Flórez reconoció en sus declaraciones que «aún no se sabe cuándo se va a poder iniciar la campaña», pero es optimista en cuanto a su resultado. «Este año se sembró en muy buenas condiciones, a tiempo y la remolacha ha ido muy bien a lo largo de ciclo», incidió augurando «una buena producción». A la espera de que mejore el tiempo, Flórez estima que «podría pasar algo similar al año pasado, que llovió mucho y no se inició la campaña hasta últimos de enero», aunque habrá que habrá que esperar para ver si podrá ser así. Sea cuando sea, Flórez quiso transmitir tranquilidad a los agricultores puesto que «no sacar la remolacha supone que esta siga generando riqueza bajo tierra». «Esto, que en principio parece una incomodidad porque es un poco tarde, se traduce en una mejora de la producción», aseveró poniendo como ejemplo la situación del año pasado, cuando la polarización «era muy baja porque se había sembrado muy tarde, entorno a un 15, y esperando un par de meses conseguimos subir dos grados hasta los 17». «Hasta que no empiecen a caer heladas muy fuertes de hasta 10 grados bajo cero, la remolacha sigue vegetando y generando azúcar», reconoció. Contó que es en este periodo en el que, por lo tanto, aumenta la producción sin ningún gasto ya que en estas fechas ni hay que regar ni tampoco hacer tratamientos contra las plagas. «Simplemente la remolacha está ahí reposando y estamos ganando dinero con ello», incidió.
Formación para el remolachero
conocer las innovaciones disponibles al alcance del remolachero para que el cultivo sea más rentable, más sostenible y más cómodo para el agricultor, o saber las claves para controlar la cercospora son algunos de los temas tratados en los cursos que Aimcra ha impartido en localidades como Valencia de Don Juan y Santa María del Páramo, repitiendo de nuevo en esta localidad el martes día 10 de diciembre. Con esta formación, los agricultores de Azucarera han recibido información necesaria para poner en marcha en sus cultivos las soluciones más innovadoras en las que está trabajando Aimcra, siendo además estos cursos válidos como formación requerida para obtener las ayudas del Programa de Desarrollo Rural (PDR).«El objetivo es, por un lado, dar a conocer a los agricultores todas las novedades que existen con respecto al cultivo, tanto de nuevos tratamientos como mejoras que se pueden implementar en el cultivo, y darles nuevas herramientas, por otro lado», explicó Flórez que destacó entre estas últimas las propias de la agricultura de precisión. «A través de un visor, los agricultores pueden obtener información de sus parcelas a través de fotografías de drones o satélites y eso lo pueden utilizar después en mejorar sus rendimientos y, en algunos casos, para ahorrar también costes», expuso Flórez.
Precisamente de los costes de la producción de la remolacha habló Flórez, sobre todo en cuanto a los relacionados con el abonado del cultivo. «El agricultor tiende a abonar más de lo que realmente es necesario», lamentó explicando que para evitarlo analizan una muestra del suelo de las parcelas para recomendar de manera personalizada un tratamiento racional. «Es lo más lógico medioambientalmente hablando porque utilizar más nitrógeno de la cuenta no es bueno y supone un mayor gasto. Entre el 90 o el 95 por ciento de los análisis de suelo que hacemos, la recomendación de abonado es mucho más baja de lo que el agricultor está utilizando o haciendo de manera habitual en su parcela.