Como se viene aplicando en los tres últimos años, la Junta informa a todos los ciudadanos de que, en el caso de observar un ejemplar de oso pardo en zonas urbanas o periurbanas, den aviso inmediato al teléfono de emergencias 1-1-2 para dar traslado al personal especializado que, a la mayor brevedad, atenderá la situación para monitorizar y, en su caso, aplicar medidas aversivas.
Estas medidas aversivas o de condicionamiento negativo se enmarcan en el protocolo de intervención con osos en la Cordillera Cantábrica, aprobado por la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y Biodiversidad el 24 de enero de 2019.
Desde hace ya algunos años, la Junta señala que en la Cordillera Cantábrica se repiten de forma “más o menos recurrente” episodios en los que los osos pardos se aproximan a los entornos urbanos o periurbanos para aprovechar recursos alimenticios de origen humano.
Estos hechos coinciden también con la recuperación de la población osera, pero no son exclusivos de las zonas de mayor densidad osera, sino que en estos episodios tiene una gran influencia, por un lado, la posibilidad de acceder a la comida, y por otro, el carácter de cada uno de los ejemplares. Es decir, puede haber animales con un carácter menos huidizo y con una buena posibilidad de acceder a las fuentes de alimentación, mientras que otros son más tímidos aunque tengan una buena posibilidad de acercamiento a los bienes.
En todo caso, estos episodios tienen un carácter muy localizado, tanto en el tiempo como en el número de ejemplares, y se da fundamentalmente en los meses de verano donde los osos pueden encontrar alimento fácil en las huertas y frutales de los entornos urbanos.
La Junta indicó que todos los episodios registrados de osos accediendo a recursos de origen humano son monitorizados por parte de agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y Patrullas Oso de la Fundación del Patrimonio Natural, de forma coordinada con la Guardia Civil, e interviniendo mediante el condicionamiento negativo cuando es requerido, tal y como se ha venido realizando en los últimos años.
Igualmente, explicó que continúa implementando por la Junta el programa de captura y radiomarcaje de oso pardo en Castilla y León, tanto en la subpoblación occidental como en la Oriental, permitiendo de esta manera un seguimiento continuo de los ejemplares para desarrollar actuaciones tempranas, evitando así la habituación de los ejemplares.
Coexistencia
La Junta apuesta por la “adecuada compensación” de los daños ocasionados por el oso pardo, principalmente en asentamientos apícolas, y la reducción de conflictos, de especial importancia en lo relativo a la aproximación a los entornos urbanos mediante la aplicación de las medidas descritas en el Protocolo de Intervención con osos en la Cordillera Cantábrica, aprobado por la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y Biodiversidad el 24 de enero de 2019.
En este sentido desarrollando de forma activa numerosas medidas de gestión, encaminadas en todo momento a reducir la conflictividad y los episodios de encuentros de osos en los entornos urbanos.
Para ello, utiliza equipos especializados formados por agentes medioambientales, celadores de medio ambiente y Patrullas Oso de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, a través de los cuales durante los tres últimos años se vienen aplicando medidas de condicionamiento negativo de forma coordinada con la Guardia Civil y con el 1-1-2.
Además, impulsa un plan de captura y radiomarcaje de oso pardo. Hasta la fecha, se ha aplicado a siete ejemplares, todos ellos en entornos urbanos o con habituación a recursos antrópicos. Este proyecto está permitiendo monitorizar a osos que utilizan estos entornos urbanos, aplicar medidas aversivas y evitar, así, su habituación. En total son cuatro los dispositivos utilizados por la Junta (trampas tipo “culvert”), de las cuales tres se encuentran ya instaladas y activadas desde hace varias semanas en los entornos de Laciana y Alto Sil, y una cuarta en la Montaña Palentina.
También convoca subvenciones para prevenir los daños ocasionados por el oso pardo en Castilla y León destinadas a la adquisición de dispositivos de protección para colmenares, huertos, frutales, comederos de pienso y balas de forraje. La Junta puso en marcha en 2016 estas ayudas para la prevención de daños en asentamientos apícolas.
Con el objetivo de ampliar los beneficiarios y no sólo poder subvencionar dispositivos de protección en explotaciones apícolas, la Junta modificó en el año 2021 las bases reguladores convocando en 2022 subvenciones con un presupuesto total de 96.000 euros con cargo a la anualidad 2022 destinadas a la adquisición de pastores eléctricos y otros dispositivos de protección, como ahuyentadores, repelentes automáticos de activación por movimiento y/o dispositivos de apertura automática, destinados a prevenir los daños y perjuicios ocasionados por el oso pardo.
En las próximas semanas se realizarán contactos con ayuntamientos y mancomunidades que estén interesadas en analizar la funcionalidad de los prototipos definidos ante el riesgo de utilización de los contenedores de basura por parte del oso pardo en Castilla y León. Una vez testados dichas infraestructuras, la Junta, con cargo a los fondos del plan de recuperación, transformación y resiliencia, procederá a la financiación de estos cubre contenedores para su implantación en las zonas de mayor riesgo, avanzando así en la reducción de conflictos.