El osezno rescatado el pasado 2 de agosto en Barniedo de la Reina evoluciona «favorablemente» en el Centro de Recuperación de Animales Salvajes (CRAS) de Valladolid, puesto que se ha curado de sus heridas y ha ganado casi tres kilos de peso. No en vano, llegó con 6,4 kilos a la instalación de la Junta y ahora pesa 9,1 kilos.
El veterinario responsable del Cras de Valladolid, Álvaro Soto, aseguró hoy que el animal se desplaza con normalidad, pese a las heridas, y acepta bien todo el alimento. Pese a la presencia del consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, lamentó que no se pueda enseñar para preservar la «privacidad» del ejemplar y, sobre todo, evitar que se acostumbre al ser humano. Algo que, precisó, es clave para una adecuada reintroducción al medio natural.
Preguntado por el plazo en que se podrá soltar, se mostró esperanzado en que sea en el menor tiempo posible. El procedimiento habitual es llevar este tipo de animales a la finca de Valsemana en León, donde hay dos oseras perfectamente acondicionadas para que esté aún más lejos del ser humano y se desarrolle como un osezno, donde pasa varios meses.
Un vecino de la localidad de Barniedo de la Reina, perteneciente al municipio leonés de Boca de Huérgano, informó de la presencia de un osezno en el interior del núcleo urbano, por lo que agentes medioambientales de la Junta y la patrulla oso de la Fundación Patrimonio Natural se trasladaron al lugar para rescatarlo.
En el primer contacto visual se pudo comprobar la existencia de posibles lesiones en varias de las extremidades del osezno, procediéndose a su captura y traslado inmediato a Valladolid.