque por el momento, la prórroga está siendo mes a mes. «Nos gustaría tener más información por ellos y también por cuestiones organizativas, por los trabajadores, pero no sabemos más. Tenemos firmado hasta el 30 de septiembre y hemos presentado el de octubre, pero aún no hemos tenido una respuesta», subraya Queiro. Apunta, sin embargo, que octubre y noviembre son meses de «muchas llegadas, por lo que imaginamos que seguiremos por lo menos unos meses más, aunque no tenemos ninguna certeza. Mes a mes».