Para donar sangre... no te olvides del boli

Aunque hace falta menos sangre de la habitual en los hospitales, las extracciones continúan con todas las garantías de seguridad para los tratamientos imprescindibles

David Rubio
17/04/2020
 Actualizado a 17/04/2020
Una de las donaciones, este jueves por la tarde, en el chalet de Padre Isla. | D.R.
Una de las donaciones, este jueves por la tarde, en el chalet de Padre Isla. | D.R.
«¿Ha tenido usted tos en los últimos días? ¿Fiebre? ¿Ha perdido el gusto? ¿Ha convivido con alguna persona que haya dado positivo en Covid-19?». A las habituales preguntas que le hacen a cualquier persona que quiera ir a donar sangre se suman estos días las que más preocupan a todo el mundo, las que se repiten como un mantra en los medios de comunicación y en todos los protocolos. Tras pasar el primer filtro, el primer paso, como es lógico, es lavarse concienzudamente las manos. Después, a cada donante se le asigna una mesa donde puede dejar sus pertenencias y donde puede rellenar el formulario habitual, pero todo en esta época tiene matices. «¿Ha traído usted bolígrafo? Si no tiene le dejamos uno, pero luego lo tenemos que desinfectar».

Casi todo se detiene por culpa de los coronavirus, incluso algunas formas de solidaridad. Sin embargo, otras formas de entender el compromiso con la sociedad son más necesarias que nunca, como es el caso de los donantes de sangre. Su actividad no se detiene y, como tantas otras, se tiene que adaptar a las nuevas restricciones que impone el Covid 19. «Lo habitual es que cada día se necesiten en toda la comunidad autónoma de Castilla y León unas 425 bolsas de sangre. En estas condiciones, se necesitan más o menos la mitad», afirma el presidente de la Federación Española de Donantes de Sangre, el leonés Martín Manceñido. Con los hospitales desbordados por la cantidad de ingresos, se podría pensar que se necesitan más bolsas de sangre, pero no es precisamente lo que requieren los pacientes del Covid-19, sino otro tipo de tratamientos para combatir su infección, por lo general neumonía aguda. «Hay menos intervenciones quirúrgicas, ya que se han aplazado todas las no fueran extremadamente urgentes, como consecuencia del confinamiento hay menos accidentes de tráfico, como consecuencia de la paralización de la actividad económica hay menos accidente laborales…», explica Manceñido, que en cambio recuerda que la sangre sigue siendo muy necesaria en los hospitales, por ejemplo, en los tratamientos oncológicos, que obviamente no se pueden detener y que suponen un 34% del gasto en sangre de los centros hospitalarios.

Se necesita menos sangre pero la que se necesita cuesta más conseguirla. El temor a posibles contagios hace que algunos donantes se piensen si acuden o no a la llamada de las asociaciones de donantes, a pesar de que, como es lógico, se extreman todas las precauciones y se garantiza la seguridad de los donantes y de los sanitarios que participan en las extracciones. Para evitar contacto con infectados en los centros de salud cerrados, han tenido que buscar otro espacio en el que llevar a cabo las donaciones. En León, se realizan en el chalet de Padre Isla, 57, propiedad del Ayuntamiento, donde la amplitud del espacio permite que se puedan guardar las distancias de seguridad correspondientes. La donación se hace de forma completamente coordinada para evitar posibles aglomeraciones: cada donante recibe un mensaje en su teléfono móvil en el que se le explica dónde y cuándo puede ir a donar. Con ese mismo mensaje, el donante puede justificar su desplazamiento, en el que caso de que le sea requerido por las autoridades. «La desinfección es extrema y realmente cuando hablamos de donaciones estamos siempre hablando de un entorno de personas completamente sanas, como no puede ser de otra manera». La sangre donada queda también en una especie de ‘cuarentena’ y le donante tiene la obligación de comunicarse con la asociación si en los tres días posteriores a la extracción experimenta algún síntoma sospechoso de coronavirus. Tras hacer las comprobaciones pertinentes, la sangre pasa a los bancos de sanidad, donde se distribuye con normalidad. El gran problema es el plasma para los tratamiento oncológicos, ya que las plaquetas dejan de ser útiles a los tres cuatro o días y las bolsas no se puede almacenar.

La sangre juega también un papel muy importante en la investigación, pues en torno al plasma de los inmunes se centran muchos de los estudios para el tratamiento de los infectados por Covid-19, como ya ocurriera antes con el Ébola o el SARS2, por eso es tan importante que, a pesar de que se use menos en los hospitales, se siga donando para abastecer las necesidades que no se detienen por ninguna pandemia.
Lo más leído