Este domingo se cumple un año del asesinato de dos guardias civiles (otros dos resultaron heridos, uno de ellos de gravedad) tras ser embestidos por una narcolancha en el puerto de la localidad gaditana de Barbate.
Uno de los agentes fallecidos pertenecía a un equipo del Grupo de Acción Rápida (GAR), mientras que el otro era del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (Geas).
David Pérez Carracedo fue uno de los fallecidos y tenía raíces leonesas, en la localidad de Nogarejas, donde vive parte de su familia materna y donde este domingo le han recordado con una sencilla y emotiva ceremonia religiosa. Delante del altar, una foto del guardia civil ataviado con su uniforme y una corona en cuya cinta podía leerse: "Boby, no te olvidaremos", en referencia al apodo con el que le conocían sus allegados. Además, los asistentes se han acercado al cementerio de la localidad, donde reposan sus restos mortales.
Pérez Carracedo estaba casado, tenía 43 años y deja mujer y dos hijos de seis y nueve años. En todo caso, había nacido en Barcelona, estaba destinado en la localidad navarra de Sarriguren. Formaba parte del GAR y había sido enviado a Barbate dentro del dispositivo de lucha contra el narcotráfico durante unas semanas.
De hecho, el cuerpo del agente fue enterrado en el cementerio de Nogarejas y el Ayuntamiento de Castrocontrigo decretó tres días de luto oficial por la muerte de Pérez Carracedo, que solía visitar Nogarejas en Navidad y durante sus vacaciones, por lo que sus vecinos mostraron entonces su consternación y arroparon este domingo a sus familiares y compañeros al cumplirse un año de su asesinato.
Mientras, el otro agente fallecido, Miguel Ángel González Gómez, de 39 años de edad, pertenecía al Geas, era natural de la localidad gaditana de San Fernando y tenía pareja y una hija.