Hace cinco años, el profesor e investigador universitario Vicente Martín se puso al frente de la colaboración entre el Sacyl y la Universidad de León en la lucha contra el Covid, especialmente en los cribados y análisis de pruebas diagnósticas. Aunque él rehuye de tal papel, este catedrático de Medicina Preventiva es, además, uno de los impulsores, por no decir el ideólogo, del Grado en Medicina que llegará a León en septiembre del próximo año. En esta entrevista, el futuro docente de la nueva titulación repasa cómo está siendo la implantación, la búsqueda de profesorado, las posibles ubicaciones, la financiación o cómo serán las prácticas de las primeras promociones de alumnos.
– ¿Qué supondrá para la Universidad y para la provincia la implantación del grado en Medicina?
– Desde que estoy en León, desde los años noventa, he visto que es una petición de la sociedad. Todo el mundo me para y me dice que cuándo vamos a hacer Medicina en León... La repercusión es enorme. Primero, por 500 alumnos más, de los cuales la mayoría no van a ser de León. Yo soy partidario que los universitarios, como en la ‘Mili’, no puedan hacer la carrera en su pueblo. Con un buen sistema de becas, claro. La gran mayoría será gente de fuera. Vas a tener profesionales dando clase en la Universidad y un hospital universitario, eso obliga a mucho y se notará en la calidad de los servicios. Sin lugar a dudas, el grado va a permitir un crecimiento importante del hospital en materias como la investigación. Espero que también se promocione y se promueva que los médicos puedan investigar porque hasta ahora lo que preocupa a los gerentes es las listas de espera y demás. La investigación es un motor que mejora la calidad de los servicios. Vamos a tener mejores médicos, mejores hospitales y mejores centros de salud. Sin lugar a dudas. La calidad se notará.
–¿En qué punto se encuentra? ¿Confía en que se cumplan los plazos?
– El Vicerrectorado de Ordenación Académica está terminando la memoria. Ya está muy ultimada y creo que hemos hecho un buen plan de estudios. Lo que queda es el tema de la infraestructura y de dónde instalarnos.
"El grado va a permitir un crecimiento importante del hospital en materias como la investigación"
– Usted ha sido una de las personas que más ha trabajado por la llegada de Medicina a León, ¿cómo ha sido ese trabajo? ¿Cuándo comenzó y cuáles han sido los principales altibajos hasta llegar al momento actual?
– El alcalde Emilio Gutiérrez hizo unas declaraciones, pero le contradijo el que fue consejero de Educación y decano de Medicina de Valladolid. Los decanos han estado siempre en contra de más facultades, pero el presidente Herrera apostaba porque sí. Se paró; pero, nada más salir de la pandemia, se lo comenté al rector, que era veterinario y al principio no lo veía porque era muy caro. Siguió teniendo reticencias por el coste, pero yo fui hablando con los partidos políticos, alcaldes… Todo el Consejo de Gobierno del anterior rector le presionó mucho y, al final, él se apuntó al carro. Fue el ideólogo de que todo saliera bien. García Marín diseñó una estrategia muy buena y fue el ideólogo de cómo conseguir el grado. Al principio, había muchas reticencias políticas y parecía que no. José Luis Díaz Villarig jugó un buen papel y yo, a través de él, hablé alguna vez con el consejero cuando salieron todos en tromba diciendo que no. Luego, no sé muy bien por qué, viró todo. Algunos dicen que porque se lo habían prometido a Burgos… ¿y cómo se lo das a Burgos y no a León cuando ya teníamos hecha una memoria? Una de las ideas del rector fue: vamos a presentar la memoria. Es decir, no dependemos de nadie para ir caminando.
– Con la llegada de Medicina a León y Burgos, las cuatro universidades públicas de Castilla y León tendrán el grado, que también se está implantando en varios puntos del país… ¿Es demasiado? ¿Cómo afectará esto a la profesión?
