«Un mundo diferente es posible». Ese es el principal lema de la primera peregrinación interreligiosa del Camino de Santiago que recorrerá seis etapas jacobeas de la provincia de León a partir del próximo 31 de agosto. Un total de 107 kilómetros que unirán a un grupo de más de cien católicos, judíos, budistas, musulmanes, bahá’is e hindúes en un caminar que pretende hacer visible la «unión y entendimiento» entre las personas pese a las diferencias confesionales, según explica Pedro Álvarez, impulsor de esta iniciativa que ya se empezó a gestar hace un año. El objetivo pasa por «superar fronteras» entre las distintas confesión, para ayudarse mutuamente en la renovación espiritual y dar un mensaje de paz y de cambio. Habrá tiempo para celebrar, para compartir y reflexionar y, además, se contará con la presencia de monjes y líderes espirituales de las religiones presentes.
Se trata de un proyecto conjunto de la Comisión Ibérica de Diálogo Interreligioso Monástico, la Comunidad Judía Masorti Bet-El, la Casa Turca Arco Forum, la comunidad budista Dag Shang Kagyu, la comunidad Bahá’i de España, el Foro Abraham y la Asociación Hindú Veda Dharma, que cuentan con diversos apoyos entre los que se encuentran las comunidades benedictinas de León, que participarán activamente en la acogida.
«Desde la pluralidad y sensibilidades correspondientes» a cada uno de los participantes, asumen esta actividad más bien desde la unidad, «una experiencia enriquecedora», espera el rabino y representante de los judíos para este proyecto, Emilio Ramos, para demostrar la unión más allá de las creencias, que «no son tan distintas, más bien todo lo contrario, una forma poliédrica de ver lo mismo», explica. De esta confesión participarán cerca de una decena de personas, una representación para formar parte de ese «contraste» de confesiones que forman parte de este evento.
También apuesta por esta iniciativa como unión entre personas Karma Tempa, el monje que liderará la comitiva budista durante este peculiar Camino de Santiago, quien considera que la religión es una característica más dentro de las personas, pero «todos somos seres humanos y, por tanto, pertenecemos a la misma familia», aboga, por lo que la unión de confesiones en este camino deja ver el «respeto y afecto» entre personas. También considera esta experiencia como «enriquecedora» y cree «significativo» que se utilice el símbolo del Camino de Santiago con este fin.
Por otra parte, la organización ha previsto una serie de grupos de trabajo que velarán por los distintos servicios durante el recorrido: grupo ecologista y cultural, liturgia, sanitario, intendencia o acción social. En este último caso, esta ‘Peregrinación Interreligiosa’ ha decidido apoyar a la ONG ‘Creciendo en Nepal’, que apoya a los jóvenes de este país tras el terremoto de la pasada primavera.
En cada una de las seis etapas, una religión será la encargada de dirigir el Camino, en lo que, esperan, sea un éxito de convivencia y unión y el principio de un proyecto que pueda repetirse año tras año.