La dimisión hecha efectiva este jueves del hasta ahora alcalde de Destriana, Manuel Díaz Lobato (PP), supone el primer paso para poner fin a una situación «insostenible» en el Ayuntamiento «desde el primer día» y que había logrado poner de acuerdo y en su contra tanto a los miembros de su equipo de Gobierno como a los de la oposición. El Partido Popular había logrado en las pasadas elecciones cinco concejales frente a los dos del PSOE y «todos» estimaban necesaria la salida de Díaz Lobato de la Alcaldía por considerar que el Consistorio se encontraba con él al frente «totalmente bloqueado».
El equipo de Gobierno, del Partido Popular, lo conformaban hasta el momento Manuel Díaz Lobato, como alcalde; Rubén Berciano y Miguel Ángel Calvo como tenientes de alcalde y Olegario Ares y Jorge Prieto como concejales. Por su parte, el Partido Socialista está representado en el Ayuntamiento por Daniel Fernández y Lorena González. Es Rubén Berciano el que desde este jueves ejerce como alcalde de Destriana en funciones a la espera de que se elija a la persona que estará oficialmente al frente del Ayuntamiento, en el pleno del día 27 a las 12 horas.
«Desde el primer día ha sido insostenible la situación con el alcalde y hemos intentado que las cosas cambiaran hasta que ha llegado un punto en el que hemos explotado y no hemos aguantado más. Los presupuestos de 2024 están sin aprobar e incluso la cuenta general de 2023», asegura Jorge Prieto. Rubén Berciano insiste, por su parte, en que el hasta ahora regidor no contaba con el apoyo «de ningún concejal del Ayuntamiento», que «lleva paralizado meses» y que esto ha hecho «que se hayan perdido muchísimas subvenciones». Pone un ejemplo claro: «Nunca en todo el mandato de Manuel Díaz Lobato se ha hecho un pleno ordinario».
Jorge Prieto añade que se esta situación de bloqueo se la han comunicado a la Diputación y al Servicio de Asistencia a Municipios (SAM) y «todo el mundo se sorprende» y que también han querido informar a los vecinos de lo que estaba pasando. «Inicialmente iba a dimitir en julio. Tuvimos una reunión con altos cargos del PP y delante de ellos nos dijo que si le ayudábamos a aprobar todas las facturas que había pendientes dimitiría. Nosotros cumplimos con nuestra parte del trato, pero una semana después nos llamó y nos dijo que se lo había pensado mejor y que se quedaba», recuerda. El ahora alcalde en funciones apunta que tienen un grupo de whatsapp con muchos vecinos del pueblo y «a raíz de ir presentando escritos e ir diciendo y contando las cosas que estaban pasando y que la gente no sabía» se ha conseguido finalmente su marcha, que «se haya visto presionado para dimitir».
Rubén Berciano añade que «el estar sin apoyos hasta ahora no le había frenado nunca» y hace hincapié en que «es increíble poner de acuerdo a seis concejales de partidos diferentes en política municipal y él lo ha conseguido porque esto era una dictadura plena con él, en la que no contaba con nosotros para nada». Incide en el mismo punto Jorge Prieto, que afirma que «si llegábamos a un acuerdo sobre algo, al día siguiente hacía justo lo contrario. Era una auténtica dictadura lo que teníamos». Ahora explica que tienen miedo a ser «bloqueados o saboteados» y piden «paciencia» a los vecinos –hay algo más de 400 censados en el Ayuntamiento– porque señala que aunque pondrán todo de su parte para «hacerlo todo lo bien que podamos, ahora mismo está todo por hacer y sabemos que no va a ser fácil».
Indican, además, que el administrativo del Ayuntamiento está de baja desde hace varios meses y que la secretaria también, pero que lejos de frenarles la situación de «caos» prometen que trabajarán para que las cosas se encaucen y, sobre todo, por el bienestar de los vecinos del municipio.