"Si bebes, no conduzcas". Es lo que siempre ha repetido la DGT en sus campañas contra el alcohol y poco a poco el mensaje ha ido calando y la sociedad se ha vuelto más consciente de los peligros de conducir "con dos copitas de más". En 2023, sólo el 1,2% de las personas que fueron sometidas al alcoholímetro dieron positivo. Sin embargo, la tasa actual de 0,25 está siendo revisada por Tráfico para hacerla más restrictiva, reduciéndola a 0,10 para todos los conductores.
De aprobarse esta iniciativa del Ministerio del Interior, anunciada en septiembre por el ministro Fernando Grande Marlaska, una persona daría positivo tras haber tomado, por ejemplo, dos cervezas; y sería posible superar la tasa con tan sólo una consumición. La iniciativa se somete a debate este martes en el Congreso de los Diputados, respaldada por las cifras de siniestralidad, que reflejan que un tercio de los fallecidos en accidentes de tráfico presentaban alcohol en sangre.
En la calle, tras una encuesta realizada este martes por la mañana en la avenida Ordoño II, son pocos los leoneses que se muestran en contra de la medida de la DGT y son más los que defienden que al volante ni alcohol ni otras drogas. Entre los primeros está Sergio, un joven que califica como "excesiva" la tasa de 0,10, porque cree que "por tomar dos o tres cervezas no te pasa nada y si te tomas una Maestra ya darías positivo". Además, Sergio teme que haya un afán recaudatorio en la normativa que plantea la DGT.
En el lado opuesto está Marina, que consideran "que debería estar prohibidísimo beber y conducir". Antonio añade que le parece "bien" porque "con algo de alcochol en la sangre no hay que conducir, o sea, cero". "A mí me parece fenomenal, porque si conduces siempre puedes tener un accidente", argumenta Ana. También Galo está de acuerdo con la reducción, pero sí hace mención a "sopesar" que realmente "no sea para poner multas sino que sea algo que realmente valga para reducir la siniestralidad".
El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, y el director de la DGT, Pere Navarro, consideran que la sociedad ya está "preparada" para afrontar un reglamento más restrictivo. Una normativa que también afectaría a los conductores profesionales como los taxistas, que pasarían del límite de 0,15 actual a un 0,10 como todos los demás. "A nosotros nos da un poco igual, porque no bebemos si vamos a conducir", apostilla Juan Carlos, desde su taxi tras apear a un cliente. "Realmente se ve por ahí cosas que sin alcohol no se harían, desde luego", añade. A Juan Carlos le apoya Maite, que hace mención a la opción de regresar a casa en taxi para evitar la conducción en estado de embriaguez, "porque vuelves a casa más tranquilo".
Según el texto, que plantea la modificación del Reglamento General de Conducción de 2003, la tasa de 0,10 en el alcoholímetro (de 0,20 en el caso de gramos por litro en sangre), supondría en la práctica que sólo 'cero cero' es un consumo seguro en la carretera.