– Hay miedo a que haya paro médico, pero no creo que lo veamos porque ahora mismo hay mercado y tenemos déficit. Lo que sí que hay que regular son todos los flujos de la especialidad. Hacer Medicina no te faculta para ser médico. Después tienes que pasar otro proceso, el de la especialidad. El problema es que va a haber especialidades que estarán sobredimensionadas y otras que necesitarán. Por ejemplo, como el Bierzo con los oncólogos. Hay un problema de regulación de flujos y lo que no ha habido es una política clara en todo lo que es la formación médica, porque la demografía se conoce desde hace 30 años y todos sabían lo que estaba pasando y lo que pasaría. Nadie hizo nada o no lo suficiente. Hay miedo al paro, evidentemente, pero mi percepción es que no va a haber paro médico. Desde luego, no creo que suceda lo que vivimos nosotros, en mi generación, con listas de espera tan grandes y con un trabajo precario… No sucederá. La feminización de nuestra profesión también hace que las necesidades sean mayores. Ahora los más jóvenes viven la profesión de otra manera, ni mejor ni peor, y las condiciones laborales de los médicos son todavía peores que las de cualquier otra profesión y lo normal es que se vayan aproximando. Yo no tengo miedo a que haya paro médico. Lo que no tiene sentido son facultades de 300 plazas que no son capaces de dar una formación práctica adecuada. Todos se quejan de que, cuando van a hacer las prácticas al hospital, si pones un ficus no se nota la diferencia con el alumno. Los alumnos dicen que les tienen que atender, que les tienen que cuidar. Medicina es un arte y una ciencia. La ciencia se puede aprender estudiando, pero el arte te lo tienen que trasmitir los maestros.
"Hay miedo a que haya paro médico, pero no creo que lo veamos porque ahora hay mercado y tenemos déficit"
–En el acuerdo de la Junta también figura la llegada de Veterinaria a Salamanca, ¿teme que esto suponga un perjuicio a una de las carreras que siempre ha sido referencia en el Campus de Vegazana?
– No te puedo responder a eso. A los veterinarios no les ha sentado nada bien que haya un nuevo grado porque ya reconocen que tienen problemas de precarización laboral y todo lo que sea incrementar el número de veterinarios que salen cada año… Pero, tienen capacidad para regular los flujos. Yo prefiero dos facultades de 50 que una de 100. Y en Veterinaria parecido. Las universidades que son muy grandes no se pueden gestionar. En una conversación con el ministro Castells me dijo que el modelo era Finlandia, en el que cada pueblo tiene su universidad y que es el único centro de todo el país en el que se da una carrera. Son universidades muy pequeñas y muy especializadas. Yo vengo de Barcelona, donde me formé en la Universidad y allí, como en Madrid, son unidades docentes. Lo importante es que regulen los flujos, con centros con menos alumnos, y que la formación sea de más calidad. Los flujos los pueden regular los políticos y también la distribución de los alumnos en especialidades.
– ¿Qué garantías tendrán los matriculados de la primer promoción de que la formación que reciban será óptima?
– Hacer una facultad nueva es un reto. Las primeras generaciones van a pagar un poco de la inexperiencia, pero eso se suple con entusiasmo y nuevos enfoques. Es una facultad que parte de cero y, por lo tanto, tiene un plan docente en el que no hay pagar peajes a nadie. Por un lado, está claro que no tenemos 800 años detrás como Salamanca, pero esto nos ha permitido hacer un plan de estudios bastante novedoso y bastante adaptado a la realidad.
– ¿Cuántos alumnos se estiman por promoción? ¿Este número es inamovible para los siguientes cursos o se espera incrementar?
– Si lo aprueban, que todavía está pendiente, serían unos 80. No es la idea que crezcan, pero podrían crecer.
"Desde la Junta estarían dispuestos a asumir una obra nueva. El problema, después, es mantenerlo"
– En cuanto al emplazamiento, ¿cómo es de optimista respecto a que la Junta acceda a una facultad de obra nueva?
– Parece que esto no le preocupa mucho a la Junta, lo que es el centro. Desde la Junta estarían dispuestos a asumir una obra nueva. El problema, después, es mantenerlo. Esto es como los hospitales. Hacer un hospital es fácil, el problema es que después funcione. Un hospital que vale 1.000 millones, luego al año te va costar 1.000 o 2.000 millones.
– ¿Se tiene descartado definitivamente el San Antonio Abad? ¿Cómo valora lo de comenzar en Ciencias de la Salud y luego mudarse a otros edificios?
