Los dos acusados que declararon en la tercera jornada del juicio insistieron en lo mismo: «No había ninguna anomalía ni nada que llevara a suponer que hubiera riesgo» en las labores ni mucho menos que llevara a prever el fatal resultado, la muerte de seis mineros el 28 de octubre de 2013 en la Hullera Vasco Leonesa. El director facultativo del grupo Tabliza, jefe de sección interior del grupo Pozo Emilio, José Eliseo Solís Álvarez, remarcó que horas antes del accidente le comunicaron que en las cintas transportadoras de carbón en La Robla «había un problema eléctrico y que tiraban corriente» y esto hacía que se parara la ventilación.
Por este motivo se dio orden de que pararan las explotaciones y se dejaran «en seguridad» y que cree que su expresión fue entonces «mañana será otro día». Se determinó la parada de toda la mina porque durante esos «saltos de corriente» dejaban de funcionar los ventiladores secundarios y se producían subidas de metano, pero insistió en que los cortes no eran por niveles elevados de este gas, sino porque las paradas hacían que la ventilación no funcionara y esto derivaba en que los niveles de grisú subieran.
No obstante, insistió en que la actuación en estos casos estaba perfectamente regulada y se actuó en consecuencia. Negó también que la mina estuviera dando «avisos». «¿Me quiere usted decir que la parada de una cinta transportadora situada a un kilómetro y medio es un aviso?», respondió Solís a uno de los abogados y, respecto al funcionamiento intermitente de la ventilación en días anteriores al siniestro también explicó que era algo regulado. «Hasta que la concentración de metano no lo permite, los ventiladores tiene que estar parados porque si arrancan se corre el riesgo de generar un ambiente explosivo», advirtió, y en esos puntos en los que se «desgasifica» la mina no hay trabajadores dentro, dijo.
Solo dos acusados declararon en la tercera sesión, de casi ocho horas
Este miércoles se cerró la tercera sesión del juicio por la muerte de seis mineros de la Hullera Vasco Leonesa en el año 2013 tras casi ocho horas de interrogatorio interrumpido por apenas quince minutos de receso. En ella se escuchó el testimonio de dos de los acusados: el director general, Mario Calvo Herce, y el director facultativo del grupo Tabliza, José Eliseo Solís Álvarez. La extensión de la última de las declaraciones (al contrario de los que le precedieron aceptó contestar a las preguntas de todos los letrados, no únicamente a las del fiscal y su defensa) hizo que no se pudiera cumplir con el calendario fijado, que preveía que se oyera a tres acusados, no a dos, de modo que el interrogatorio de David Toribio Fernández se sumará al de la siguiente sesión, fijada ya para el próximo lunes, día 13, cuando estaban recogidas también las de Javier Martínez, Jairo Gómez y Carlos Conejo.