Todo comenzó en el año 2006, cuando se conforman los primeros equipos de trabajo tanto en Madrid como en Barcelona, y poco a poco se han ido centrando en determinadas líneas de investigación subvencionadas por el entonces Ministerio de Ciencia e Innovación, aunque son varios departamentos los que han sustentado estos estudios con el paso de los años (ahora es Economía y Competitividad quien los financia). «Empezamos un equipo muy joven, y siempre desde la perspectiva filológica, fuimos incorporando especialistas en diferentes lenguas egipcias, como jeroglífico, hierático, demótico, copto, griego, latín, árabe...», expone el leonés Alberto Nodar, doctor en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Según explica, desde hace cinco años la investigación se ha dividido en dos líneas. «Una es la que se encarga de los aspectos filológicos e históricos, que serían los textos de los papiros, en la Universidad Complutense». La otra parte se centra «en la investigación físico-química del papiro», con sede en Barcelona.
Aunque cada línea trabaja es de forma paralela, ambos subproyectos están coordinados. De esta manera, el grupo de Alberto Nodar, con el que colabora también el catedrático de Biología Celular de la Universidad de León, está centrado en los papiros de la colección de la Compañía de Jesús en Cataluña.

Después de años de estudios, de desechar las líneas que no podían ser factibles para seguir o que no había suficiente material, estos investigadores se centran en el año que queda de investigación (suelen ser trianuales) en concretar lo logrado y publicar los primeros resultados. «Parece claro a simple vista que en el periodo del siglo V la apariencia de la tinta cambia, y nos gustaría saber por qué y cuál es la composición», apunta Nodar.
«Todavía es pronto, no tenemos aún unas conclusiones firmes, pero parece ser que los resultados iniciales apuntan que la tinta del monasterio se fabricaría a partir de los materiales que había allí, especialmente con la intervención de la uva, de los taninos de la uva», detalla este especialista, que también incluye otros productos como el plomo. «Lo que tenemos que hacer ahora es aumentar el número de muestras para dar más solidez a la tesis», resalta Nodar, quien destaca que cada profesional ha aportado la información necesaria desde su área de conocimiento, de ahí que el profesor leonés Rafael Álvarez se centrara en la la morfología del papiro, o su propia línea de estudio se desarrolle en la parte filológica e historiográfica. «Así vemos si puede casar con lo que nosotros sabemos de la historia de los lugares o del tipo de documento», detalla este investigador leonés.
«Este año tendremos que optar a otro proyecto, y la idea es producir y publicar estos primeros resultados y luego justificar las nuevas líneas de investigación para los próximos tres años», agrega Nodar, que reconoce que estos avances son «muy lentos». Y es que no hay que olvidar que muchos de estos papiros no están datados y ni siquiera se sabe si son de Bawit o de otro lugar de Egipto.