El olvido no se hizo para gente como Libertad Aurora

Abel Aparicio recuerda a Libertad Aurora Suárez, mujer minera, que falleció el pasado domingo

08/12/2024
 Actualizado a 08/12/2024
Abel Aparicio en una de sus largas charlas con Libertad Aurora, abajo la portada del libro.
Abel Aparicio en una de sus largas charlas con Libertad Aurora, abajo la portada del libro.

Es 4 de diciembre, Santa Bárbara. Mientras me preparo para repartir unas cartas y paquetes suena mi teléfono. Me acerco y leo en la pantalla: Fulgencio Fernández. Después de hablar unos veinte minutos con una de las mayores y mejores enciclopedias que atesora esta provincia, Ful me pide un texto sobre Libertad Aurora Suárez de los Ángeles, o sencillamente Libertad, como indicaba el cartel que presidía su cama en el Hospital El Bierzo el pasado mes de septiembre. 

Buscando el día que conocí a Aurora en mi archivo fotográfico, encontré la siguiente fecha: 13 de octubre de 2017. Hace siete años que la vida me hizo ese regalo en Almagarinos, localidad del ayuntamiento de Igüeña. Fue precisamente ese día, sin conocerme de nada, cuando esta minera de sonrisa eterna estuvo durante dos horas cargando su historia en un balde para traerla a la estación del presente. Su labor como minera y la vida de su familia —la cual sufrió una terrible represión por parte de los que hoy se hacen llamar nostálgicos del pasado y no tienen más nombre que el de fascistas— fueron sacadas de una galería oscura y mostradas a aquel que las quería escuchar. En la mina, por el hecho de ser mujer, cobraban exactamente la mitad que un hombre, seis pesetas y media frente a trece. Al casarse las echaban del trabajo.

Si un minero tenía pareja y no trabajaba, cobraba más que si esta sí lo hiciera. En cuanto a la familia, su padre, su madre y su tío tuvieron que esconderse por defender las condiciones laborales de los mineros —como si los culpables fueran ellos— en unas cuevas situadas entre Tremor de Arriba y Espina de Tremor, huir a Rodiezmo, luego a Asturias, su madre volver sola a Tremor de Abajo y su padre visitar el lujoso parador nacional de San Marcos cuando era uno de los peores campos de concentración de un país que había resistido durante tres años el embiste de los franquistas apoyados por Hitler y Mussolini.

Aurora, que nació como Libertad Aurora y pasó a ser solo Aurora tras el golpe de Estado (recuperaría ya en Bilbao su nombre completo), se hizo minera a los dieciséis años, y como el resto de compañeras, dejó de trabajar en la mina cuando se casó. Ella y su marido atendían el bar de Almagarinos después de regentar un pequeño comercio en Brañuelas. Cuando la minería empezó a decaer, y hablamos de principios de los años setenta, emigraron, como tantos bercianos y bercianas, a Bilbao. Aurora, que le inculcó su amor a Almagarinos a sus dos hijas, una vez jubilada se pasaba medio año a orillas del río Tremor y otro medio a orillas de la ría del Nervión. La visité muchas veces mientras este aprendiz de escritor documentaba un libro de relatos y muchas más una vez escrito. Siempre una sonrisa, siempre un detalle, siempre una lección de vida. Recuerdo especialmente el día que me habló de los suyos y yo le pregunté quiénes eran los suyos. Ella me respondió sin dudar: “los pobres como yo, los que trabajaban en la mina. Los míos no pueden ser los ricos, y esto es algo que vuestra generación no tiene muy claro”.

El primer fin de semana de agosto de 2021 se inauguró un mural en Almagarinos. En él aparecen cuatro mineras, Hortensia, Begoña, Libertad Aurora e Irene. Durante el homenaje a las mineras, con la plaza llena de vecinos y vecinas tanto del pueblo como de los cercanos, Aurora cogió del brazo a Begoña y le dijo en voz baja: “¿alguna vez imaginaste que lo que hacíamos le podía interesar a alguien?”.

Este domingo Libertad Aurora nos dijo adiós. Adiós a su compañía, a sus palabras, a sus enseñanzas y a su ejemplo, pero como escribí sobre otro paisano, Toño Morala, el olvido no se hizo para gente como Aurora. Un poco de ella quedará en las personas que tuvimos la suerte de conocerla. Gracias eternas, Libertad Aurora.

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Portada del libro ¿Dónde está nuestro pan?, de Abel Aparicio. 

Abel Aparicio es autor de ‘¿Dónde está nuestro pan?’ cuya portada está ilustrada con una foto de mujeres mineras, entre ellas Libertad Aurora.

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