Cinco abogados atienden el servicio. A ellos, al igual que a los solicitantes, también se les exige una serie de requisitos: tener al menos tres años de ejercicio, la superación de una prueba de acceso y haber estado en el turno de guardias o turno de oficio. El nombramiento es para un periodo de dos años y se renuevan de dos veces, dos un año y tres al siguiente, para garantizar que no se interrumpa el ritmo de trabajo por la entrada de personal nuevo.
Los letrados que asisten el servicio deben tener al menos tres años de ejercicio y haber estado en el turno de guardias o turno de oficio El sistema es, desde luego, ágil, en apenas 40 minutos pasan por la sala una decena de casos. Nada más abrir la puerta a dos mujeres discuten por ver quién estaba primero y tratan de entrar a la vez. Finalmente una de ellas cede y seguirá esperando su turno. Muchas personas llegan nerviosas, detrás de cada visita hay un proceso judicial, ya sea en forma de separación matrimonial, despido o impago, por poner sólo algunos ejemplos.
La primera en sentarse tras la mesa es una mujer que ya pasó por aquí hace un año. Trae consigo toda la documentación que ya entonces le indicaron que necesitaría. Solicita asistencia jurídica gratuita para un proceso de liquidación de gananciales y le gustaría saber si puede optar al mismo letrado que le llevó la reclamación de un impago de pensiones. «Lo que tiene que hacer en ese caso es contactar con el abogado en cuestión y, si está de acuerdo, decirle que pida este caso». La mujer, conforme, entrega toda la documentación y, en dos minutos, sale por la puerta, seguramente a ponerse en contacto con el abogado, tal y como le han indicado.
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«Buenas tardes, he puesto una denuncia por insultos y quería saber lo que tardará en salir el juicio y si necesito abogado». Es la segunda consulta de la mañana a la que el letrado del servicio le contesta que no puede saber lo que tardará en salir el juicio, pero que, en principio, quien ejercerá su defensa, será el Ministerio Fiscal. «Perfecto, gracias», y la consulta queda cerrada.
Separaciones, despidos, reclamaciones de salarios, de cuotas de comunidades de propietarios... son los temas más frecuentes Unos y otros van pasando. Algunos llegan cargados de papeles; otros no saben muy bien si son demandantes o demandados; otros sólo quieren informarse para actuar en consecuencia; los hay que piden conocer los plazos de los procesos, y la mayoría aprovecha para desahogarse o estalla a llorar antes de poder exponer su caso.
Por este despacho desfilan historias de todo tipo. La mujer que cuenta que quiere separarse y quiere saber qué tendría que hacer, «aunque no sé cómo hacerlo porque no se puede hablar con él», explica muy nerviosa. Se lleva la solicitud, el listado de documentos que le serán exigidos y la explicación de que tendrá que marcar si será contencioso o de mutuo acuerdo, un aspecto que determinará los ingresos a tener en cuenta a la hora de poder optar o no a la justicia gratuita. Con todos los papeles y una idea más clara de lo que, legalmente, supone dar ese paso, se marcha más tranquila.
O el matrimonio que quiere separarse y en un clima de enorme cordialidad acude a solicitar asistencia jurídica gratuita para ambos. O el padre que busca ayuda para su hija porque su exmarido no le pasa la pensión...
Según explican desde el SOJ, la mayoría de las solicitudes que se tramitan se resuelven favorablemente concediendo la asistencia jurídica gratuita, un servicio que ha visto incrementada su demanda a raíz de la crisis.