Peke, la leyenda, se baja del mayo de Lario

Juan Carlos Prieto, Peke, de Riaño, es una leyenda en la tradición de ascender el mayo en la montaña de Riaño; este sábado generosamente acudió a Lario pero siendo consciente de que con 54 años resultaría mucho más complicado

05/01/2025
 Actualizado a 05/01/2025
‘Peke’ demostró su calidad y ascendió más de la mitad del mayo de Lario. | F. FERNÁNDEZ
‘Peke’ demostró su calidad y ascendió más de la mitad del mayo de Lario. | F. FERNÁNDEZ

La mañana de presentó más propicia para la suspensión que para subir el mayo, anunciado para el final de la misa y antes de la comida popular de San Julián, el patrón de la localidad. El ‘culpable’ de que lo levantaran —José Vicente Rodríguez, que se cumplían 50 años de haber cantado misa— daba por hecho que "otro día será, estamos en enero y en Lario".

Pero hasta allí acudió —"me pidieron que viniera"— la leyenda de subir el mayo en esta montaña de Riaño, Juan Carlos Prieto, Peke, quien reconoció que las condiciones no eran las mejores "pero de estar aquí y con toda esta gente esperando... habrá que intentarlo por lo menos". A su lado estaba Héctor, de Cuénabres, otro clásico de esta tradición que no se quiso quedar atrás: "Si sube Peke, yo también". 

Y Jorge, asturiano descendiente de Acebedo, anunció su intención de sumarse a los aspirantes a alcanzar los veinte metros de altura del impresionante árbol, en cuya copa se veía una bota de vino "para quien llegue". Más un jamón que hay de premio. 

Peke fue el primero en aparecer, a pecho descubierto, daba frío verlo pero el riañés ni se inmutaba: "El mayo se sube así". Y se fue colocando los preceptivos arneses de seguridad entre los comentarios de los numerosos vecinos que apostaban mayoritariamente que llegaría a lo más alto. El prestigio de Juan Carlos en la comarca es evidente aunque él insistía en que es muy complicado, "por las condiciones del día, el tronco húmedo, mi edad... sobre todo mi edad, que desde el de Prioro no se había vuelto a pinar ninguno para ascender a él".

Y el de Prioro fue en 2017.

Empezó la ascensión como él sabe que se hacen estas cosas, sin precipitarse, no consumiendo las energías nada más arrancar, y con la depurada técnica que le ha hecho uno de los más grandes en este arte. Llegón con relativa facilidad al primer descanso, pero cuando estaba allí, ya hizo comentarios de que no iba a ser posible, que estaba agarrotado... "no sé muy bien qué me pasaba, pero ya sabía que no era posible, aunque hice un último intento después del descanso", explicaba después de bajar. Un último intento en el que tuvo muco que ver el entusiasmo de los vecinos en darle fuerzas pero cuando llegó al suelo, después de decidir no forzar más, fue contundente en su expresión: "Estoy mayor".
- ¿Tanto se nota?
- Tengo 54 años y la espalda muy trallada, aunque sigo haciendo otros deportes que me gustan mucho, como la montaña. Estas navidades corrí las San Silvestre de Riaño y la de Maraña, subí a Collado Jermoso, a poner un Belén de cumbres...


Y conocedor de la afición común y la dedicación a la lucha leonesa confiesa otro motivo ‘oculto’ para tratar de coronar los veinte metros del mayo: "Quería dedicárselo a mi primo carnal Anastasio Prieto, Tasio, El Gato de Taranilla, que no había tenido ocasión de subir ninguno desde su muerte, pero no pudo ser...".
- Él decía que el que carretea, entorna; es decir, valorará el esfuerzo, que no siempre se gana.
- Lo sé, pero me hacía mucha ilusión, Tasio lo merece todo.

Y se va. Mascullando que tal vez haya sido su última ascensión al mayo, aunque no parece tenerlo muy claro cuando asegura que "no sé muy bien que es lo que me pasó". 

 

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