"No se va a acabar todo en abril, debe ser un proceso gradual y deberían trabajarlo"

Saúl Ares, físico del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC

M.I.
06/04/2020
 Actualizado a 06/04/2020
Imagen del físico berciano que en la actualidad trabaja en el CSIC. | S.A.
Imagen del físico berciano que en la actualidad trabaja en el CSIC. | S.A.
Científico del CSIC, Saúl Ares, dentro del Centro Nacional de Biotecnología, piensa en el Bierzo, comarca a la que le unen sus padres de Villadepalos y Berlanga. Aunque él nació en Estados Unidos, Ponferrada forma parte de sus recuerdos de niño porque en ella los vivió y ahora espera a que el confinamiento le deje volver a casa pronto. Mientras tanto, como físico ahora su preocupación está en analizar lo que está pasando. Él fue uno de los 70 científicos que firmó un documento para demandar medidas urgentes al Gobierno que finalmente se pusieron en marcha, aunque hubiera preferido que fueran antes. Ahora espera que se comience a pensar en el después.

– En Ponferrada hemos tenido una bajada de ingresos después de unos días a cuenta gotas, aunque han repuntado los fallecimientos y en los últimos días se han estabilizado ¿qué lectura se puede hacer de esos datos?
- Son números lo suficientemente pequeños para hacer estadísticas en Ponferrada. Con una familia contagiada complicaría todos los datos. Nosotros trabajamos con los datos de Madrid, con los que se pueden hacer estadísticas. Aquí parece que ya está alcanzando el pico y en España puede que también, porque no todas las comunidades están igual, pero es difícil hacer una predicción.

- Esa es la situación actual pero los científicos han criticado que las medidas adoptadas llegaran tarde ¿ahora son las adecuadas, vamos bien?
- Soy uno de los firmantes de ese informe en el que 70 científicos pedíamos medidas urgentes al Gobierno y días después se adoptaron. Las que hay ahora me parecen bien. No se puede pedir mucho más de la sociedad, pero hubiera tenido un efecto mayor si las medidas se hubieran tomado antes.
El informe en el que está basado el documento de la Universitat Rovira i Virgili dice que se han salvado 5.500 vidas, según sus cuentas. No me gusta ser crítico con las administraciones porque no me gustaría estar en su pellejo en este momento. Es más fácil decir lo que se debería haber hecho después.

- ¿Por qué hemos llegado a esto? Hay quien considera que hemos jugado con el medio ambiente hasta sus límites, quien piensa que la repercusión del contagio se debe a tener una sanidad pública bajo mínimos…
-Las pandemias llegan de una manera recurrente en la historia. Lo hizo la peste negra en la Edad Media o la gripe, que fue mucho más mortífera. Es algo recurrente y va más allá de lo que hagamos con la naturaleza. Tiene que ver con que cada vez somos más y es más fácil que ocurra esto, que se trasmitan virus nuevos. No creo que esto tenga que ver con un castigo de la naturaleza porque es un proceso que ya ha pasado y cada vez pasará más y cada menos tiempo.

- ¿Nuestra generación vivirá otra situación así?
- Tal vez sí. Sea o no deberíamos estar preparados igual que lo estamos contra fenómenos meteorológicos. Debemos ser capaces de detectar muy temprano estos casos y poder así atacarlos desde el minuto cero. Si en este caso lo hubiéramos hecho, podríamos haber tomado medidas de manera localizada y lo podríamos haber controlado.

- ¿Qué hemos aprendido y vamos aprender de esta situación tan trágica?
- La parte principal es lo mal que lo está pasando el sistema sanitario. Está luchando por mantenerse y la sanidad pública debe estar fuerte porque los recortes se acaban pagando. Y lo mismo en la ciencia. Desde 2007 ha habido recortes fuertes, pero la gente no lo vey ahora que truena es cuando nos acordamos de Santa Bárbara. Tenemos que aprender que hay cosas que, aunque no se ven cada día, no se puede jugar con ellas. Necesitan apoyo para ser el escudo invisible que necesitamos para defendernos.

- Ahora parece que se abre una cartera para los investigadores, sobre todo los que trabajan sobre el coronavirus…
- Ha habido convocatorias urgentes ahora y se ha dado dinero pero, si de aquí a un año no hay vacunas o medicamentos iremos mal encaminados. Espero que sea puntual, aunque grave, lo que está pasando, y sirva para llamar la atención de lo que vale la investigación. Al final, que se ponga el foco en el sistema científico, será bueno para todos.

- Estamos en medio del confinamiento ¿cuándo considera que podríamos salir a la calle?
- No se va a acabar todo en abril. No podemos salir todos a la calle un día porque sería negativo. Tiene que ser un proceso gradual y de hecho deberían estar trabajando sobre él y sobre cómo se va a controlar la situación. Si no hay una vacuna habrá nuevos picos y más contagios. En 1918 la gripe vino en varias oleadas. Bajaba y volvía ,al menos en tres ocasiones. Mientras no tengamos una vacuna o antivirales muy potentes podría ser así. Hay laboratorios que están trabajando en pruebas para ver quién tiene anticuerpos, que a lo mejor no sabe que ha pasado la enfermedad. Esas personas podrían tener un ‘pasaporte’ contra el virus que les permitiera salir. Si hay mucha gente que lo haya pasado podría ponerse en funcionamiento y dejar la cuarentena para los que no. Pero aún quedan meses por delante antes de ver el fin del problema.

- ¿Y qué pasará después. Supone que se producirá un cambio social que nos mantenga más a la expectativa?
- Nuestra forma de vida, más de contacto, como pasa en España y en Italia, se cree que ha hecho que nos afecte más esto. Sospecho que después seremos más cuidados, habrá menos besos, nos daremos menos la mano. Creo que va a haber un antes y un después en las relaciones personales por culpa del coronavirus.
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