Muchos amaneceres, de muchos años, Gelo salía de casa en Santa Lucía para ser vigilante en el pozo que lleva el nombre de su pueblo en la entonces todopoderosa Hullera Vasco Leonesa. Desde Nocedo salía Gerardo, minero de primera; por las calles de La Robla se irían encontrando el soutilador Javi; Víctor, barrenista de la llave, Alfonso, vigilante de seguridad, Javier Alfaro, Jose o Juan Manuel, que cruzaba la carretera desde Llanos de Alba; mientras por la otra carretera, la de la montaña llegaba Miguel, barrenista de La Pola de Gordón; Cali desde Villamanín o Javi Cañizares, que podía llegar a pie desde Ciñera acompañado de Óscar, picador...
Y decenas, cientos... más.
Era el día a día de una comarca minera. La de Gordón, de una gran empresa, la Hullera Vasco Leonesa, y una gente que viajaba del amanecer al oscurecer de la mina, a cuyo corazón viajaban, a cuyas entrañas arrancaban el carbón que escondía (y sigue escondiendo, que no se acabó el mineral, ni mucho menos).
Hasta que un día, no muy lejano, el negro de la mina se fundió al negro del futuro de la comarca cuando se acabó, acabaron, la minería. Y se hizo el silencio.
Sin embargo, aquellos mineros seguían siendo mineros, dicen que es una profesión que jamás se abandona. Tal vez esa raya azulnegra que se dibuja en sus párpados sea una seña de identidad eterna y esos mineros a los que hemos puesto nombre: Gelo, Javi, Alfonso, Miguel, Óscar... se sumaron con entusiasmo a una iniciativa llamada Sangre Minera, que abandera el joven Javier de la Viuda y juraron que mientras haya mineros, ellos lo siguen siendo, habrá mina.
Una docena de exmineros de la Hullera Vasco Leonesa han trabajado dos días a la semana para crear la perfecta recreación de una mina, con sus sonidos incorporados
Sangre Minera apadrina numerosas actividades en la comarca, lucha por su futuro en diversos campos —belén de cumbres, salidas al monte, restos de la guerra civil como los de Fontañán...—y una de esas iniciativas, tal vez la más celebrada, es la Mina Escuela, la recreación de una mina y hacerla visitable. Que ya lo es. «El año pasado en octubre hicimos una inauguración con visitas masivas, de alrededor de 300 personas, y la acogida nos animó mucho. Este año acabamos de iniciar la temporada de visitas, con muchas mejoras, y estamos casi sobrepasados. De hecho este primer domingo solo habíamos programado una visita y la hemos tenido que ampliar a dos», explican Gelo y Javier de la Viuda, minero y presidente.
Gelo es tan minero que en su casa tiene una bocamina, escudo de la HVL... allí huele a mina.
Y estos personajes, mineros de todas las categorías, han estado trabajando duro, todos los martes y viernes, en la recreación y reconstrucción de una mina, con un resultado realmente espectacular y sorprendente».
- ¿Qué ha mejorado?
- Muchas cosas. Íbamos trabajado como buenamente podíamos, con nuestra experiencia de muchos años de mina, pero hubo saltos de calidad, uno cuando nos regalaron toda la madera necesaria para ir montando el corazón de una vieja mina.
- ¿Quién os regaló la madera?
- La Junta Vecinal de Laa Robla; ponlo, que fue importante pero, sobre todo, hay que destacar la generosidad del Grupo Aspasia, que fue el que compró el Colegio de Formación Profesional Virgen del Buen Suceso, y puso a nuestra disposición, sin condiciones ni contraprestaciones, la antigua Mina Escuela de formación de trabajadores de la Vasco, que es donde hemos hecho la recreación de la mina».
Yasí es como los visitantes, en grupos de quince para que puedan seguir perfectamente las explicaciones de la visita, se encuentran de repente en la oscuridad de una mina, con destellos de luces que van y vienen, con un ruido permanente que reuerda a los sonidos tradicionales de los oficios mineros y va escuchando como un minero «de verdad», con su traje de faena —algo más limpio que el de los tiempos del trabajo—le va desvelando los mecanismos, losmisterios y los secretos de cómo el carbón era arrancado...
"El realismo, la oscuridad del interior de la mina, los sonidos que allí retumban de manera y la interacción entre los mineros guías y las visitas son lo mejor valorado"
«La rampa de abajo va avanzando en esta dirección, el barrenista da aquí unos tiros y cuando esto avanza todo el carbón que hay entre la séptima y la sexta baja por este hueco de aquí detrás», explica el minero a la vez que irrumpe el ruido del carbón cayendo por aquel hueco que él señaló. «Son tiros de siete barrenas o cinco, en este caso, pero también se daban tiros de desagüe». Cuando habla de los tiros, las pegas, la dinamita... es posible que también estos suenen para alboroto y hasta susto inicial de los visitantes no acostumbrados a los ruidos de la mina, que también nota como retumba en el interior de una mina un simple martillo o un hacho golpeando contra los postes de metal. «Todo va con una pistola que va enganchada a una bomba que mete agua a presión hasta acabar toda la calle. (...) según va avanzando el picador se van recuperando las puntalas» son expresiones que van escuchando y no entenderían si no las estuvieran viendo en directo, y en vivo, que decían los clásicos.
- ¿Qué es lo que más llama la atención a las visitas?
- El realismo, sin duda, la oscuridad, los sonidos de la mina y uno especial que no te puedo desvelar por no hacer spoiler;bromea Gelo.