– Yo he dado clases en el San Antonio Abad y es un sitio que me encanta. Está al lado del hospital y cuando la Universidad se marchó de allí, que era donde yo tenía mi despacho y trabajaba, me sentó muy mal porque me parecía que llevar al Campus a las enfermeras teniendo allí todo… A mí me encantaría que estuviésemos allí, pero es un sitio con muchos problemas. No depende de mí, pero si no está descartado cerca le andará. Lo más probable es que se haga un nuevo edificio. Lo de empezar en Ciencias de la Salud va a ser así casi seguro porque no va a dar tiempo a más y lo fundamental es que se cumplan los plazos. El problema son los procesos: hay que presentar una memoria, la tiene que aceptar Aneca… pero, en principio, las vibraciones son muy buenas.
"Lo que no puedes es crear un campus en Ponferrada y luego matarlo de hambre, como hizo algún rector"
– Respecto a las prácticas, ¿cómo se está trabajando con Sacyl para que todo discurra de manera adecuada?
– No va a haber problemas. Tenemos capacidad. En eso no me tuve que poner muy pesado porque lo entendió todo el mundo: apostamos por la Primaria y apostamos por lo rural. Por lo tanto, los médicos que vengan aquí, todos, van a rotar mucho por Primaria y, si no son todos, muchos van a rotar por el mundo rural para que vean lo que es la medicina rural. Es muy bonita y hay que conocerla porque, si no la conoces, no te gusta. Los médicos que vengan aquí van a rotar todos por Primaria y por el medio rural. Tenemos también una asignatura muy potente de Medicina Familiar y Comunitaria. Es un tema de organización y de las plazas de asociados clínicos y, ahí, supongo que ya se tenga que negociar con la Junta los dineros. Aquí vienen de Salamanca a hacer prácticas y lo que te ofrece este hospital no te lo ofrece un sitio tan saturado como puede ser el Clínico de Salamanca.
– ¿Cuál es el principal escollo a nivel de instalaciones? ¿Habría que adecuar muchos laboratorios y espacios?
– En las preclínicas, sí. Sería cuestión de organización dentro de la Universidad, no se precisan grandes cosas. El problema sería toda la parte clínica y ahí sí se necesita. Nuestra Facultad de Ciencias de la Salud, de Enfermería en León, es de 450 alumnos. En Medicina estamos hablando de 500 cuando ya esté implantado. Se tendrá que invertir mucho dinero en tecnología y hay muchos profesionales de la salud con unas enormes ganas de dar clases. Se las van a preparar y lo van a trasmitir muy bien.
– Parece que la docencia ha despertado un gran interés entre los médicos leoneses, ¿cómo va la captación de profesorado? ¿Cuántos se necesitan?
– Un montón. Depende mucho de la cantidad de alumnos que se vayan a tener. Con el número de alumnos que se baraja se requieren unos 200 profesores. De ellos, por lo menos 100 tienen que ser clínicos, que atiendan y vean pacientes. La respuesta que tuvimos al principio fue de unos 70 médicos. Con Marín, a través de la FGULEM, hicimos una página web en la que los médicos interesados en acreditarse podían enviar su currículum, para que lo valorásemos y les comentáramos las posibilidades que tienen de acreditarse en las diferentes figuras. Una de las carencias fundamentales para acreditarse es la docencia. Hay un déficit de docencia reglada. Y luego la otra carencia es la investigación. Hay muy poca investigación y eso es uno de los pilares que pide Aneca. No vale cualquier cosa y exige calidad en las investigaciones. Teníamos unos 70 y tantos, de los cuales aproximadamente la mitad se podía acreditar en la figura de contratado doctor. A raíz de salir en la prensa y saberse que nos lo han dado, ya se ha interesado muchísima más gente y ahora tenemos más de 200 currículums encima de la mesa de médicos interesados en dar docencia. La idea es que vayamos caminando. Se crean plazas de profesores asociados, que para eso no precisan acreditación ninguna, y eso ya te va contando como docencia. Hay una directora de área, nombrada por la rectora, para justamente esto: facilitar la acreditación de los profesores universitarios y, ahora mismo, de Medicina. Gracias a su trabajo y al de la FGULEM, 25 médicos han pedido ya la acreditación y muy probablemente todos la tengan. Hemos pasado de nada a 25 en muy poco tiempo. De los 200 currículums que tenemos, 100 con no mucho esfuerzo se pueden acreditar en figuras docentes ya. La idea es que la Universidad favorezca que den clases como profesores asociados y que participen con los grupos de investigación de la Universidad para ir publicando. También tiene mucho que ver con que nos hayan dado el grado, el tener aquí el instituto nacional de investigación de Ibioleón. Esto supone tener acceso a financiación preferente y puedes acceder a proyectos europeos. Para que te den la acreditación como instituto nacional tienes que tener grupos de investigación potentes y eso se demuestra con proyectos competitivos y publicaciones. En eso el hospital tiene un déficit importante, mientras que la Universidad en eso es más potente. Pero nosotros no tenemos lo que tienen ellos: los pacientes, los recursos, los medios diagnósticos… Lo que vamos hacer es entreverarnos para que profesionales del hospital se incorporen con nosotros y viceversa.
