Este jueves arranca el curso en Castilla y León en la Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y ciclos formativos. Un curso que arranca con una novedad que afecta especialmente a los alumnos que cursan segundo de Bachillerato y que serán los primeros en enfrentarse a una nueva Selectividad, que recupera el nombre de PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) después de haber pasado por la EBAU.
Una nueva PAU que se celebrará por primera vez en junio de 2025 y que trae consigo varias novedades, con el principal objetivo de adaptarla a la nueva ley educativa y a unificar criterios en toda España, aunque lejos del proyecto popular de una Selectividad única para todo el país aunque se mantiene en pie la intención de implantarla en las comunidades que gobiernan, entre ellas Castilla y León.
Lo que por ley se unificará serán los criterios de corrección mínimos comunes en todas las comunidades, mientras que la evaluación se centrará más en las competencias de los estudiantes. Las nuevas normas implican que el 70% de las respuestas deberán ser contestaciones breves o abiertas, es decir, que exigen un desarrollo, dejando en el 30% restante las preguntas tipo test o que exigen una respuesta concreta limitada por ejemplo a una palabra. La nueva Selectividad busca ser menos memorística y más creativa o que exija una mayor creatividad o capacidad de pensamiento. Así mismo, los enunciados de las preguntas se basarán en cuestiones realistas y "cercanas al alumno" buscando la practicidad de los problemas a resolver.
Una de las principales cuestiones será igualmente la unificación de los criterios de corrección en todo el país, contando al menos un 10% la corrección gramática, léxica y ortográfica. Cada examen irá acompañado de un documento para los examinadores con los criterios de corrección a seguir y que los alumnos verán también en los exámenes sin, evidentemente, las soluciones a los ejercicios.
Otra de las grandes novedades pasa porque solo habrá una opción para el examen de cada materia, no dos como hasta ahora entre los que se podía elegir. Sí se podrá elegir entre varias preguntas, pero eso no implicará renunciar a una parte del temario. Es decir, si no se estudia todo el temario, no se podrá optar a la máxima nota, en contraposición a lo que ocurría desde la pandemia. Además, como norma general se podrán utilizar diccionarios, calculadoras, tablas y documentos de apoyo, si bien cuáles se podrán usar lo decidirán las comunidades autónomas.
Lo que se mantiene será la duración de los exámenes, 90 minutos, así como las materias obligatorias (Lengua Castellana y Literatura, Historia de España o Historia de la Filosofía, Lengua Extranjera y la materia específica de la rama de bachiller cursada) y la manera de calcular la nota final.