Xurxo Ayán y Carlos Otero, ellos son los investigadores,llevan desde 2021 visitando cerca de 100 burdeles abandonados, por Galicia y León, y han dado a conocer unos primeros resultados en los que se fijan en tres de ellos, curiosamente dos leoneses, uno al lado de la Central Térmica de Anllares y otro cerca de Bembibre.
Dos burdeles abandonados, al lado de la central térmica de Anllares y en la cuenca minera de Bembibre, son protagonistas de la primera entrega del estudio de los arqueólogosHistoriasterribles, deducen de los indicios encontrados. Ya al citado Fer, en una de sus últimas visitas a León, en un acto público le preguntaron si no le daba cierto reparo "trivializar" sobre estos burdeles en sus ‘historias’ y Fer, natural de Mansilla, donde hay varios le reconoció: "Las noticias que leo me horrorizan, cierto, pero nada tienen que ver con mis ‘historias’ de puti club. De un lado, es humor, no lo olvidemos; y por otra parte partimos de una realidad muy diferente cuando yo comencé, estaban en las conversaciones de nuestros pueblos, eran un fruto más, triste, de aquella España de la que veníamos y, por ello, yo hacía ir allícomo cliente al cura del pueblo, que también levantó ampollas, pero era humor, repito. Cierto que ahora es otra historia, mafias, esclavitud... deberán afrontarlo ya nuestros políticos. Si volviera a hacer alguna tira llevaría allí al presidente del Gobierno, para que se entere".
Xurxo Ayán y Carlos Otero también se dieron cuenta de que casi todo el mundo mira hacia otro lado ante la gran cantidad de enormes neones que anuncias estos clubs de prostitución, encubiertos como hostales y similares. "Quisimos hacer arqueología de los burdeles, trazar la genealogía de los paisajes de la explotación sexual centrados en lugares, en carreteras,donde se prodigaron: cuencas mineras, centrales térmicas, rotondas de autovías en las que se ve perfectamente el enorme cartel". Y en esos espacios están dos de las ruinas de dos leoneses (de tres estudiados en esta primera entrega): Uno en las inmediaciones de la central térmica de Anllares y un segundo, el Blanco y Negro, en las cercanías de Bembibre".
El Blanco y Negro no tenía habitaciones, eran verdaderas celdas, un tablón de madera sobre cuatro pivotes de hormigón y un colchón ‘asqueroso’, camuflado todo con poca luzDe ellos hablan Allán y Otero: "El de Anllares son unas ruinas en mitad de la nada, al derribar la central térmica; y en el de Bembibre encontramos una especie de almacén de hierba y paja para una ganadería; nos pareció una metáfora casi cruel, un lugar para el ganado donde antes hubo un club en el que se trataba a las mujeres como si fueran ganado; algo que comprobamos en los restos encontrados, con pastillas para aguantar la vida que llevaban, lo que tenían que tomar y comer para soportar aquel cruel día a día, pastillas contra el ácido úrico. Encontramos alguna revista del corazón, como parte de los sueños que unas mujeres que buscarían evadiese en de su realidad".
- ¿Y de las mujeres?
- Ni rastro, al menos de momento, y no creo que lo encontremos, hablamos de mafias muy organizadas.
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