Sin embargo, a pesar de que el verano dejará temperaturas más altas de lo normal en Castilla y León y en España, su llegada, a partir del lunes, 21 de junio, a las 5.32 horas, no será agolpada. Más bien escalonada. Y es que el episodio convectivo que vive estos días la Península Ibérica no permitirá que el calor se imponga, como mínimo, hasta la mitad de la próxima semana. A día de hoy, al oeste de Portugal se sitúa una baja térmica, debida al calor en superficie y a 15 grados bajo cero en altura, que está dejando estas precipitaciones irregulares en los últimos días y que continuarán hasta el domingo, con temperaturas más bien frescas. “Esta Dana se ha quedado estacionaria porque una dorsal en el Mediterráneo no la deja avanzar. Por eso hay aviso amarillo por lluvias en la Comunidad”, sentenció Gordaliza.
Por esa razón, del 21 al 27 de junio se espera una “anomalía negativa” de temperaturas de unos dos grados, aunque después se irá corrigiendo. No obstante, admitió que en estas temperaturas hay “una pequeña trampa”, pues esa diferencia será de entre 6 y 7 grados para las máximas en relación a esta época, que son “más esperables en abril que en junio”. Pero para el final de este mes “se retomarán las temperaturas normales”. “Ha sido un episodio primaveral para empezar después con fuerza el verano”, sostuvo.
Esa fuerza a la que se refiere Gordaliza supondrá que julio cuente con la mayor anomalía, de entre uno y tres grados más de lo normal para ese mes, Agosto y septiembre podrían acompañarlo. En todo caso, estas altas temperaturas, dijo, llegan a toda Europa, pero se focalizarán en Francia y en la Península Ibérica.
A su juicio, en 2021 ha ocurrido algo que desde su departamento ya han observado en los últimos años, que el verano “ya asomó a finales de mayo”, un aspecto del que culpó al cambio climático. Es decir, que las estaciones “están variando” y, por ejemplo, el verano “empieza a finales de mayo o principios de junio y se alarga hasta las primeras semanas de octubre”. “Probablemente, este año sea similar”, espetó. Lo mismo ocurre con los inviernos, que “se acortan a dos meses, con unas cuantas intrusiones de frío polar y poco más”. En cambio, las estaciones intermedias, primavera y otoño, “duran lo mismo pero varían temporalmente, lo que se traduce en un adelanto de ambas, pero que “se acortan después”.
Ligeramente cálida y seca
Gordaliza, que estuvo acompañado del subdelegado del Gobierno en Valladolid, Emilio Álvarez, realizó también un resumen de la primavera que ahora termina, que ha sido “ligeramente cálida y seca”, con una anomalía de 0,7 grados por encima de la media del treintenio analizado, lo que supone 11,2 grados.
El responsable de Aemet se detuvo en el mes de marzo, dado que abril y mayo rozaron la normalidad. Así, el tercer mes del año fue normal o ligeramente cálido en el entorno del Valle del Duero, gran parte de Palencia, este de León y en el Valle del Bierzo y las temperaturas máximas y mínimas tuvieron un comportamiento contrario en sus valores medios, con anomalía positiva para las máximas (+0,4 grados) y negativa para las mínimas (-0,2). Únicamente a partir del día 27 los registros destacaron por encima de lo esperado con algunos valores de efemérides registrados el último día del mes, como los 26,9 grados de máxima en Salamanca-Matacán. El día más frío fue el 20, con máximas por debajo de 10 grados, llegando a no superar el valor de 1,4 grados en Monterrubio de la Demanda (Burgos) y con heladas en la mayor parte de la Comunidad. El día 31 fue el más cálido, prácticamente sin heladas y con temperaturas máximas superiores a 25 grados en amplias zonas de Valladolid y Salamanca, en el sureste de Zamora, el Bierzo y en el Valle del Tiétar.
Por lo que respecta a la pluviometría, el valor de precipitación acumulada en la pasada primavera en Castilla y León se ha situado entre un 25 y un 30 por ciento por debajo de lo normal, con 28 días de precipitación apreciable y cuatro días de tormenta (el año anterior se alcanzaron 36 y 8 días, respectivamente). La mayor parte de las estaciones han registrado precipitaciones entre 86 y 140 litros por metro cuadrado (entre 169 y 251 en 2020). En zonas del norte y del oeste ha sido muy seco, mientras que en gran parte del Valle del Duero, abarcando una amplia franja central desde Soria a Zamora ha sido normal, dejando el resto con una valoración de periodo seco.
Gordaliza hizo un paréntesis para analizar mayo, un mes “seco o muy seco”, que registró un déficit de lluvia del 40 por ciento, en un “mes crucial para la agricultura de Castilla y León y que podría haber afectado a la cosecha del cereal”. En el conjunto del trimestre se alcanzaron los 98 litros por metro cuadrado, alejado de los 129 de media y por supuesto de los 231 de 2018, cuando los “embalses estaban secos y gracias a esa primavera se recuperaron”. En España también se anotó un déficit, concretamente del 34 por ciento.
Con estos datos, el balance del año hidrológico (desde el 1 de octubre), según expuso Gordaliza, se sitúa en la media de los últimos 30 años, si bien destacan las provincias de sur, que están por encima, y un “triángulo” en el que ubicó a parte de Valladolid, Burgos, Palencia y León, que “son las que más déficit arrastran”.
En junio, dijo, las precipitaciones son “irregulares”, principalmente esta última semana. “En casi toda la Comunidad, en lo que va de mes, ha llovido ya lo que se espera para los 30 días. Si no lo hiciera más, este mes ya habría cumplido las expectativas hidrológicas, aunque se espera agua aún hasta el domingo”, pronosticó.
Incendios forestales
Por su parte, Emilio Álvarez, quien disculpó la ausencia el delegado del Gobierno, Javier Izquierdo, resaltó la “importante labor” que desarrolla Aemet y que son “necesarias” ante las variaciones meteorológicas “cada vez más frecuentes por el evidente cambio climático”. En este sentido, subrayó el papel de la agencia ahora en verano con los incendios forestales, dado que la información que facilita prevé un verano más caluroso de lo habitual y eso es fundamental para establecer el dispositivo que el Estado pone a disposición de las comunidades autónomas para afrontar esta problemática”.
Para ello, Aemet participa en la campaña mediante la publicación diaria de mapas de riesgo de incendios, según factores como la sequedad del suelo y las condiciones meteorológicas. También, la agencia ha puesto en marcha un plan para integrar los avisos por olas de calor y alerta sanitaria, cuya información se incorporará a la página web del Ministerio de Sanidad.