Los profesores de Religión Católica de la escuela pública de la Diócesis de León se implican una año más, junto a sus alumnos, familias y comunidades educativas (cerca de 50 colegios e institutos se suman a la causa) en la ayuda a los más necesitados.
El primer objetivo del proyecto, que alcanza su decimoséptima edición, es concienciar a los estudiantes en el descubrimiento de la pobreza y ayudarles a pensar en valores como la compasión, la solidaridad y la misericordia. En el desarrollo del proyecto concreto también descubren un nuevo lugar, trabajan y aprenden sobre su ubicación, nivel de vida, infraestructuras, población o religiones.
En esta ocasión la iniciativa tiene como destino África, en concreto, la ciudad de Port-Gentil, en Gabón, y los fondos obtenidos se destinarán a mejorar las infraestructuras educativas de un colegio vinculado con la parroquia diocesana.
El sacerdote Thierry Rabenkogo Mbourou, natural de Port Gentil (Gabón), que ejerce su ministerio en La Vecilla (León) y en más de una veintena de pueblos del entorno y que es también responsable de Pastoral Juvenil en la Diócesis de León, es el mediador del XVII Proyecto Solidario de Navidad.
“El proyecto es de mi ciudad, de una parroquia que por las necesidades del barrio tuvo que montar un colegio en salas de actividad parroquial. No tenían biblioteca o sala de estudio y lo que se consiga irá destinado a construir una salad de estudios, consultas o de ordenadores” explica a ICAL.
Los alumnos se las ingenian a través de diversas acciones para conseguir dinero y lo hacen a través de actividades como la organización de mercadillos, la elaboración de marcapáginas, adornos navideños, juegos o postales y con la venta de rifas, pulseras, belenes y cestas o la recaudación directa con huchas.
Desde el Área de Enseñanza Religiosa Escolar y colegios católicos (Delegación de Evangelización Misionera) se sienten “muy contentos con este proyecto cooperativo, inclusivo y solidario que aglutina tanto a los alumnos de la capital con los de la zona rural”. Y es que desde Villablino hasta Sahagún, de Ciñera hasta Cistierna, pasando por la capital o por Santa María del Páramo y Huergas de Babia, entre otras muchas localidades, se extiende esta red sin fronteras que llega a cualquier continente para dejar huella de la solidaridad de los implicados.