– ¿De qué manera se puede facilitar la acreditación docente de los facultativos? ¿Hay alternativas al doctorado?
– No hay atajos al doctorado. Para acceder al doctorado, por el mero hecho de ser médico puedes acceder, ya que son seis años de carrera más la especialidad. En eso lo tienen más fácil, aunque tienen que hacer la tesis. Ahora los programas de doctorado son más exigentes que antes y hay que publicar en revistas de impacto. No es fácil. Ser profesor universitario requiere ser docente, investigar y ser buen clínico. Eso es mucho esfuerzo. Uno de los principales problemas que tienen todas las facultades es el de tener profesores. No hay profesores. Los requisitos de Aneca son duros y hay un problema grave de profesores de Medicina en toda España.
"Se cuenta tanto con el Hospital del Bierzo como con centros de Primaria para rotatorios y prácticas"
– ¿Qué le parecen las reivindicaciones que llegan desde el Bierzo para que Medicina también se curse desde allí? ¿Hay alguna opción de compatibilizar ambas sedes?
– En principio, se cuenta tanto con el Hospital del Bierzo como con centros de Primaria para los rotatorios y prácticas. La docencia tiene que ser en León. Piensa en lo que ha crecido El Bierzo. Yo entré en la Universidad por El Bierzo y lo tengo un cariño enorme. Abrieron Enfermería allí y no me importó hacer 220 kilómetros diarios porque me gustaba esto. Lo que no puedes hacer es lo de crear un campus en Ponferrada y luego matarlo de hambre, como hizo algún rector cuyo nombre no quiero decir, me parece algo ignominioso. Sin embargo, lo que hizo Marín como rector fue que si tenemos un campus allí lo suyo es, dentro de las posibilidades, alimentarlo. Enfermería y Fisioterapia, que ya estaban pero languideciendo las dos, Podología y Nutrición… Son todas de Ciencias de la Salud y es buen campus y es un buen sitio. Yo cuando me vienen amigos a preguntar por dónde puede hacer Enfermería su hija, siempre le digo: No lo dudes, al Bierzo porque allí son 50 y aquí son 110. Y eso se nota. Yo doy a 110 y me gustaría dar a 50.
– Aunque sea de forma estimada, ¿cuál será la inversión que supondrá implantar Medicina en León?
– No lo conozco. Yo me he encargado fundamentalmente del plan docente. Qué vamos a dar, cuáles son las asignaturas y los temarios… Todo el tema de infraestructuras lo lleva el Vicerrectorado correspondiente y han dado muchas vueltas, mirando incluso lo de Villaquilambre. Lo importante no es la obra, es todo lo que es mantenimiento, profesorado, fungibles… Tienes que tener salas de simulación, con fungibles que son carísimos. Son recursos caros y que hay que mantener actualizados. Todo lo que es plantillas lo lleva el Vicerrectorado de Profesorado y eso dependerá mucho de qué pueda aportar la Junta de Castilla y León y la Universidad de León. Por ejemplo, lo que se espera de mí es que dé el paso y que quiera dar Medicina. Yo si paso a dar Medicina, no voy a dar Enfermería y tendrían que contratar a alguien. Aunque digamos que los preclínicos están cubiertos, también hay que cubrir a los que van a dejar de dar clases en Biológicas y en otras facultades.