¿Por qué se llaman 'perdones' a las avellanas de San Froilán?

Distintas tradiciones hablan del perdón de la pareja, de la Virgen y hasta de la necesidad de robarlos

D.L. Mirantes
05/10/2015
 Actualizado a 19/09/2019
Cuando carros y caballerías eran los únicos medios de transporte para llegar de los pueblos a La Virgen del Camino y el trayecto llevaba una jornada o jornada y media, no siempre podía el romero peregrinar con la compañía del amante. De ahí que volver cargado de avellanas con los que obsequiar al pariente abandonado fuera una deliciosa argucia para lograr su perdón por el abandono sin mayor que la fiesta de San Froilán.

No es la única teoría, otros aseguran que el perdón es para con La Virgen y no con cónyuge, aunque el mecanismo redentor se base en un mundano acto comercial.

Ciertas o no las leyendas, nadie puede afirmar con seguridad porque se compra masivamente un fruto que poco tiene que ver con esta provincia donde no se dan las características propicias para su cultivo. Aún así, el negocio de la venta de los perdones de San Froilán no va mal y algunos de los vendedores suman ya 38 años al frente de sus puestos.

Peor iría el negocio, si leoneses y visitantes hicieran caso de otra tradición que establece que los perdones, es decir, las avellanas, han de ser robadas para conseguir el perdón y que para según se haya pecado, así debe ser el botín.

No sabemos los que necesitarán las autoridades para redimirse, pero, por si acaso, cada año ya tienen una buena bolsa con su lazo y las mejores avellanas aguardándoles a la salida de misa.
Lo más leído