La procesión, que dura alrededor de tres horas, saldrá el domingo a las 12:00 de la iglesia de San Juan Bautista de Laguna «Es el día de hoy que paso por donde fue la caída y no me puedo creer que no me pasase absolutamente nada», comenta Toño a escasos metros de la iglesia de San Juan Bautista de Laguna de Negrillos desde la que este domingo saldrá la procesión que él mismo protagonizará. Fue ese percance el que le animó a decir que sí este año para reencarnar a San Sebastián, la figura de un capitán que primero camina arrogante ante el Santísimo para acabar postrándose después ante él, arrepentido por haber negado su fe.
Este personaje es uno de los muchos que forman parte del auto sacramental que se representa cada Corpus Christi y cuyos orígenes, de difícil precisión, se remontan a los siglos XVI y XVII. De su organización se encarga, desde 1648 hasta hoy, la Cofradía del Señor Sacramentado, y está declara de Interés Turístico Provincial y Regional.
Hasta la localidad se desplazan cada domingo de Corpus miles de visitantes y son pocos los vecinos del pueblo que se quedan en casa y no acuden a la procesión.
«No voy por lucirme pero sí me gustaría poder hacerlo bien y disfrutarlo», comenta Toño con los nervios propios a pocos días de la popular procesión. Entiende que es lógico que todas las miradas vayan ese día a él pero hace hincapié en que «son tan importantes los apóstoles como los que llevan las imágenes y como todos los que están detrás de la tradición para que salga cada año lo mejor posible».
El San Sebastián es muy importante pero tanto o más lo son el resto de personas que participan en la procesión del Corpus Que sea una tradición tan valorada por los vecinos del pueblo, le da al hecho de ser San Sebastián un añadido de «responsabilidad y respeto» y también conlleva prepararse bien físicamente para poder soportar las tres horas que dura prácticamente la procesión, aunque para Toño, es sobre todo una cuestión «espiritual». Muy conocido en la zona del Páramo por su profesión de electricista, Toño pondrá este domingo la careta del capitán, se agarrará fuerte a la saeta y al sable y se calzará los zapatos con los que romperá el silencio de unas calles que volverán a estar abarrotadas mirando sus pasos, los de una tradición que en Laguna de Negrillos, se lleva en la sangre.