El niño que era feliz montando el burro del herrero de Villaobispo

Álvaro Álvarez Redondo es el ganador del premio Ganadero Emprendedor que concede la Fundación Vista Linda de Australia y Nueva Zelanda, que se entrega este domingo dentro de los actos de la 47 edición de la Fiesta del Pastor en Los Barrios de Luna

08/09/2024
 Actualizado a 08/09/2024
Álvaro Álvarez Redondo con uno de sus perros y al frente del rebaño de merinas negras en la corta trasterminancia que está realizando. | MANUEL R. PASCUAL
Álvaro Álvarez Redondo con uno de sus perros y al frente del rebaño de merinas negras en la corta trasterminancia que está realizando. | MANUEL R. PASCUAL

Desde hace 10 años la Fiesta del Pastor de Los Barrios de Luna ha enriquecido sus muchos alicientes con otro más, que ha ganado pretigio desde su creación: El Premio Ganadero Emprendedor, que concede la Fundación Vista Linda, de Australia y Nueva Zelanda, cuyo principal promotor fue Antonio Regueiro, consul honorario de España en Nueva Zelanda, habitual de la Fiesta en Los Barrios de Luna y reconocido en ella como Pastor Mayor.

Su fallecimiento en 2022 no ha impedido la continuidad del galardón, amparado por su viuda, Jayne McKelvie. Esta décima edición es muy significativa y el elegido para el galardón es un personaje tan apasionado de la ganadería como polifacético, emprendedor y defensor de los valores de la vida rural y los viejos oficios: Álvaro Álvarez Redondo, que suma este reconocimiento a otro reciente, el de ser elegido el pasado mes de mayo como presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Merino de España, siendo el primer leonés en ostentar este importante cargo. Parece ‘su año’, el de este ganadero, propietario del mayor rebaño de merina negra de la provincia de León. Es esta dedicación a la merina negra la más reciente de sus iniciativas empresariales y, a su vez, «seguramente de la que más orgulloso me siento, tanto del oficio como de mi rebaño de 850 cabezas de  merinas negras, a pesar de los problemas y dificultades que conlleva esta actividad». En la actualidad Álvarez Redondo realiza una corta trasterminancia entre las rastrojeras de Santovenia del Monte (en la Sobarriba) y los pastizales de Candanedo de Boñar

 

Hostelero y ganadero

Decir que Álvaro Álvarez Redondo es y no es ganadero de tradición parece un contrasentido y no lo es, como lo demuestra el hecho de que finalmente la ganadería ‘le reclutara’ para sus filas. Si nos ceñimos a la biografía pura y dura nos dice que tiene 45 años, que es de Villaobispo y de una familia de tradición en la hostelería; pero él mismo aclara que «sin olvidar la agricultura y la ganadería, como era habitual en tantas familias y en tantos pueblos. Desde niño ‘ayudaba’ a mi padre, Tomás, y al abuelo, Eladio, en las faenas agrícolas y, sobre todo, ganaderas, con especial pasión por las vacas, ovejas y caballos». También en esta época cimentó otra de sus grandes pasiones, montar a caballo. «Entre los recuerdos más agradables de mi infancia están aquellos días que acudía a la herrería de Senén para ver cómo arreglaba los cascos y pezuñas de los animales, fundamentalmente de trabajo, de los vecinos y, sobre todo, cuando me dejaba montar en su burro Felipe».

El ganadero emprendedor ha ‘tocado varios palos’, el último la merina. | MANUEL R. PASCUAL
El ganadero emprendedor ha ‘tocado varios palos’, el último la merina. | MANUEL R. PASCUAL

Pero en los primeros pasos de su andadura vital y laboral se va imponiendo la hostelería, el otro oficio de la familia; como nos recuerda Manuel Rodríguez Pascual, otro Pastor Mayor, encargado del perfil biográfico de Álvarez Redondo y de ensalzar sus méritos: «Ingresa en la escuela de hostelería de León donde hace los estudios de técnico en cocina (cocinero) y técnico superior en restauración, estudios que compagina con la  monta a  caballo. Al finalizar sus estudios de hostelería trabaja en la cocina de la Dehesa La Cenia, junto con sus propietarios Mari y Anselmo. Y también traslada a esta dehesa, sus caballos que compartían espacio con las vacas, ayudando en su manejo diario».

Sin olvidar su pasión por los caballos: «Se especializa en la disciplina de doma clásica, formándose en los cursos de técnicos deportivos en hípica, hasta alcanzar en la primera promoción de nuestro país el título de técnico superior en deportes hípicos Olímpicos, otorgado por el Consejo Superior de Deportes de España. Y posteriormente, cuando La Cenia es alquilada a una Cadena Hotelera Asturiana, Álvaro junto con la familia Llamas se involucran en la creación y puesta en marcha de la Fundación Carriegos, para la práctica de la Equinoterapia, el uso de caballos para la rehabilitación de niños con discapacidades físicas o psicológicas, llegando a ser un centro de referencia en nuestro país».

Recuerda Manuel R. Pascual cómo su inquietud por la competición le lleva a montar en el 2005 un centro de alto rendimiento enSantovenia del Monte, donde se han entrenado caballos de diferentes ganaderías de toda España. Y desde entonces, no ha dejado de entrenar caballos para la competición y la exportación de pura raza Española, especializándose en la disciplina de doma clásica.

En el año 2014  fallece su padre en un fatal accidente con el tractor, hecho traumático para él, y decide entonces apartarse de la competición, ya que era su padre quien se encargaba de la cuadra en sus salidas. Y un año después, motivado por su gran pasión por las razas autóctonas descubre las vacas de raza Cachena de origen portugués, y se involucra en una nueva etapa en el sector ganadero, llegando a tener en su explotación unas 100 cabezas de esa raza. Ello contribuyó muy activamente a la difusión y mantenimiento de esta raza autóctona vecina de grandes cualidades. 

En el 2018, por encargo de Anselmo González, propietario de la Dehesa La Cenia, se pone al frente de la dirección de la finca, con el fin de crear un restaurante referente en carnes de calidad de vacas Cachenas, dando lugar a una época dorada de La Cenia hasta el año 2022. Aunque Álvaro estuvo toda su vida entre caballos y vacas, siempre mantuvo un lazo de unión con lo que acabó siendo su primera ocupación y tuvo una pequeña punta de 15 o 20 ovejas merinas negras, teniendo por ello una estrecha relación de amistad con otros ganaderos como Gregorio y Violeta, por los que siempre ha mostrado verdadera admiración. 

Fue ya en el año 2021 cuando se le presentó la posibilidad de comprar un rebaño de 450 ovejas merinas negras de un ganadero trujillano que se jubilaba, y no dudó en hacerlo e iniciar su actividad como merinero profesional, en la que se mantiene con verdadero entusiasmo y que le viene dando alegrías añadidas a su andadura profesional, como el reconocimiento de sus colegas al elegirlo para presidente de los criadores de merino o este recocimiento de una fundación tan emblemática y reconocida como Vista Linda.

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