No está el refranero popular español muy preparado para los estragos que está haciendo la crisis climática en nuestro país y la nieve, aunque sí ha llegado a los puntos más altos de la Montaña Leonesa, aun no ha hecho su gran aparición en la provincia. Los que sí están listos son los paladares de los leoneses para disfrutar de los mejores manjares en cada época del año, y alrededor del Día de Todos los Santos los dulces son los verdaderos protagonistas.
Los buñuelos y los huesos de santo son los reyes de la sobremesa por estas fechas y, por eso, cuando llega octubre, las artesanas de la Confitería Fuensanta de León se ponen manos a la masa. Dos panaderos y cinco pasteleras trabajan en el obrador ubicado en la calle Juan de Badajoz, en el Polígono de Onzonilla, y son las que dan forma a algunos de los dulces más queridos por los leoneses en cualquier momento del año. Porque lo cierto es que ‘a nadie le amarga un dulce’ y hay ciertos bocados que podrían comerse siempre. Como dice Rosa Fernández, pastelera en Fuensanta, "si hiciéramos buñuelos todo el año, los venderíamos".
La preparación de estos dulces bocados es sencilla y podría hacerse en casa, aunque se disfrutan más si vienen de manos profesionales, ya que su elaboración no está exenta de secretos, como el que guardan en Fuensanta: "enriquecemos la masa a nuestra manera, por eso son más finos y suaves", cuenta Rosa. "La base está siempre hecha con manteca, harina y huevo y, una vez preparada, se fríen los buñuelos", añade. Una de las peculiaridades que pide esta masa es freírla después de recién hecha para que queden bien huecos. Después llegaría el momento de rellenarlos. En Fuensanta lo hacen con crema, nata y trufa y después los rebozan con azúcar, canela y chocolate, dependiendo del sabor. Aunque hay gran variedad en la confitería, «el de crema es siempre el favorito», cuenta Rosa Fernández.
Otro de los postres fundamentales alrededor del 1 de noviembre son los huesos de santo. La Confitería leonesa lleva décadas preparando este manjar, al que también ha llegado la innovación. Los huesos de santo son ahora de diferentes colores y texturas y también tienen distintos rellenos. Marta Gutiérrez es la encargada de su elaboración y cuenta su preparación. La masa solo lleva almendra y azúcar que "hay que preparar, estirar, cortar en cuadrados y después enrrollarla", detalla, "y ya la podemos poner a secar". Esta se puede teñir con colorantes alimenticios o también dejar "macizos, como los de coco y yema, que se bañan con un jarabe que da un resultado birllante". Más tarde y manga pastelera en mano, Marta rellena los huesos de santo que sí que llevan un poco de crema en su interior, bien sea de praliné o de chocolate que "es el que más éxito tiene entre el público", detalla la pastelera.
Y cómo Halloween ha llegado a la cultura popular española para quedarse, en la Confitería Fuensanta también han adaptado sus dulces a la fiesta más terrorífica del año. Brujas, gatos, telas de araña o calabazas ocupan también los escaparates estos días. Lo hacen con forma de galletas horneadas y después pintadas una a una manualmente, y son un gran reclamo en la tienda, sobre todo para los más pequeños.
El refranero también dice que ‘en la variedad está el gusto’, y si viene de esta Confitería, ese gusto es exquisito. Buen y dulce provecho.