¡Qué burrada de raza!

En el sur de León había, hace un siglo, una auténtica industria mulera. Era una de las zonas con mejores burros zamorano-leonés cuyos machos, los garañones, eran ideales para cubrir yeguas y con ello sacar unas mulas robustas ideales para el trabajo en el campo. Por ello, la Feria de Febreronació como la oportunidad de lucir estos animales. Un siglo después del nacimiento de aquel mercado, en 2020, estos animales volvieron a Valencia de Don Juan con un certamen que resultó un éxito y que este sábado lo repitió de la mano de Aszal (Asociación Nacional de Criadores de la Raza Asnal Zamorano-Leonesa).

La raza zamorano-leonesa tiene actualmente una feria consolidada en San Vitero (Zamora), pero Valencia de Don Juan quiere recuperar su escaparate premiando a los criadores leoneses de la raza, por ello el Ayuntamiento apoya este concurso-exposición. También se sumará la Diputación de León que, a través de su vicepresidente, Matías Llorente, se comprometió en el transcurso del acto a comenzar ayudar desde la institución provincial a Aszal en su trabajo por mantener a esta especie autóctona de la ribera del Esla.

Una treintena de asnos se presentaron al concurso-exposición de esta edición y el jurado, compuesto por veterinarios oficiales y miembros de Aszal, valoraron los mejores animales, otorgándoles premios en cuatro categorías: el mejor garañón (Ramiro, del ganadero Jesús Sierra, de Pobladura del Bernesga), la mejor hembra con cría (Lluna y Tarifa, de Julio Sandoval, de Matadeón de los Oteros), la mejor burra adulta (Lola de Emilio Fernández, de Secarejo) y la mejor burra joven (Dulce, de Miguel Ángel Gutiérrez, de Valdesogo de Abajo).

El público aplaudió en numerosas ocasiones el desfile de los ejemplares acompañados de sus ganaderos; un galardón también para los criadores que, con su esfuerzo diario, mantienen viva a una de las tres principales especies de burros españoles, los más peludos, los asnos zamorano-leoneses.