Con dos de ellos establecidos en Madrid y otros dos en Barcelona, nació Oxinity, una ‘app’ al servicio del profesor que agiliza el aprendizaje de idiomas por parte del alumno gracias al uso del ‘big data’. Sin embargo, una semana antes de que comenzase el confinamiento, uno de ellos se quedó el Barcelona, otra se fue a Bulgaria, otro chico se trasladó a un pueblo de Ávila y María regresó a Santa Lucía de Gordón.
Un cambio de lugar de residencia y trabajo, que se desarrolla de forma ‘online’ forzado por la situación sanitaria, pero que ha dado lugar a que “la empresa no solamente haya seguido funcionando, sino que ha crecido” tanto con los creadores como con los profesores establecidos en sus lugares e incluso países de origen.
Desde su regreso a Santa Lucía, María nota que trabaja muchas más horas, pero se muestra consciente de que el trabajo online es “una buena oportunidad” para poder vivir en los pueblos, ya que “hoy en día puedes trabajar en cualquier sitio”.
Por eso, en estos momentos no tiene claro si volverá a Madrid. “Volver tengo que volver para cerrar el piso, pero no sé si me quedaré, también depende de cómo vaya esto”, porque “volver a las raíces te hace pensar, nunca me había planteado volver y ahora sí”.
Tanto es así que María volvió a Santa Lucía con una maleta para una semana y seis meses después aún no se ha ido, de hecho no ha ido a Madrid en ningún momento. Por ello, reconoce que “con un buen internet, el trabajo online es una oportunidad para poder repoblar los pueblos”.
Asimismo, considera que el hecho de que Oxinity permita aprender inglés de manera online también supone “una oportunidad para los niños del medio rural”, para lo que pone de ejemplo a una alumna que “vive en Reliegos e iba a una academia en León, pero su madre se ha dado cuenta de que así perdía mucho tiempo”, así como “otra gente que no puede permitirse bajar a León”, lo que demuestra que “ahora estés donde estés no tienes excusa para aprender inglés”.
140 profesores, 40.000 alumnos
Oxinity cuenta en este momento con un total de 13 personas trabajando, “muchos de ellos en la parte tecnológica”, ya que según explica María se define como “una ‘startup’ tecnológica dedicada el mundo de la enseñanza de idiomas”, donde “el inglés es el idioma fuerte, aunque también se dan clases de español, francés y alemán”.
Para ello, la app cuenta con una red de unos 140 profesores que se centran en la enseñanza del inglés, aunque algunos de ellos también imparten otros idiomas a un total de 4.000 alumnos y que han experimentado un cambio en el funcionamiento de las clases. De esta manera, hasta el mes de marzo “por un lado podían ir a tu casa o empresa a dar clase y por otro daban clases online”, pero ahora “es cien por cien online y no está previsto cambiar a clases presenciales, porque en estos momentos no se sabe lo que va a pasar “.
En cuanto al perfil del alumno, mientras que hasta antes de que se iniciara el confinamiento “había un poco de todo”, en el momento en que entró en vigor el estado de alarma decretado por el Gobierno de España, “ha crecido de manera brutal el número de niños a partir de seis años, que cada vez se va expresando mejor y ya hablan inglés”.
Unos alumnos que cuentan con un modelo de clases “creadas desde el punto de vista tecnológico”, algo “clave”, de modo que se trata de lecciones de máximo tres personas con 30 minutos de duración y con flexibilidad total para la reserva y cancelación de la clase ente las 9 y las 21 horas. Respecto al contenido, Oxinity cuenta con 171 estructuras y 3.000 palabras de vocabulario, “lo que creemos que tienes que saber para hablar inglés”, de manera que “el profesor verifica cada día qué sabes y qué no” y “analiza cuestiones de actualidad para implementar fluidez”.