Los amantes de las manualidades y artículos relacionados tienen un establecimiento de casi obligada visita, situado en el barrio del Cid, en la calle Cervantes, desde que una pareja de artistas fundaran Bellas Artes en 1983. Algo más de 35 años después, este negocio familiar es capaz de vender en toda Europa después de que apostaran por la web para llegar a cualquier punto, con el consiguiente crecimiento vertiginoso que ello implica.
Porque los números que arroja este proyecto empresarial, reconvertido en Mi Tienda de Arte, son los de una gran compañía que ha sabido adaptarse a los tiempos partiendo de un comercio tradicional para ser un ‘ecommerce’ que innova para no parar de crecer. «Comenzamos vendiendo por internet a finales del año 2011, y al principio almacenábamos los pedidos en casa, porque ya no nos entraban en la tienda», explica el CEO de la empresa, Víctor Juárez, hijo de los fundadores de Bellas Artes, que poco a poco vio cómo se incrementaban las ventas, de ahí que tuviera que ir pasando de un almacén a otro de cada vez más dimensiones.
La profesionalización del comercio electrónico hizo que el crecimiento fuera de dos dígitos cada ejercicio y arroja ahora unos datos que hablan de la trascendencia de esta empresa, cuya nave logística está situada en Santa Olaja de la Ribera y tiene 2.400 metros cuadrados, tras una inversión de cerca de 2 millones. Desde allí salen una media de 8.000 pedidos diarios, donde hay registrados más de 40.000 referencias que se pueden encontrar en ‘mitiendadearte.com’ (’craftelier.com’ en el extranjero).
El crecimiento de la compañía, que actualmente tiene 50 trabajadores y próximamente va a incorporar otros cuatro más, hace que esta nave ya se quede pequeña, de ahí que Juárez se esté planteando ampliar las instalaciones para así poder tener espacio para almacenar más productos y ser capaces de cargarlos y descargarlos con eficiencia.
Una de las claves para entender el éxito de esta compañía es la logística empleada. Todos los procesos están automatizados mediante un robot que permite que los productos de menor precio puedan ser enviados sin que se pierda tiempo y dinero en ello. «El coste de meter en un paquete estos artículos de uno, dos o tres euros superaría el margen», apunta Juárez, que describe el proceso de envío mientras cada producto elegido se deposita en una caja.
Y así hasta haber vendido ya en todos estos años más de 5 millones de artículos, principalmente en España, Francia y el resto de Europa. De hecho, hasta ahora se ofrecen los productos en español, francés e inglés (euros y libras), pero próximamente se lanzarán las páginas web en alemán, italiano y portugués para llegar a más mercados, que normalmente tienen un perfil muy concreto: «El 95 % de los clientes son mujeres», apunta el máximo responsable de Mi Tienda de Arte, que cifra la facturación de la compañía durante el último ejercicio en 7 millones y que prevé llegar a 10 millones durante 2019, en donde se espera que cada vez sea más la relevancia del mercado exterior: un 60% respecto al 40 % de España (y menos de 1 % la tienda física del barrio del Cid). «Al principio daba miedo, pero luego ves que los bancos empiezan a confiar en ti», apunta Juárez, que tiene claro que «hay que lanzarse» para lograr los resultados que está obteniendo.
Mi Tienda de Arte: el negocio familiar que empezó en el Cid y ahora vende por toda Europa
Este establecimiento, con 35 años de trayectoria, es un fuerte ‘ecommerce’ con 50 empleados y 40.000 referencias, y llegará en 2019 a 10 millones de facturación
17/03/2019
Actualizado a
19/09/2019
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